Pandemia
Covid: ¿El principio del fin?

Una explosión de casos de coronavirus se ha registrado en las últimas semanas en Gualeguay y el país. Luego de una aparente calma durante la que no se registraban prácticamente nuevos casos, la tercera ola comenzó a hacerse sentir con fuerza...y cada vez más.
Los registros comenzaron a marcar en la última semana un promedio de 30 casos diarios, sólo en lo que respecta a los casos informados por el hospital San Antonio, a los que se debe agregar los hisopados realizados en laboratorios privados, más aquellos que no se registran debido a que son asintomáticos o no asisten a los centros de salud.
La liberación de actividades contribuye en gran medida a esta explosión, como así también la mayor contagiosidad de la variante Delta y Ómicron, que el gobierno definió días atrás como de circulación comunitaria en Argentina.
Sin embargo, el dato positivo es que este aumento exponencial de casos, hasta ahora, no ha repercutido directamente en las internaciones en terapia intensiva o moderada.
Parece así haberse quebrado la temida relación entre contagios y cuadros graves de la enfermedad que llevaban a colapsar el sistema sanitario debido al gran número de internaciones, que en muchos casos terminaban lamentablemente con fallecidos.
Esto, vale recordarlo, se producía hace sólo algunos meses atrás. Alcanza con ver los registros de junio, cuando la segunda ola en nuestra ciudad dejó un gran número de personas fallecidas y llevó a un colapso del sistema sanitario que implicó en más de una oportunidad la necesidad de trasladar a los pacientes a otros efectores de salud en la provincia o el país debido a la carencia de camas en la Unidad de Terapia Intensiva del hospital.
Poco antes, el gobierno nacional había dispuesto nueve días de confinamiento, una virtual vuelta a la Fase 1 que paralizó nuevamente las actividades en el país.
Pero mientras este desolador panorama se producía continuaba avanzando silenciosamente la vacunación, principal arma para hacer frente al Covid junto con la aplicación de las medidas preventivas de cuidado como el uso de alcohol, el barbijo y distanciamiento social.
Todo parece indicar que las vacunas han cumplido su principal función que es la de quebrar la correlación entre el contagio y el desarrollo de cuadros graves de la enfermedad. O al menos así parecen indicarlo hasta el momento las bajas cifras de internación que también se registran en nuestra ciudad.
Sin embargo, esto no lleva a bajar la guardia desde los efectores de salud locales que han venido preparándose para el arribo de la tercera ola desde hace un tiempo.
Ante este panorama más esperanzador, resulta necesario sin embargo no descuidar las medidas preventivas dado que la vacuna no impide contagiarse ni contagiar a otros.
Estamos ya en lo que puede llegar a ser el principio del fin de la pandemia, al menos como la hemos conocido hasta ahora, y más que nunca debemos redoblar los esfuerzos para que esto suceda. En el mejor de los casos, será el último tramo de una pesadilla que ya lleva dos años.
Rodrigo Cassella