Política
El PJ, la llave y la interna
"Con este gesto de renovación, esperamos dar el mensaje de que todos y todas tienen las puertas abiertas” del PJ, rezaba el comunicado difundido el lunes de la semana pasada por el Consejo Departamental tras anunciar la puesta al frente del partido de Martín Müller.
Un objetivo deseable que tal vez sea posible...si primero hubieran podido entrar ellos.
Pero no todo sale como uno espera y lo cierto es que en la noche de este miércoles los integrantes del nuevo Consejo Departamental terminaron sesionando en la calle tras no haber podido ingresar a la sede partidaria debido a que la puerta de la misma se encontraba cerrada.
Esa pintoresca escena encontró al ¿nuevo titular? del partido, Martín Müller, el ex legislador provincial Juan José Albornoz y otros integrantes del Consejo a la vera de calle Rivadavia.
Si la anécdota no fuera tragicómica podría ser una metáfora cabal de la situación actual del peronismo gualeyo que hoy cuenta con ¿dos? presidentes: uno desplazado que no renuncia al cargo y otro recién asumido que no puede empezar a ejercerlo.
El embrollo podría ser resuelto si el Consejo Provincial del PJ se pronunciara al respecto, pero eso sería marcar posición explícita sobre la interna en un momento en el que Bordet llama a tranquilizar los ánimos y no adelantar posicionamientos.
La gran incógnita es dónde quedan los afiliados: ¿estaban dentro o fuera del partido?
La supuesta falta de representatividad está a la orden del día en el fuego cruzado entre el sector mayoritario del Consejo Departamental y el de Gálligo, entre otros. En el caso de los primeros, Juanjo Albornoz sostuvo que Gálligo “no tiene consenso para estar al frente del peronismo" y respondió a las críticas: “a los que hablan de tener votos les digo que Müller y Justet fueron candidatos en el 2019 y explican el 90 por ciento de los votos del peronismo”.
Para los segundos, la legitimidad de Müller como cabeza local del PJ se discute por falta de elecciones debido al mandato prorrogado.
Mientras tanto, Gálligo presiona en los medios para que el Consejo provincial se expida al respecto. No desconoce que en esta instancia fuerza una toma de posición explícita de Bordet que en nada contribuiría a calmar los ánimos.
Ni la paciencia.
Ese mensaje todavía se hace esperar y tal vez esté pensando en hacer más ruido.
Pero no son los únicos actores de esta obra que parece no escatimar capítulos.
En el peronismo se alistan también para la intendencia otros sectores. El propio Erro, que la semana pasada se pronunció respecto al desplazamiento de Gálligo, ha mencionado que no descarta participar del armado de una opción electoral por fuera de la estructura partidaria para presentarse en las PASO.
El jodorismo también se anota y a su pedido de internas favorece este ruido.
Más allá de la situación de Gálligo, el punto fundamental continúan siendo las internas y el posicionamiento que Bordet, el gran elector, tome al respecto. Puede que lo actuado por el Consejo Departamental cuente con legitimidad institucional y se resuelva al respecto, pero eso no evitaría enviar un mensaje de cara a los convulsionados próximos meses. Después de todo, el nombramiento de un nuevo presidente departamental se inscribe a las puertas de las próximas elecciones y la encabeza un funcionario del primer mandatario provincial.
Cuentan, entonces, no sólo los modos sino también el momento y sus protagonistas en un marco en que todavía se aguardan importantes definiciones, entre ellas, si la provincia adelantará o no los comicios y qué pasará con la promesa del gobernador de garantizar internas en todos los municipios.
En el horizonte sobrevuela, lapidaria, la advertencia lanzada días atrás por la diputada Paola Rubattino quien sostuvo que “de consumarse, ejecutarse y avalarse está decisión a nivel provincial, dejaría un peligroso antecedente en la vida partidaria y por tal debilitaría aún más nuestra democracia”.
Todavía falta ver cómo se resuelve esta situación pero, al final de cuentas, la “llave” de la puerta de entrada la sigue teniendo Bordet.
Rodrigo Cassella