“Siempre estuve relacionado con el Aero Club, por mi padre, que fue mecánico desde al año 1949; pero, yo comencé a trabajar como ayudante de mecánico en el año 1960. En el año 1961, el Aero Club necesitaba pilotos, pues aunque había dos, hacía falta otro más porque tenían cuatro aviones; se volaba mucho en ese entonces. Así fue que la institución se hizo cargo para que yo hiciera el curso de piloto. Debo haber sido útil porque en el año 1965, se compró un avión 0 horas, un Cherokee (Piper Cherokee). Ahí empecé y he volado unos cincuenta y dos años en el Aero Club, salvo algunos años que volé para una estancia. En el año 2000, retomé mi actividad en el Aero Club, como instructor. En el año 2012, me hicieron dos baipases y ya no quise volver a volar como piloto, aunque sigo saliendo en vuelos, pero ahora como acompañante. Tengo unas 7500 horas de vuelo; es mucha experiencia.En ese tiempo, volábamos a todos lados, teníamos un servicio de taxis aéreos; no había puentes. Algunos días hacía hasta cuatro vuelos a Buenos Aires. En zonas rurales, también hacíamos servicio de mensajería. A veces, aterrizábamos, pero también, en ocasiones, los mensajes eran tan cortos que atábamos, con un hilo, un papelito con el mensaje en una piedrita, hacíamos algunas vueltas sobre las ranchadas y… ¡tirábamos la piedrita con el mensaje! Esto se terminó cuando empezó a transmitir Radio Gualeguay, los mensajes comenzaron a hacerse por el servicio de mensajería de la emisora (el famoso “Mensajero del Éter”). En cierto sentido, la radio nos quitó, pero también nos ayudó porque, antes de ella, volábamos “a lo indio”, como se suele decir, sólo con las cartas de navegación, la brújula; hasta el viento podía desviarte. Sin embargo, desde su funcionamiento, gracias a un dispositivo que tienen los aviones que se llama “radiocompás”, que toma la frecuencia de la radio, uno puede ubicar dónde está la antena de transmisión y guiarse con claridad.&nbsp;Una anécdota risueña (con susto incluido). Una vez regresaba desde Buenos Aires, con dos clientes, volando bastante bajo. Uno de ellos venía dormitando y con el otro conversaba; en eso veo un chajá, encima ya, sin tiempo para hacer nada. El ave se estrelló contra el ala; dicen que el chajá es “pura pluma”; pues bien, no es así: había que ver el agujero que hizo. ¿Qué pasó, entonces? Al embolsarse el aire, en el hueco que produjo el chajá, tiraba al avión para un costado; tuve mucho trabajo con los comandos para poder seguir. El cliente que dormitaba, extranjero, se despertó y preguntó que qué había pasado. Le dije que habíamos agarrado un chajá, le comenté que era un pájaro grandote y que, por favor, no dijera nada cuando llegáramos (la cuestión era que veníamos en vuelo bajo, lo que no estaba bien). Cuando llegamos al Aero Club, estaban su presidente y mi padre, quien se agarraba la cabeza al ver el hueco en el ala. En tanto, el presidente, dueño de campos y conocedor, dijo: “Lo que pasa es que el chajá, cuando está en celo, vuela alto, se va arriba”. “¡Claaaro…!”, le dije. Por supuesto, sin aclarar que veníamos bajito. En fin, zafamos.Recuerdo que otra vez, en el año 1968 o 1969, volaba don dos clientes. Uno de ellos era una señora que iba sentada en la parte de atrás. Este vuelo era en ocasión de una inundación muy grande; el trayecto desde Puerto Ruiz hasta Escobar (donde empezaba a dejarse el territorio bajo, inundable) era todo agua. En esta parte del recorrido es cuando esta señora se empezó a sentir mal. Entonces el otro pasajero me dijo: ¡Pará, pará, Funes que se descompuso la señora!&nbsp;Imaginen: ¿parar dónde?, ¡un avión!... Además, todo era agua. Le avisé que había una bolsita por si la señora necesitaba vomitar…. Afortunadamente, después, a la señora se le pasó su malestar.&nbsp;Hacíamos servicio de ambulancia; íbamos a Aeroparque. Teníamos que quitar el asiento trasero para colocar la camilla. Se&nbsp; hicieron muchos viajes de emergencia. En épocas de inundaciones hacíamos mucho servicio de taxi aéreo. También íbamos a remates que se hacían en Corrientes; recuerdo que, en los avisos de aquel tiempo, en todos, se aclaraba que había pistas de aterrizaje.Ahora todo eso se ha acabado. Los costos influyen mucho, los repuestos de aviación son caros y a precio dólar. En Argentina, prácticamente, no se produce nada para aviación, para Piper o Cessna, por ejemplo; todo es importado. No sé cuánto se tiene que cobrar ahora la hora de vuelo.El Aero Club posee actualmente un avión Cessna 172 y un Piper PA-11, que se accidentó hace ya unos diez años y todavía no lo han podido sacar del taller. Este Piper es con el que yo me recibí hace sesenta años. Los aviones son “eternos”; no es como con el auto que vos podés “andar perdiendo las latas”. Un avión, todos los años, tiene que pasar por inspección, que se hace en Buenos Aires. Y hay que presentarlo con el mantenimiento que corresponde, el avión tiene que estar realmente bien; si no, no aprueba la inspección.Volviendo al tema de las inundaciones, se puede decir que volar sobre tanta agua impresiona al principio, pero después uno se acostumbra. Se sabe que uno depende de un “motorcito”, pero el avión es muy seguro. Siempre digo que los “peligrosos” son los pilotos. La proporción de los accidentes de avión es igual a la proporción de los accidentes de auto. No hay accidentes de auto por falla de material, los hay por falla de conducción; en el avión es lo mismo. De nuevo, el avión es lo más seguro que hay. No hay caminos, no se cruza nadie, no hay semáforos…En cuanto a las rutas de vuelo, actualmente, lo esencial es el GPS; te “pone arriba” de donde uno va a aterrizar. Antes no era así; cuando me recibí, me mandaron a Buenos Aires. Nadie me enseñó cuál era la ruta y lo fundamental para la orientación era la brújula. Después, como ya dije, la gran ayuda eran las antenas de las radioemisoras.En cuanto a la sede del Aero Club, en los primeros tiempos en los que empecé, no había nada, sólo el hangar. En el año 1960, se hizo la pileta, muy bien hecha, nunca tuvo fallas. El lugar es muy lindo, con una hermosa arboleda. Se hicieron canchas; de vóley, de fútbol. Lamentablemente, la actividad aeronáutica, lo principal del club, está prácticamente parada. Ya no hay festivales, tampoco. Antes, el gobierno ayudaba; mandaba algunos aviones para vuelos de bautismo. Se ha pedido colaboración al gobierno, pero sin resultados. He ido, en años anteriores, a festivales aéreos en toda la provincia; el Aero Club Gualeguay colaboraba. En general, todos los aeroclubes están con problemas.Quiero cerrar manifestando el cariño que le tengo al Aero Club por tantos lindos momentos y recuerdos, sobre todo porque soy alguien a quien le gusta el vuelo. Quisiera que todos pudieran volar”.

Eduardo “Lolo” Funes: “He volado más de 50 años; los disfruté a pleno”

Gualeguay Deportivo 1915-1979, de Luis W. VaccariEl Aero Club Gualeguay, un&nbsp;sueño que ha cumplido ya tres décadas &nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;“Apenas catorce entusiastas se reunieron aquel 26 de julio de 1945 en la casa de 9 de Julio y San Martín donde tenía su sede el Club Sociedad Sportiva. Acompañaron al señor Luis Stefani, designado primer presidente, los señores&nbsp;Néstor y&nbsp;Darío Pérez Chiama, Jorge Monasterio, Adolfo Somoza Videla, Moisés Fernández Arancibia, Dr. Manuel Guerra, Oscar Henderson, Alfredo Diez. Dr. Roberto Beracochea, Arturo Di Massi, Adolfo Deymonaz y Elio Brutti.&nbsp;El primer aeródromo con características de tal fue el de “San Carlos” ubicado a 15&nbsp;kms. al oeste de la ciudad y&nbsp;fue inaugurado oficialmente el 31 de octubre de 1948 cuando ejercía la presidencia el doctor Héctor Valentín Cosso. El Aero Club comenzaba a levantar vuelo y la ciudad así lo reconocía. Poco&nbsp;después las instalaciones se complementaron con la construcción de una oficina y&nbsp;dependencia para pilotos y asociados. El 1º de marzo de 1949, fecha trascendental para&nbsp;las aspiraciones de toda entidad aerodeportiva, inicia sus actividades la Escuela de Pilotaje, que continúa aún en funciones, bajo la dirección del instructor de vuelo señor Julio César Seghetti. Tres meses más tarde egresa la primera promoción de pilotos que estuvo integrada por Carlos Germano, Raúl Berisso, Bernardo Magrán y&nbsp;José Matorras.&nbsp;Justamente, cuando el Aero Club apuntaba hacia una meta segura y a paso&nbsp;firme, un violento tomado inutilizó las&nbsp;instalaciones. Ese 26 de septiembre de 1951 quedaron bajo los escombros&nbsp;y&nbsp;con serias averías&nbsp;seis aviones, Había que comenzar de nuevo.&nbsp;Allí estaba la decisión del Ingeniero Alberto&nbsp;F. Mihura, socio de la&nbsp;primera hora, quien donó diez hectáreas de su establecimiento “Las&nbsp;Colas”, sobre ruta provincial Nº11 y&nbsp;&nbsp;vendió las treinta hectáreas restantes al irrisorio precio de mil pesos moneda nacional cada una. Esta actitud le valió con toda justicia el título de benefactor de la institución,&nbsp;cuyo aeródromo lleva hoy, a diez años de su desaparición, su nombre.&nbsp;&nbsp; &nbsp;A partir&nbsp;de allí el crecimiento se hacía patente apoyado por quienes en ese entonces se constituyeron en sendos pilares fundamentales: Héctor V.&nbsp;Cosso por un lado, con su férrea decisión puesta de manifiesto &nbsp;en innumerables oportunidades y&nbsp;llevando la conducción institución ya fuese desde la presidencia o integrando las diferentes&nbsp;comisiones directivas desde otros puestos, con una dinámica que &nbsp;no supo de desmayos y por el otro lado quien se&nbsp;constituyó en nervio motor de la actividad aérea: el instructor de vuelo Julio Nazario&nbsp;Natel. Con su indicación justa y&nbsp;clara, su capacidad profesional sin límites&nbsp; y&nbsp;con esa franca cordialidad, dejó un recuerdo imborrable entre quienes&nbsp;fueron sus discípulos. Al alejarse del club en busca de nuevos horizontes, cuarenta pilotos recibieron de sus manos el brevet al cabo de &nbsp;cabo de seis años de &nbsp;incansable trabajo.&nbsp;Numerosos han sido los festivales&nbsp;aéreos que se han llevado a cabo&nbsp;nucleando las&nbsp;distintas atracciones, paracaidismo, volovelismo, aeromodelismo y los tradicionales vuelos de bautismo para promover la&nbsp;conciencia aeronáutica, pero ninguno pudo haber concitado mayor interés que aquel que se realizara el 3 de octubre de 1965 cuando por primera vez aterrizó en Gualeguay un avión a reacción Glosteor Meteor con asiento en la VII Brigada Aérea de Morón al&nbsp;mando del entonces primer teniente (hoy &nbsp;vicecomodoro) Juan Francisco Laskowski, hijo de Gualcguay y entrañable amigo de la institución.&nbsp;En toda su historia el Aero Club Cualeguay ha prestado valiosos y desinteresados servicios a la comunidad. Traslado de enfermos, a veces&nbsp;&nbsp;sin cargo cuando&nbsp;se trataba de pacientes de modestos recursos, tareas de búsqueda y salvamento de otras aeronaves extraviadas o accidentadas; traslado de medicamentos y víveres a zonas aisladas por inundaciones, son parte de los servicios&nbsp;que se &nbsp;cumplen con rapidez y&nbsp;eficiencia hacia lugares donde no existe otro medio de comunicación.&nbsp;El resto es historia reciente, historia&nbsp;conocida, que se completará cuando puedan escribirse las nuevas realizaciones que seguramente alcanzará el Aero Club Gualeguay insuflado por la pujanza que ha elevado sus alas en sus treinta años de existencia y&nbsp;en sus veinticinco mil horas de vuelo, que quizá no se &nbsp;termine de escribir nunca porque siempre estará haciendo&nbsp;algo nuevo.&nbsp;La actual comisión&nbsp; directiva está integrada de la siguiente manera: Presidente: Antonio Fortunato&nbsp;Barel; vicepresidente Rubén A. Pausen; secretario Luis Humberto Alarcón, prosecretario: Héctor Carboni, tesorero: Roberto del Valle Gómez, protesorero: Antonio Humberto Portel; vocales: Osvaldo Antonio Gotusso, Juan&nbsp;Demelchiori, Juan Peregrino Echegaray; instructor de vuelo: Vicente Dell'Arciprette; mecánico: Rudecindo Eduardo Funes…”&nbsp; &nbsp; &nbsp; &nbsp; &nbsp; &nbsp; &nbsp; &nbsp; &nbsp; &nbsp; &nbsp; &nbsp; &nbsp;&nbsp;Comisión Directiva 2022- 2024Presidente, Cosso, Pablo; Vicepresidente, Izaguirre Flavio; Tesorero, Olivera, Facundo; Protesorera, Oagliariche, Soraya; Secretario, Giménez Guillermo; Prosecretario, Olivera, Franco; Revisor de cuentas, Barbará, Javier; Revisor de Cuentas Suplente, Cáceres, Adrián.&nbsp;Vocales titulares: Barriola, Rodrigo; Sturzenegger, Raúl; Frare, Ronald; Izaguirre, marcial; Alsina, Vanesa.Vocales suplentes: Dell Archiprete, Bruno; Bellagamba, Brian; Valentinuz, Ezequiel; Beheran, Juan; Badaracco, Nicolás.

Aero Club Gualeguay a 77 años de su fundación

Gualeguay Deportivo 1915-1979, de Luis W. VaccariEl Aero Club Gualeguay, un&nbsp;sueño que ha cumplido ya tres décadas &nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;“Apenas catorce entusiastas se reunieron aquel 26 de julio de 1945 en la casa de 9 de Julio y San Martín donde tenía su sede el Club Sociedad Sportiva. Acompañaron al señor Luis Stefani, designado primer presidente, los señores&nbsp;Néstor y&nbsp;Darío Pérez Chiama, Jorge Monasterio, Adolfo Somoza Videla, Moisés Fernández Arancibia, Dr. Manuel Guerra, Oscar Henderson, Alfredo Diez. Dr. Roberto Beracochea, Arturo Di Massi, Adolfo Deymonaz y Elio Brutti.&nbsp;El primer aeródromo con características de tal fue el de “San Carlos” ubicado a 15&nbsp;kms. al oeste de la ciudad y&nbsp;fue inaugurado oficialmente el 31 de octubre de 1948 cuando ejercía la presidencia el doctor Héctor Valentín Cosso. El Aero Club comenzaba a levantar vuelo y la ciudad así lo reconocía. Poco&nbsp;después las instalaciones se complementaron con la construcción de una oficina y&nbsp;dependencia para pilotos y asociados. El 1º de marzo de 1949, fecha trascendental para&nbsp;las aspiraciones de toda entidad aerodeportiva, inicia sus actividades la Escuela de Pilotaje, que continúa aún en funciones, bajo la dirección del instructor de vuelo señor Julio César Seghetti. Tres meses más tarde egresa la primera promoción de pilotos que estuvo integrada por Carlos Germano, Raúl Berisso, Bernardo Magrán y&nbsp;José Matorras.&nbsp;Justamente, cuando el Aero Club apuntaba hacia una meta segura y a paso&nbsp;firme, un violento tomado inutilizó las&nbsp;instalaciones. Ese 26 de septiembre de 1951 quedaron bajo los escombros&nbsp;y&nbsp;con serias averías&nbsp;seis aviones, Había que comenzar de nuevo.&nbsp;Allí estaba la decisión del Ingeniero Alberto&nbsp;F. Mihura, socio de la&nbsp;primera hora, quien donó diez hectáreas de su establecimiento “Las&nbsp;Colas”, sobre ruta provincial Nº11 y&nbsp;&nbsp;vendió las treinta hectáreas restantes al irrisorio precio de mil pesos moneda nacional cada una. Esta actitud le valió con toda justicia el título de benefactor de la institución,&nbsp;cuyo aeródromo lleva hoy, a diez años de su desaparición, su nombre.&nbsp;&nbsp; &nbsp;A partir&nbsp;de allí el crecimiento se hacía patente apoyado por quienes en ese entonces se constituyeron en sendos pilares fundamentales: Héctor V.&nbsp;Cosso por un lado, con su férrea decisión puesta de manifiesto &nbsp;en innumerables oportunidades y&nbsp;llevando la conducción institución ya fuese desde la presidencia o integrando las diferentes&nbsp;comisiones directivas desde otros puestos, con una dinámica que &nbsp;no supo de desmayos y por el otro lado quien se&nbsp;constituyó en nervio motor de la actividad aérea: el instructor de vuelo Julio Nazario&nbsp;Natel. Con su indicación justa y&nbsp;clara, su capacidad profesional sin límites&nbsp; y&nbsp;con esa franca cordialidad, dejó un recuerdo imborrable entre quienes&nbsp;fueron sus discípulos. Al alejarse del club en busca de nuevos horizontes, cuarenta pilotos recibieron de sus manos el brevet al cabo de &nbsp;cabo de seis años de &nbsp;incansable trabajo.&nbsp;Numerosos han sido los festivales&nbsp;aéreos que se han llevado a cabo&nbsp;nucleando las&nbsp;distintas atracciones, paracaidismo, volovelismo, aeromodelismo y los tradicionales vuelos de bautismo para promover la&nbsp;conciencia aeronáutica, pero ninguno pudo haber concitado mayor interés que aquel que se realizara el 3 de octubre de 1965 cuando por primera vez aterrizó en Gualeguay un avión a reacción Glosteor Meteor con asiento en la VII Brigada Aérea de Morón al&nbsp;mando del entonces primer teniente (hoy &nbsp;vicecomodoro) Juan Francisco Laskowski, hijo de Gualcguay y entrañable amigo de la institución.&nbsp;En toda su historia el Aero Club Cualeguay ha prestado valiosos y desinteresados servicios a la comunidad. Traslado de enfermos, a veces&nbsp;&nbsp;sin cargo cuando&nbsp;se trataba de pacientes de modestos recursos, tareas de búsqueda y salvamento de otras aeronaves extraviadas o accidentadas; traslado de medicamentos y víveres a zonas aisladas por inundaciones, son parte de los servicios&nbsp;que se &nbsp;cumplen con rapidez y&nbsp;eficiencia hacia lugares donde no existe otro medio de comunicación.&nbsp;El resto es historia reciente, historia&nbsp;conocida, que se completará cuando puedan escribirse las nuevas realizaciones que seguramente alcanzará el Aero Club Gualeguay insuflado por la pujanza que ha elevado sus alas en sus treinta años de existencia y&nbsp;en sus veinticinco mil horas de vuelo, que quizá no se &nbsp;termine de escribir nunca porque siempre estará haciendo&nbsp;algo nuevo.&nbsp;La actual comisión&nbsp; directiva está integrada de la siguiente manera: Presidente: Antonio Fortunato&nbsp;Barel; vicepresidente Rubén A. Pausen; secretario Luis Humberto Alarcón, prosecretario: Héctor Carboni, tesorero: Roberto del Valle Gómez, protesorero: Antonio Humberto Portel; vocales: Osvaldo Antonio Gotusso, Juan&nbsp;Demelchiori, Juan Peregrino Echegaray; instructor de vuelo: Vicente Dell'Arciprette; mecánico: Rudecindo Eduardo Funes…”&nbsp;&nbsp;

En este contexto, el Aero Club brindará "La última cena show" de la <a href="https://diariodebatepregon.com/etiqueta/temporada-a4002" class="agrupador" rel="4002">temporada</a> de verano, a modo de cierre de la misma. El evento comenzará a las 21hs, y contará con la actuación de Jorge Alejandro y su banda "Bien Arriba". Asimismo, desde el club recuerdan que solo se podrá asistir con reserva; y que el precio de la tarjeta tiene un valor de $600, cuyo menú incluye sándwiches de distintas variedades. Aquellos interesados en asistir, pueden comunicarse por reservas e informes al 15462883 o al 15417091.

El Aero Club Gualeguay cierra la temporada con una cena show

El <a href="https://diariodebatepregon.com/etiqueta/aero-club-gualeguay-a4848" class="agrupador" rel="4848">Aero Club Gualeguay</a> es una institución profundamente arraigada en la sociedad de <a href="https://diariodebatepregon.com/etiqueta/gualeguay-a15" class="agrupador" rel="15">Gualeguay</a> que pone rotundo énfasis en el desarrollo de sus actividades específicas y brinda en sus amplias y esplendidas instalaciones, contención y sosiego a quienes la visitan, cumpliendo así una importante función social. <h3>Así resume Soraya Pagliariche, miembro de la C.D., esta magnífica <a href="https://diariodebatepregon.com/etiqueta/temporada-a4002" class="agrupador" rel="4002">temporada</a>:</h3> "Aero Club Gualeguay es un ámbito convocante para pasar un verano tranquilo en un incomparable entorno natural a la vera de la ruta once km. 210, en Gualeguay. Una intensa temporada se ha vivido este año, con alegría y tranquilidad, con desplegado esfuerzo y atención se han cuidado todos los detalles y el Aero ha brindado sus muy confortables instalaciones. Ofreció su cuidado y extenso parque, sus numerosos churrasqueros, su quincho, sus canchas de fútbol, tenis y voley, su majestuosa piscina, con sus guardavidas, el espacio circundante de la verde campiña entrerriana y cada atardecer brindaba al concurrente ¡una postal encantadora e inigualable! Se han tomado en todo momento y lugar, las medidas precautorias en lo referente a los cuidados ineludibles por el Covid 19. Lugar de amplio recorrido, con espacio de música, espacio de relax, con sus isletas de arboles. Muy entretenidos los niños y jóvenes, pudieron practicar deportes. Por supuesto, se realizaron numerosos vuelos de bautismo, hermosísima experiencia que ha estado a cargo del piloto Rodrigo Barriola, presidente de la institución. En la cantina del club, los concurrentes a diario pudieron degustar exquisitas tortas, sandwichs y empanadas elaboradas por Choco Farías. Es innegable la poderosa atracción que ejerce la pileta del Aero, donde todos pueden realizar una de las manifestaciones más populares del deporte, la natación. Además se han realizado actividades adicionales con mucha repercusión en esta temporada estival, Acuagym (a cargo de Michu Fortti), Zumba Fitness (con Valen Nassiff), campamento, la presencia de Batería S6 de Nicolás Tellechea, entre otras y próximamente se ofrecerá "La Última Cena Show", el sábado 6 de marzo, donde contaremos con el grupo "Jorge Alejandro y su Banda", dando, de esta manera culminada la exitosa temporada. Un párrafo aparte merece el campamento realizado el fin de semana pasado del que participaron niños y adolescentes. ¡Una experiencia inolvidable! La Comisión Directiva ha cumplido su loable objetivo con claros preceptos de sociedad, orden, camaradería, responsabilidad y entendimiento para la toma de decisiones. En resumen, el Aero Club ha cumplido una vez más con su acción sociabilizadora, ¡muy importante y abarcativa!"

Aero Club Gualeguay: Despide su temporada con una cena show

La <a href="https://diariodebatepregon.com/etiqueta/temporada-a4002" class="agrupador" rel="4002">temporada</a> de verano 2020/2021, se presentó de una manera atípica para todos los clubes que ofrecen el servicio de <a href="https://diariodebatepregon.com/etiqueta/piletas-a5436" class="agrupador" rel="5436">piletas</a> y recreación veraniega. Muchos se debieron adaptar a los protocolos vigentes y afrontar nuevos gastos. Es por ello que este matutino dialogo con <a href="https://diariodebatepregon.com/etiqueta/soraya-pagliariche-a5856" class="agrupador" rel="5856">Soraya Pagliariche</a>, Tesorera del <a href="https://diariodebatepregon.com/etiqueta/aero-club-gualeguay-a4848" class="agrupador" rel="4848">Aero Club Gualeguay</a>, para que nos comente como se desarrolla la temporada de verano en dicha pileta. "Nosotros arrancamos el 4 de diciembre con una temporada bastante atípica, nos estamos enterando de distintos decretos y de distintas posiciones a medida que va corriendo la temporada, pero bastante bien con un alto acatamiento de los protocolos de sanidad por parte de los socios, asique muy conformes", comenzaba diciendo Soraya Pagliariche. "La gente elije el Aero Club, por el esparcimiento que tenemos, principalmente. Tenemos varias hectáreas a disposición de los socios para que puedan establecerse con su grupo familiar, con su grupo de amigos, y eso ayuda un montón para controlar el protocolo" Con respecto a los gastos, Soraya Pagliariche sostiene que "en comparación con el año pasado, los costos de mantenimiento de la pileta han aumentado casi un 43%, pero hemos incrementado la cantidad de socios, asique esos nos ayuda a poder avalar todos los costos que se han incrementado" Con respecto a los gastos, Soraya Pagliariche sostiene que "en comparación con el año pasado, los costos de mantenimiento de la pileta han aumentado casi un 43%, pero hemos incrementado la cantidad de socios, asique esos nos ayuda a poder avalar todos los costos que se han incrementado" Asimismo Soraya Pagliariche afirma que el nuevo decreto que restringe la circulación, no los afecta como institución deportiva, "ya que nos estamos defendiendo en la temporada con la parte de piletas y el club está abierto desde las 10 hasta las 20hs"

Aero Club Gualeguay y una temporada atípica

Todo comenzó un 26 de julio de 1945, en una casa ubicada en San Martín y 9 de Julio, donde tenía su sede el club Sociedad Sportiva. Entre las personas ahí reunidas se encontraba el señor Luis Stéfani quien fue el primer presidente del Aeródromo, durante los siguientes 3 años. Este Aeródromo estaba ubicado en "San Carlos", un campo a 15 km al oeste de la ciudad, quedando inaugurado en octubre de 1948 bajo la presidencia del Dr. Héctor V. Cosso. Las ideas siguieron avanzando con el fin de llegar a fundar LA ESCUELA DE VUELO, bajo la dirección de Julio Seghetti, hecho que quedó plasmado en marzo de 1949, donde se inician las actividades de la Escuela, siendo sus primeros egresados Carlos Germano, Raúl Berisso, Bernardo Magran y José Matorras. Era un proyecto que crecía con altas y variadas expectativas hasta que el 27 de septiembre de 1952, por implicancias del clima, un violento tornado acabó con la infraestructura del hangar, que albergaba las aeronaves, provocando serias averías. Había que pararse y comenzar de nuevo, debían proyectarse otra vez... En la historia como en la vida, hay numerosos momentos de los cuales dependen los grandes cambios y acontecimientos... Ante la situación que los abrumaba, llegó la decisión del ingeniero Alberto F. Mihura, socio de la primera hora, quien donó 10 ha de su establecimiento "Las Colas" - sobre ruta 11 - y vendió las 30 hectáreas restantes a un precio irrisorio. Esta actitud le valió con toda justicia el título de Benefactor de la <a href="https://diariodebatepregon.com/etiqueta/institucion-a2665" class="agrupador" rel="2665">Institución</a>, y en cuyo reconocimiento, y por decisión unánime, el Aeródromo lleva su nombre, "Aero Club <a href="https://diariodebatepregon.com/etiqueta/gualeguay-a2955" class="agrupador" rel="2955">Gualeguay</a> Ingeniero Alberto F. Mihura". A partir de allí el crecimiento se hizo patente. En toda su historia, el Aero Club ha prestado valiosos servicios a la comunidad: traslado de enfermos, tareas de búsqueda y salvamento de otras aeronaves y personas, traslado de víveres y medicamentos a zonas de difícil acceso, recorrida aérea de productores agropecuarios a sus campos bajos en épocas de inundaciones, vuelos de bautismos, fotografías aéreas, trabajo en conjunto con Bomberos Voluntarios. Además, tenemos el orgullo que egresados de nuestra Escuela de Vuelo, prestan servicio profesional en Aerolíneas Argentinas, Austral y American Airlines, desde hace muchísimos años. Actualmente, el Aero Club Gualeguay, posee dos aeronaves de su propiedad, Cessna 172 y un Piper PA 11. Una de ellas sufrió un accidente en febrero de 2010 y se trabaja denodadamente en pos de su puesta en condiciones. El predio está bajo la advocación mariana de Nuestra Señora de Loreto, Patrona de la Fuerza Aérea y de la Aeronáutica Argentina; su imagen esta estampada en el centro-frente del hangar. Están en la memoria colectiva las emociones vividas al contemplar el despegue, vuelo y acrobacias desarrollados por algunos pilotos en demostraciones especiales. La hermosa pileta de natación, hoy totalmente renovada, fue inaugurada en el año 1960. La inmensa mayoría de concurrentes a ella recuerda con afecto y alegría la estadía diaria a su alrededor, donde se reunían numerosas familias y compartían momentos de solaz y grata sociabilidad El paisaje que ofrece el Aero Club es de esplendidas características de serenidad y belleza, y, además de las instalaciones propias de todo Aeroclub, la institución cuenta con espacio destinado al esparcimiento y recreación de los socios y visitantes, churrasqueros, quincho, frondosa arboleda, cancha de vóley y la tradicional pileta de natación de 22 mts. de largo por 10 de ancho y con una profundidad de 2.75. Cuenta con juegos de plaza para los más chiquitos y los fines de semana habrá diferentes atracciones para ellos, como por ejemplo inflables Cabe mencionar al Señor IBARRA Tomás, el cuidador del Aero Club desde hace 3 años, es el encargado del cuidado y mantenimiento de las instalaciones Este año contamos, una vez más, con La Cantina, a Cargo de CHOCO FARIAS, extraordinario servicio, en atención y calidad, cancha de ping pong, metegol, dándole el toque especial a un VERANO que será UNICO. Esta Institución protagonizó y protagoniza con todo rigor un papel preponderante dentro del amplio espectro de organizaciones que funcionan a pleno en la comunidad gualeguayense y dice PRESENTE, en primera fila, en cada tramo de su historia, pretendiendo continuar con su trayectoria estratégica y especialísima, sin bajar la guardia en ningún momento, portando como blasones, genio, esfuerzo y esperanza para servir con beneplácito a la sociedad a la que pertenece. Este este breve relato no podemos dejar de destacar una MENCION ESPECIAL COMO SOCIO HONORABLE DE LA INSTITUCION AL SR: EDUARDO FUNES, quien desempeñó varios cargos dentro de la entidad, Piloto, en primera instancia, y luego diferentes cargos dentro de la comisión. Cada Comisión Directiva le fue dando su impronta al Aero Club. Ellas han estado impregnadas de audacia, de lucha, en el anhelo loable de supervivencia, pues siempre ha habido situaciones difíciles que, gracias al genio de muchos de sus asociados y miembros de la Comisión quienes pusieron desinteresadamente su sabiduría y su vehemencia en pos del mantenimiento de la Institución como tal, a fin de lograr los objetivos propuestos en la hora fundacional. Y todo, paso a paso, ha sido imantado por un hilo prodigioso a través de los tiempos para seguir teniendo hasta la actualidad la frente alzada hacia los cielos que surcan sus aviones..., pero los pies, en el conmovido suelo donde está implantado, y el que alberga una atmosfera de camaradería y gran dedicación y esfuerzo de quienes quieren, defienden y protegen el Aero Club de Gualeguay Hoy, se plasma un merecido, sincero y emotivo homenaje a los precursores de la Institución y a cada uno de los integrantes de las Comisiones Directivas y Socios en general, a quienes fueron guiando los pasos a través de los años, sosteniéndola con inteligencia, ahínco y protección, puesta al servicio del interés público. Desde estas líneas sencillas, pero muy sentidas, brindamos con muchísima alegría por el SETENTA ANIVERSARIO DEL AERO CLUB GUALEGUAY, y auguramos con fervor el desarrollo de una fecunda obra y una genuina y brillante actividad. COMISION DIRECTIVA DEL AERO CLUB GUALEGUAY. GUALEGUAY, ENTRE RIOS, Diciembre de 2020

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Aniversario N° 75 del Aero Club Gualeguay