Alerta y seguimiento en Gualeguay: el río proyecta un verano con aguas bajas y déficit hídrico hasta febrero
De cara a los meses de verano y con proyección hasta fines de febrero, Gualeguay aparece como uno de los puntos más sensibles del escenario hídrico en Entre Ríos. Así lo advirtió Juan Borús, especialista del Instituto Nacional del Agua (INA), al analizar la evolución prevista de los principales ríos de la provincia: el río Paraná, el río Uruguay y, especialmente, el río Gualeguay.
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En declaraciones a Radio Plaza, el especialista explicó que el pronóstico trimestral elaborado en base a datos del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) anticipa un verano con lluvias normales a levemente inferiores a lo normal, lo que se traducirá en niveles de agua medios a bajos en los cursos fluviales de la región.
Paraná y Uruguay: cautela, sin escenario crítico
Para el río Paraná, Borús señaló que no se espera una bajante extrema. “No estamos esperando una bajante muy significativa, sino simplemente una condición de aguas por debajo de los valores normales”, remarcó. Esta situación no generaría mayores inconvenientes en la toma de agua de las ciudades ribereñas, aunque sí podría impactar en la navegación y en la pesca artesanal.
En tanto, sobre el río Uruguay, el panorama resulta incluso más favorable. Con niveles que oscilarán entre normales y bajos, la situación podría beneficiar al turismo en localidades costeras, al ampliar las playas disponibles. No obstante, el especialista recordó que el comportamiento del estuario y las lluvias en la cuenca directa del embalse de Salto Grande seguirán siendo factores determinantes.
Gualeguay, el punto más delicado del verano
La principal señal de alerta está puesta en la cuenca del río Gualeguay, donde se proyecta un déficit hídrico marcado durante diciembre, enero y febrero. Según Borús, la combinación de lluvias escasas y fuerte asoleamiento propio del verano derivará en una menor humedad de los suelos y en una disminución sostenida de los caudales.
En este contexto, subrayó la necesidad de que las localidades de la cuenca —entre ellas, la ciudad de Gualeguay— mantengan un seguimiento permanente de la situación, especialmente aquellas que dependen de agua subterránea para su abastecimiento. “Hay que estar muy atentos, porque la condición hídrica puede afectar el suministro si el escenario se prolonga”, advirtió.
Finalmente, el especialista recordó que la actual variabilidad climática reduce la previsibilidad a largo plazo, por lo que, si bien la tendencia se extiende hasta febrero, es clave que los equipos locales y provinciales de gestión del riesgo mantengan la vigilancia ante posibles eventos intensos de corta duración, incluso en períodos predominantemente secos.
De este modo, Gualeguay se posiciona en el centro del monitoreo hídrico provincial, con un verano que exigirá planificación, control y uso responsable del recurso agua.