TENÍA 22 AÑOS Y MURIÓ POR COVID-19
La foto de Lara en el piso del hospital, dramático reflejo del colapso sanitario
La imagen de Lara Arreguiz acostada en el piso del pasillo del Hospital Iturraspe, en Santa Fe, conmovió a los argentinos. Tenía 22 años
La imagen de Lara Arreguiz acostada en el piso del pasillo del Hospital Iturraspe, en Santa Fe, conmovió a los argentinos. Tenía 22 años, era insulinodependiente, y falleció el pasado viernes 21/05 por complicaciones derivadas del coronavirus.Antes de acceder a una cama en terapia intensiva, pasó muchas horas esperando para ser atendida debido a la saturación del sistema sanitario. El desgarrador relato de sus padres.
Lara Arreguiz tenía 22 años y murió el pasado viernes 21/05 por complicaciones derivadas del coronavirus. Antes de acceder a una cama en terapia intensiva, pasó muchas horas esperando para ser atendida. La foto en la que se ve a la joven durmiendo en el piso del pasillo del Hospital Iturraspe, en Santa Fe, tapada sólo con una campera, conmovió a los argentinos. Y es una dramática postal de la saturación del sistema sanitario ante la 2da. ola de covid-19.
"Ella era insulinodependiente desde los 10 años. Vivía sola en Esperanza porque estudiaba veterinaria. Me llamó hace unos días para decirme que estaba descompuesta. La traje a casa y empezó con una tos seca", relató Claudia Sánchez, la mamá de la joven, en diálogo con La inmensa minoría (Radio Con Vos).
Y continuó: "Como seguía mal la llevé al hospital Protomédico donde me dijeron que tenía neumonía en los dos pulmones y que probablemente era COVID-19 positivo. La sentaron en una silla de ruedas en un pasillo porque no había camas, colocaron un biombo y le dieron oxígeno durante dos horas. Le bajó el azúcar y se empezó a descomponer. Fui a buscar a la doctora y estaba en la otra guardia y me dijo que tenía que esperar. Después vino la doctora, le dio una orden para un hisopado, unas placas, y nos mandó a mi casa".
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Al día siguiente asistieron al mismo centro de salud y tras un hisopado comprobaron que la joven era COVID-19 positivo y que además tenía neumonía bilateral: "Tenía todo para ser internada pero ahí no tenían lugar (...) Cuando la atendieron le dieron un antibiótico más. No la internaron porque no había camas me dijo el médico. Después me dijeron que la iban a dejar en la guardia porque era paciente de riesgo. Me quedé ahí esperando y pasaron las horas y ella me mandó un mensaje diciendo que tenía hambre. Además me pidió que le alcance la mochila así se medía el azúcar porque nadie se la había controlado".
De allí, Arreguiz fue trasladada al ex Hospital Iturraspe. "La llevé al Hospital Iturraspe, ella se sentó muy descompuesta y me decía que se iba a desmayar. Se puso a llorar y la hicieron ingresar a la enfermería y después otra vez a esperar en un pasillo. Ahí me dijo que se quería acostar, y se acomodó en el piso y yo le puse una campera. Esa es la foto que circuló".
"El piso estaba frío y sucio, pero ella se acostó igual", ahondó la mamá en diálogo con el medio local Infomercury. Una señora la vio y se compadeció: se sacó su campera y la tapó. "Se acercó y me recomendó que no se acostara en el piso porque estaba frío. Pero mi hija quería recostarse. Le pusimos mi campera y el bolso abajo, y ella me dio la suya para taparla. No le importó que mi hija tuviera coronavirus", agradeció.
Tras 9 horas, la pasaron a una sala intermedia. "Las enfermeras nos decían que nos tranquilicemos, que ella era una chica joven y fuerte. Yo la iba a visitar todos los días, solo quince minutos mediante una ventana, era muy duro verla ahí sola sin poder hacer nada", relató Alejandro, su papá, en diálogo con Infomercury.
El jueves le enviaron un mensaje del hospital preguntándole si quería ir a visitarla. "Me pareció raro, olía que algo malo podía estar pasando. Ella me había pedido que le lleve manzana rallada, una musculosa y una toalla, así que preparé un bolsito y me fui para allá. Cuando llegué estaba de costado, muy mal, con una máscara de oxígeno. Me miraba y me hacía señas de que estaba ahogada. Yo me quebré, no podía verla así. Vinieron unos enfermeros y me dijeron que ella me tenía que ver bien".
Cuando volvió a su casa, le dijeron que la habían pasado a terapia intensiva y que la había entubado. "Ahí el mundo se me vino abajo. Nos volvieron a decir que nos quedáramos tranquilos, que era joven, que iba a salir adelante", recordó. A las tres de la mañana del viernes 21 de mayo le avisaron que su hija había muerto luego de sufrir tres paros cardiorrespiratorios.
Por último, Sánchez dio detalles de cómo se enteró la triste noticia: "Me llamó el papá de Lara a las 3 de la mañana para avisarme que había muerto, que había tenido tres paros y no pudieron hacer nada. Es algo horrible, no se lo deseo a nadie".