Ludopatía
Crece la ludopatía entre jóvenes de Gualeguay
Natalia Matorra, Directora de Prevención de las Adicciones en SEPACC, dialogó con El Debate Pregón sobre esta problemática que preocupa en especial a familias y docentes. El rol de la pandemia, las características de esta conducta y el trabajo del organismo. por Santiago Joaquín García
Basta con darse una vuelta por las redes sociales para notar cómo se ha incrementado la oferta de juego online. Mensajes como “cargamos toda la noche”; ”¿qué esperas para ganar vos también?”; “maquinas pagando”, están a la orden del día. En las escuelas de nuestra ciudad, se ve un crecimiento silencioso pero sostenido de este tipo de prácticas. Lógicamente, por una cuestión económica, se percibe más en las escuelas “del centro”, por llamarle de alguna manera a aquellas en las que concurren estudiantes de sectores medios y medios altos. “Se nota un incremento de los adolescentes de llevar adelante apuestas digitales en los recreos. Algunos apuestan mucho dinero”, le contó una docente a este medio. Ahora bien, ¿cómo algo tan propio de la infancia como es el juego puede convertirse en una adicción? Natalia Matorra, Psicóloga y funcionaria de la SEPACC dejó algunos conceptos para comprenderlo.
“Después de la pandemia”
“El tema de los juegos, el tema de la ludopatía, en realidad, del juego en línea, casinos virtuales, todo lo que tenga que ver con las redes, comienza a incrementarse mayormente después de la pandemia. En adolescentes más, porque desde antes de aquella época los adolescentes habitualmente se comunican por redes, pero en ese momento fue la única posibilidad. Así que, por ende, creció muchísimo el juego online en adolescentes. De hecho, tengo pacientes que han empezado con el juego virtual y terminan desencadenando enfermedades psiquiátricas o neurológicas. Tengo un paciente con un TIC que, a medida que se pone nervioso, ya no juega, pero se pone nervioso y aparecen todos los TIC. Eso quiere decir que se ha afectado su sistema nervioso. Entonces, se regula con medicación y demás. Pero esto lo genera justamente el cuadro de ansiedad que ocasionan los juegos en línea”, detalló.
“Atendemos todo tipo de consumo”
A continuación, le consultamos por el trabajo de la Secretaría de Prevención de las Adicciones y Convivencia Ciudadana que funciona en Gualeguay en 25 de Mayo 439: “Acá en SEPACC atendemos todo tipo de consumo. Tenemos adicciones a las sustancias legales e ilegales. Lo voy a aclarar porque a veces la gente no sabe. Las legales son el cigarrillo, el alcohol y las pastillas. Y, por el otro lado, están las sustancias como cocaína, marihuana, que habitualmente se considera una droga sana, natural, cosa que no es verdad, es un mito realmente. También la pornografía, las relaciones tóxicas, el trastorno de la alimentación, y todas las adicciones y los consumos problemáticos”, explicó. Le preguntamos luego cómo se acercan a pedir ayuda: “Según la edad. Los adultos vienen de forma voluntaria, cuando conocen, cuando escuchan de algún paciente que ya está en tratamiento. También vienen derivados de distintas instituciones, por ejemplo, del Juzgado de Familia, o una persona que esté con alguna causa judicial de Fiscalía. También nos derivan de Departamental, trabajamos mucho en redes con las otras instituciones. Vienen adolescentes y vienen los papás. El adolescente no viene solo. De hecho, muchos consumos se han naturalizado, como el juego, que se ha naturalizado para el adolescente”.
“Comienzan para divertirse”
Aprovechamos el diálogo para que nos defina algunas características típicas de esta conducta: “Es una forma de pasar el tiempo y, sin embargo, no se dan cuenta que están entrando en algo de lo que no se puede salir después. Al principio, todo consumo es para una mayor diversión. A ver, antes se consumía medicamentosamente, de una manera distinta. Hoy se consume para divertirse. Se ha estudiado, y los adolescentes comienzan para divertirse. Para provocar algo nuevo en su organismo. Y cuando uno comienza desde ahí, después se vuelve una adicción, una conducta de la que no se puede salir. Puede ser una adicción a la conducta, digamos, de ser parte de un grupo, de ser parte desde lo social. Y después se vuelve orgánico”, relató. Quisimos indagar si en su opinión la situación económica influye: “No sé si se habrá agudizado porque considero que los pacientes que llegan a SEPACC, o al menos cuando pensamos en una ludopatía, pensamos en una predisposición. Es decir, tenemos una persona con una estructura psiquiátrica que predispone a este tipo de adicciones. Desde la mentira, desde la estafa, desde lo enroscado. Una persona típica, podríamos decir, dentro de parámetros esperables, tal vez no piense en esa alternativa para enfrentar la situación económica”.
“Consumimos algo hasta que se termina”
Teniendo en cuenta que el ingreso a este consumo problemático, en la mayoría de los casos por el celular y las plataformas, les dedicamos un párrafo aparte: “Las redes están pensadas para generar en nuestro cerebro dopamina. Y en su estado natural el cerebro no está preparado para recibir tanta dopamina minuto a minuto. Con TikTok, Instagram, con los likes y todo esto se genera en el cerebro un funcionamiento para el cual no estaba preparado. El tema es que después no puede bajar a foja cero. No puede volver a un estado normal. Es como que siempre va a estar necesitando esa recompensa. El cerebro no puede regular, hacer una bajada. De hecho, el que consume cocaína lo que manifiesta siempre es que cuando está el bajón es una depresión muy profunda. Entonces tiene que recurrir nuevamente a la cocaína porque no hay otra cosa que lo pueda ayudar. Lo mismo pasa con la ludopatía. Deja de jugar y la adrenalina baja, pero queda toda la resaca. Cuando hablamos de consumo, hablamos de que consumimos algo hasta que se termina. Yo estoy tomando en este momento un mate y lo dejo de consumir cuando no hay más agua. Todo consumo es hasta el final. Entonces, si yo consumo juego, digamos, es hasta que no tenga un peso. Y más allá de que no tenga un peso, sigo con este funcionamiento neurológico que tiene que ver con esta dependencia y adicción a las deudas, a la mentira, a “lo voy a devolver, prestámelo, cubrime este hueco que yo te lo voy a devolver”; y después no devuelve porque no puede. Es una de las patologías más difíciles de poder sacar de raíz, desarraigar”, enfatizó.
Tratamientos
Para dejar en claro que hay una salida, quisimos saber cómo se trabaja esta patología: ”Nosotros acá en SEPACC tenemos un psiquiatra que tiene una orientación, tiene un trabajo en adicciones, así que estamos cubiertos por ahí. Pero no sólo con medicación. No hay mejor medicación que el deporte. No hay. No puedo concebir un tratamiento acá en SEPACC que no esté asociado al deporte, por eso tenemos talleres de deporte, un espacio de deporte. Teníamos natación, pero ahora con el tema de la caldera no tenemos más. Y después tenemos talleres, de crecimiento personal, y el grupo de consumo. Si consume cocaína viene al grupo de consumo de cocaína porque se pueden ayudar, y por supuesto está coordinado por un profesional. Hay otras instituciones que no trabajan con profesionales. En SEPACC en cada espacio hay un profesional capacitado o en capacitación, porque nos encargamos de hacer la capacitación también. No es lo mismo un paciente de consumo de cocaína, un paciente que tiene ludopatía y un paciente que consume alcohol. Para nada. La medicación tampoco es la misma. Y cada paciente es diferente. A veces, hay pacientes que salen muy rápido del consumo, que son aquellos pacientes que no tienen ninguna patología de base, ninguna comorbilidad, digamos, con otra patología psiquiátrica. Pero aquellos que consumen, por ejemplo, una persona con bipolaridad que viene y consume marihuana, no va a haber tratamiento medicamentoso que lo saque. Ese paciente tiene que tomar conciencia que la marihuana lo desordena totalmente, que cada pitada de marihuana le hace mal. Y el que consume cocaína va a tener una dieta medicamentosa distinta a un ludópata. Siempre”, reseñó. También hay actividades que tienen que ver con los vínculos: “Nosotros acá tenemos charlas que tienen que ver con la violencia en la adolescencia, en los noviazgos adolescentes. Y justamente hacemos un juego que es el semáforo. Entonces ponemos algunas frases: Hola, ¿con quién estás? Con mis amigas. Pasame una fotito. A ver si les parece si realmente es violenta o no es violenta. Tiene que haber alertas. No podés estar siempre controlada por tu novio. Tiene que haber ciertas libertades en el vínculo de seguridad. Tener adolescentes seguros. No tenemos adolescentes seguros en los vínculos. Tenemos adolescentes totalmente inseguros, dependientes, tóxicos”.
Sociedad de Consumo
Cerrando la entrevista, entramos en algunas consideraciones filosóficas sobre los cambios sociales y cómo se asocian al consumo problemático: “Ha cambiado la sociedad. La sociedad hace treinta años no es la misma de ahora, para bien y para mal. Desde lo profesional y desde lo personal, desde mi criterio profesional, uno de los ítems más importantes para mí en la sociedad es que se han levantado muchas represiones, ¿no? No hay límite. Todo se puede. Todo se puede probar, todo se puede consumir, todo se puede comer. Nos pasamos de rosca. La prohibición estructura nuestro cerebro, nuestra psiquis. Nos sana, nos cura. Si no hay prohibición, nosotros somos psicóticos. Y como padre adulto no puedo permitirle todo a mis hijos. Tengo que prohibir. Porque de esa manera yo cuido. Y hoy todo se puede”, finalizó.