“Esta casa representa un sueño concretado”: el orgullo del presidente de Bancario
Para Juan Ignacio Solari, presidente del Centro Bancario Gualeguay, cada entrega de la casa que sortean año a año es motivo de alegría, pero también de orgullo institucional. “Una felicidad enorme, porque todos los años llega esta fecha y ver que se concreta el sueño de una persona que accede a algo tan importante y tan inaccesible como es una vivienda, nos llena de satisfacción”, aseguró.
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La casa sorteada este año es la número 24. “Empezamos en el año 2000. Un solo año no se hizo, en 2001, por la situación económica. Después, nunca paramos”, recordó. Y ya está en marcha la número 25: “Ya se está construyendo, a la vuelta, en calle Federación. Ya están levantando paredes y mandando imprimir los bonos. Pronto va a salir a la calle la próxima rifa”.
Solari destacó que todo el proceso está gestionado íntegramente por el club: “Desde elegir el terreno hasta cada detalle de la construcción, todo es por gestión propia. Y eso se nota”. El compromiso del equipo de trabajo detrás de esta rifa es visible en cada aspecto: “El orgullo nuestro, uno de nuestros estandartes, sin duda, es este bono contribución que tiene tanta trayectoria”.
La rifa no solo cambia la vida del ganador: permite sostener el funcionamiento diario del club. “Todo lo que se recauda va destinado a financiar las actividades deportivas, mantener las dos sedes que tenemos, hacer obras. Esta es nuestra principal fuente de ingresos”, explicó.
Además, remarcó el compromiso social de Bancario: “Nunca se le cierra la puerta a nadie. Por supuesto que tratamos de cobrar la cuota, pero si alguien no puede, igual lo recibimos. El club es de puertas abiertas y está siempre para la comunidad”.
Sobre el caso de Graciela, Solari también recordó el momento del llamado: “No creía que era verdad. Pensaba que era una joda o una estafa. Hasta que cayó. Es muy lindo poder compartir ese momento”.
La historia de Graciela Ibarra y la entrega de la casa número 24 reafirman la importancia del trabajo colectivo, de la solidaridad que une al club con su comunidad y del valor simbólico que cada ladrillo de esa vivienda representa.