Tras presentación en parroquia San Antonio
“El canto grupal nos une y nos sana”: María Amarilla, directora del coro Vientos de Cambio
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En el marco de la presentación coral que se llevó a cabo el pasado viernes por la noche en la Parroquia San Antonio, donde se presentaron el coro de niños y adultos de la Escuela Municipal de Música (EMMIM), el coro Cantora, el Ensamble Juan Sebastián y Vientos de Cambio, dialogamos con María Luján Amarilla, directora de este último conjunto coral proveniente de la localidad de Enrique Carbó.
Con emoción y calidez, Amarilla compartió la historia del grupo, su presente, los desafíos musicales, y el legado de su primer director, recientemente fallecido.
–¿Cómo nació el coro Vientos de Cambio y quién lo impulsó en sus inicios?
–Somos de Enrique Carbó y este coro funciona hace muchos años. El primer profesor fue Ricardo Gordo Elena, que falleció hace muy poco. Estamos todavía muy sensibles con ese tema, lo recordamos muchísimo. Él era de Larroque y fue una persona apasionada por la música, que transmitía amor y entusiasmo en cada clase. Fue quien nos enseñó a cantar con pasión y con sentido terapéutico, a vivir el canto como algo sanador.
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–¿Cuántas personas integran hoy el coro?
–Entre integrantes y profesores, somos 8 o 9 personas. A veces se suman otras, como una alumna nueva que vive en Concepción del Uruguay y viene cada tanto a participar. El grupo es muy abierto: cualquier persona puede sumarse, no hay límite de edad ni requisito previo. Actualmente, la mayoría somos personas adultas.
–¿Qué tipo de repertorio abordan? ¿Qué estilos prefieren?
–A la mayoría le gusta mucho el folclore, especialmente las canciones del litoral, algunas chacareras, pero también me gusta traerles variedad, proponerles retos. A veces les presento canciones nuevas que no conocen para que salgan de lo habitual y se animen a más. La idea es crecer como grupo.
–¿Dónde se desarrollan los ensayos?
–Ensayamos los martes a las 18:30 en el espacio de Turismo que nos presta el municipio. Es un lugar cómodo y acogedor. El coro funciona como taller municipal, gratuito, y siempre con las puertas abiertas para quienes quieran sumarse. A veces las clases se extienden un poco más, según el entusiasmo del grupo.
–¿Cómo trabajan la parte técnica del canto, como la afinación o las tonalidades?
–No hacemos distinciones ni restricciones por el tipo de voz, pero trabajamos mucho la afinación. Hacemos ejercicios de vocalización y este año estoy un poquito más exigente, los chicos lo pueden confirmar (risas). Pero vamos de a poco, sin presiones, porque se trata de disfrutar y mejorar a la vez.
–¿También comparten momentos fuera del canto?
–Sí, por supuesto. Hacemos reuniones, cenitas, peñas entre nosotros. Y encuentros como el del viernes son muy importantes: nos motivan, nos ayudan a seguir creciendo, a seguir ensayando con entusiasmo. Estoy muy agradecida a Nora Ferrando, que siempre nos tiene en cuenta, y feliz de compartir estos espacios con mi colega “Yami” Valdez, a quien admiro profundamente. Me encanta que podamos trabajar juntas y generar estos momentos tan lindos para todos.