Bonos del renacimiento europeo y… ¿por qué no para países en desarrollo?
Hace pocos días, se ha elaborado una “Carta abierta de economistas europeos” dirigida a los presidentes de las instituciones europeas y a los jefes de estado y gobernantes de los países miembros de la UE
. Su título es significativo: Bonos del renacimiento europeo para enfrentar la emergencia de salud y económica europea" (se encuentra en https://europeanrenaissance.altervista.org/). Soy firmante de esa carta; y, por tanto, sostengo las ideas que en ella se expresan. Considero que se deberían aplicar como política general a nivel mundial (teniendo en cuenta las particularidades de cada país). Y considero también que son importantes para un país como el nuestro; pero para que ellas se puedan aplicar son una llave clave las políticas de organismos internacionales como el Banco Mundial, el FMI, el BID, etc.; y de países que ejercen un papel dominante en esas instituciones.La difusión de la COVID-19, dice la carta, ha producido la más seria y global disrupción, la más seria fractura brusca, que ha golpeado al mundo desde la segunda guerra mundial. Los sistemas de salud, las familias, los individuos y las firmas de toda Europa, necesitan una ayuda urgente y significativa. Las medidas necesarias incluyen (entre paréntesis, comentarios nuestros, pensando en Argentina):1. Proveer de los recursos necesarios a los sistemas de salud para curar a los infectados y prevenir nuevas infecciones (en Argentina, mejorar los servicios de salud pública, con atención prioritaria a los más pobres y a los que no disponen de servicios de salud privados o sindicales con un mínimo de calidad).2. Proveer de ayudas temporarias de desempleo a todos los trabajadores que perderán sus empleos (muchos ya los han perdido, las ayudas a los desempleados deben ser permanentes)3. Proporcionar ayudas a las familias, los jóvenes y menores, los ancianos y los que sufren de incapacidades, para que puedan satisfacer las necesidades adicionales que resultan de la crisis.4. Otorgar subsidies y proporcionar asistencia financiera a las firmas que tienen que cesar o reducir su producción (debido al coronavirus).5. Financiar el Sistema de educación para mejorar la educación a distancia (se debe mejorar toda la educación, para favorecer el desarrollo de ciudadanos con capacidad crítica; y reducir las diferencias en la calidad de la educación entre las escuelas).6. Financiar las operaciones de las ONGs en su papel de apoyo social.7. Financiar un amplio plan europeo de inversión en infraestructuras y medio ambiente capaz de relanzar de manera sostenible la economía europea.Evidentemente, estas medidas suponen un aumento del gasto público y la eliminación de las políticas de austeridad, que tanto retardaron, en Europa y otros países, la salida de la crisis mundial iniciada en 2007 (crisis que facilitaron las políticas de reducción de los controles sobre el sistema financiero). Conviene precisar que no estamos defendiendo déficits permanentes, que son además insostenibles; sino políticas anticíclicas, al estilo keynesiano. Esta es otra crisis, distinta, que se inicia con un shock de oferta (paralización de las actividades debida al coronavirus) acompañado por un shock casi simultáneo de demanda (las empresas y las familias no tienen liquidez). Si además se aplican políticas de austeridad pública, los efectos económicos y humanos serán tremendos. Políticas económicas resultantes de un dogma, no del conocimiento científico, ya produjeron aquellos efectos. Por el dogma, y los interese, se salvaron a los bancos y no a las personas. Observé que al menos un profesional de Argentina firmó la carta (del CONICET). Tal vez podríamos impulsar algo similar para nuestro país.Carlos LegnaVerna, clegna@ull.edu.es
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