Suzanne Rees, una pasajera australiana, viajaba a bordo del Coral Adventurer, un crucero que realizaba un recorrido de 60 días alrededor del país, valuado en más de 50.000 dólares. Durante una caminata “desafiante” en Lizard Island, al norte de Queensland, la mujer comenzó a sentirse mal por el calor y decidió detenerse, mientras el grupo continuó su trayecto sin advertir su ausencia.

Según reportó The Australian, Rees fue olvidada en la isla. El crucero partió sin realizar un control de pasajeros y su desaparición recién fue reportada cinco horas después, cuando no se presentó a cenar. Para ese momento ya había caído la noche, lo que demoró el inicio de la búsqueda.

El barco regresó a la isla y envió una pequeña embarcación con siete tripulantes para rastrear la zona con linternas. Sin embargo, el cuerpo de Suzanne fue hallado recién al día siguiente por un helicóptero de Nautilus Aviation. Las autoridades confirmaron que murió en “circunstancias repentinas y no sospechosas”.

La hija de la víctima, Katherine Rees, denunció falta de responsabilidad por parte de la empresa operadora. “Parece que hubo una falta de atención y de sentido común”, expresó en diálogo con The Australian. “Espero que la investigación determine qué debería haber hecho la empresa para salvar la vida de mamá”.

La Autoridad Australiana de Seguridad Marítima (AMSA) inició una investigación para determinar si hubo fallas en los protocolos de control de pasajeros y responsabilidades penales o administrativas por el hecho.

Fuente: TN / The Australian.