Mirada Agroemepresaria
El Riesgo Climático
La agropecuaria es una actividad que conlleva muchos riesgos. Desde que tiramos la semillita a la tierra hasta la cosecha quedamos expuestos al mercado, a las decisiones políticas, a la inflación, al dólar y hoy más que nunca, al clima.
La tarea del administrador es tratar de morigerar la mayor cantidad de riesgos posibles, pero sin dilapidar la rentabilidad de la empresa. Para ganar plata, algo de exposición al riesgo hay que tener, pero hoy el cambio climático nos está pasando una factura terrible, dejando un riesgo imposible de administrar con las herramientas disponibles.El principal debate que se está dando en el mundo de los agronegocios es de qué manera se hace frente a estos desastres que cada vez ocurren con mayor frecuencia. ¿Hasta qué punto el estado debe asistir y subsidiar a los productores afectados?¿ Como se pueden diseñar seguros multiriesgo que no sean inalcanzables para los productores y a la vez que sean negocio para las aseguradoras?La ley de emergencia agropecuaria prevé un fondo de 500 millones de pesos para los productores de zonas afectadas, el cual para el caso de esta campaña en donde la mitad del área sembrada se prendió fuego y la otra mitad se inundó no alcanza ni a cubrir el 30% de las pérdidas estimadas.Lo que se plantea desde las distintas entidades es que hay que dejar de pensar en soluciones "ex post" para empezar a diseñar planes "ex ante", es decir tratar de concentrar esfuerzos y fondos en anticipar y prevenir los desastres que generan las perdidas, más que actuar una vez que el desastre acaeció.El riesgo climático es un tema que debiera ser la principal agenda del actual ministerio de agroindustria. Para esto es fundamental el rol de las seis entidades del sector (Las 4 entidades + Aapresid y Crea) para elaborar en conjunto herramientas que permitan a los productores cubrirse ante los sucesivos desastres. Pero no es solo un tema de sentarse a diseñar herramientas, hay un paso anterior que tiene que ver con la necesidad de obras de infraestructura tanto tranqueras adentro como fuera de los campos y por otro lado una gran inversión en materia de radares y tecnología de predicción climática. Esto es un paso previo totalmente necesario para poder sentarse a elaborar seguros multiriesgo y coberturas de desastres como lo han hecho otros países.La pérdida de producción no solo es un gran problema para el productor, sino para la recaudación municipal, provincial y nacional. Con lo cual un desastre climático no solo dispara los subsidios que contempla la ley sino que reduce la recaudación con lo cual es un doble efecto negativo sobre las arcas públicas.A principios del año pasado y en momentos de una campaña también complicada (ya parece ser una constante) el ministerio de agroindustria puso a disposición de los productores una línea de créditos subsidiados para productores en emergencia. El problema es que esta herramienta en el contexto actual no es más que un bidón de nafta para apagar un incendio. El productor que accedió a tales líneas de crédito se endeudo en muchos casos con garantías hipotecarias y pateo la pelota para adelante para encontrarse otra vez con una campaña complicada. Con lotes inundados, con caminos intransitables, con los mismos problemas de infraestructura de siempre. De nada sirve un crédito en estas condiciones, hace falta un mayor compromiso estatal para acompañar el desarrollo de la principal actividad económica del país y que hoy está bajo una amenaza letal.gonzalomdezan@gmail.com
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