María Scardanzán
“Librería del Escolar” fue una etapa muy linda de mi vida
Durante varias décadas fue un comercio tradicional de la ciudad, situado en la intersección de Melitón Juárez y J.J. Parachú. Era muy concurrido, especialmente, por estudiantes y docentes de las escuelas Normal, Comercio, Técnica Nº 1.
Al mismo tiempo, “Librería del Escolar”, tenía a su cargo la distribución de diarios y revistas para la venta en quioscos por lo cual el comercio mantenía una intensa actividad laboral durante toda la jornada.
Quisimos conocer el testimonio de una ex empleada, María Scardanzán, una entrañable mujer. Es madre del quiosquero José “Pepe” Otero. María nos cuenta algunos aspectos de la tarea que realizaba y sobre cómo era el día a día en “Librería del Escolar”.
¿Cuánto tiempo se desempeñó en “Librería del Escolar”?
María Scardanzán: Trabajé allí durante 20 años. Llegué a trabajar en “Librería del Escolar”
de casualidad porque se casaba la secretaria que tenía Raymundo (Otero) y mi cuñada, es decir su esposa, me dijo: “¿No lo querés acompañarlo a Raymundo en la librería?”. Yo nunca había trabajado antes porque mi marido no me lo permitía. Y le respondo: “sería cuestión de intentarlo”. Y fue así que, a partir de ese intento, permanecí laboralmente durante dos décadas.¿Cómo era el día a día en “Librería del Escolar”?
María Scardanzán: Diariamente concurrían muchos chicos y profesoras. Vi el crecimiento de la escuela Normal, Comercio. “Librería del Escolar” se atendía con amor, los chicos eran respetuosos, ninguno era desubicado. Fue una vida muy linda en esos 20 años de trabajo. Y luego abandoné porque murió Raymundo, sino no sé hasta cuándo hubiera seguido. Igualmente logré jubilarme.
Era un lugar impecable…
María Scardanzán: Así es y tenía mucha mercadería. Además, la librería tenía a su cargo la distribución de diarios y revistas. Se trabajaba intensamente porque había que atender a todos los quiosqueros. A los hijos de don Neme los vi crecer. También recuerdo a los Vuoto, “Arena”. Cada kiosco tenía asignado un lugar en el suelo para retirar los diarios y revistas.
Hay que tener en cuenta, además, que eran épocas en que se vendían diarios a granel y eso también, lógicamente, se reflejaba “Librería del Escolar”…
María Scardanzán: Ah… Era un emporio. No te imaginás lo que era la caja al finalizar el día. Distribuíamos una gran cantidad de diarios y revistas. El consumo era alto. Era el pan nuestro de cada día, sobre todo de las mujeres, que teníamos revistas como “Para Ti”, “Caras”, “Vosotras”. Ahora hay un gran parate. Y, claro, no es para menos, si una “Caras” cuesta como 1.800 pesos.
Tenía mucha actividad en la librería porque había que atender todo lo que era lo del rubro y también la distribución de diarios y revistas.
¿Y por qué cree que la gente dejó de comprar diarios y revistas?
María Scardanzán: Antes también había más disposición de dinero para comprar. La gente consumía mucho más porque había otra situación económica en el país. Hoy en día la gente ha dejado mucho de comprar diarios y revistas. En parte por la televisión, internet, aparatos de comunicación. Y, por otra parte, por el presupuesto que genera comprar un diario o una revista. ¿Y qué te muestran? Y, a lo mejor, pura propaganda.
¿Cómo era la convivencia laboral en la librería?
María Scardanzán: Mi patrón, que era Raymundo Otero, era un hombre muy respetuoso, muy cordial, nunca tuve un problema con él. Cuando se iba a Buenos Aires con su familia, me dejaba las llaves de la caja donde siempre había mucha plata y él me dejaba a cargo con mucha confianza. Luego, cuando él falleció, ya no fue lo mismo la relación laboral con el hijo. En ese momento renuncié. Pero gracias a Dios alcancé a jubilarme.
¿Qué más le gustaría expresar en este momento?
María Scardanzán: Agradezco infinitamente a “El Debate – Pregón” porque para mí fue una etapa muy feliz en mi vida. Disculpen si no es sido más locuaz, ocurre que no es mi costumbre que me entrevisten (risas).