Gualeyos por el Mundo
Gualeyos por el Mundo: Carolina Recalde: Tailandia
¿Recuerdan que Carolina Recalde compartió con nosotros su viaje a Indonesia? Bueno, pero ahí no terminó su recorrido, siguió para Tailandia, experiencia que nos comparte en dos entregas maravillosas.
“Luego de nuestra experiencia en Indonesia, con Mari (María Arribillaga) seguimos recorriendo Asia, ésta vez nos fuimos a Tailandia.
Estuvimos recorriendo Tailandia unos 17 días aproximadamente, en septiembre. Si bien es temporada de lluvia, tuvimos la suerte que nunca nos llovió como para interrumpir el día.
La primera parada fue la ciudad Phuket, sólo para hacer noche cerca del puerto para así al otro día partir a las Phi Phi Island.
Phi Phi nos enamoró, fuimos por 3 noches y nos quedamos 7. El único día que hubo tormenta fue el día que llegamos. Le dije a Mari, la lluvia es de buen augurio y así fue. Los días en la isla fueron de puro buceo para Mari y de playa y mates para mí. Mari ya había hecho buceo en Australia, pero sabía que acá se veían muchos animales exóticos, por lo que buceó en Nusa Penida, Indonesia, y decidió continuar el entrenamiento en esta nueva isla, llegando a hacer el curso de avanzado.
En Nusa Penida hay un lugar que se llama Manta Point donde se puede ir a bucear con las mantarrayas. Ese fue su primer buceo en Asia, un curso iniciación de dos días donde vio mantarrayas nadando al lado de ella, ¡alucinante!
Las mantarayas son unos animales muy lindos, grandes, que nadan de una manera muy atractiva; no se acercan mucho a uno y tienen mucha memoria, es decir, si un buzo va seguido, ahí te pueden reconocer
Después Mari terminó su curso en Phi Phi Tailandia, el Open waters. Ahí vio tiburones, todo tipo de corales, de peces bajando 30 m en el fondo del mar. Sumado que buceó de noche y con ¡tormenta! Fue tal su experiencia que en los días que estuvimos en Phi Phi me insistió mucho en que haga el curso de iniciación. La verdad verla tan feliz, me contagió y logré superar un gran miedo y barrera propia, el agua. Aprendí a nadar de grande (20), por ende lograr hacer una sumersión de 1 1.5 metros y estar bajo el agua por 23 min para mí fue todo un logro. Recuerdo que le dije a mi instructora, lo único que no quiero ver son tiburones, me dijo, ¡tranquila no vamos a ir a ese punto! Claramente me sumergí en su hábitat y a los 11 metros de profundidad vi a un tiburón de punta negra y su cría. Primero me asusté y luego quedé sorprendida sólo siguiéndolo con la vista. Un dato interesante es que toda la empresa donde lo hicimos se llama DPM, de puta madre, una empresa argentina que se fundó hace 11 años en el sureste asiático y la verdad que los chicos tienen una amabilidad y una paciente increíble.
En Phi Phi comimos mucha variedad de fruta, probando su postre más típico Mango Sticky Rice, que es mango con arroz y leche de Coco, muy rico. Hay mucha variedad de comidas con sabores variados, y algunas picantes. Mezclan mucho los sabores desde lo crocante, agridulce y picante en el mismo plato. ¡Indescriptible!”
(continuará)