Excelente puesta en escena del "Hombre Inesperado" en el Teatro Italia

El texto de Yasmina Reza posee la belleza de los diálogos aparentemente sencillos, que abordan situaciones cotidianas en las que se reflexiona sobre el amor, la soledad, la amistad y la pérdida, así como sobre la forma en que nos relacionamos con los demás y con nosotros mismos.

La puesta en escena tiene la capacidad de generar reflexión en el espectador, con momentos visualmente bellos y significativos, como el inicio y el final. Se desarrolla con un humor sutil que surge del contraste entre los pensamientos internos de los personajes. La inmovilidad del viaje es sorteada de la forma posible, aunque en ocasiones resulte predecible.

El clima de la sala y el comportamiento del público, en cuanto a su conexión con el espectáculo, se percibían de forma heterogénea. Las evidencias de la percepción del humor y de los climas de la obra se tradujeron, como síntesis, en el aplauso final, distinto al que esperaba el público gualeyo.

En una encuesta virtual realizada a espectadores conocidos —no significativa en tamaño, pero sí representativa por la diversidad de personas— hubo coincidencia (lo que es el paso previo a la exactitud) en cuanto a los problemas de sonido, que interfirieron en la comprensión de los parlamentos. Este problema se acentuaba por la disfonía del actor, lo que explica las diferencias en las risas, que fueron de menor magnitud en relación con la cantidad de asistentes.

De todas formas, y salvando ese imprevisto, en lo que respecta al ritmo de la obra y la calidad de la puesta, las opiniones se hallan divididas. Fue mejor percibida y valorada la actuación de la actriz que la del actor.

En síntesis: es una obra compleja, difícil, en la que las sutilezas pueden no haberse percibido por lo señalado. La percepción del comportamiento del público coincide con lo recogido en las opiniones, frente a un digno espectáculo, que por suerte vuelve a engalanar a nuestro querido Teatro Italia.

Cacho Gandini