Por la Prof. Ana Lucía Larreteguy
Hablemos de Autismo
No quiero teorizar, quiero realidad. Por eso cuando tuve la intención de escribirles este artículo, recordé que cada vez que hablaba de autismo, no todas las personas sabían lo que decía.
Hice una encuesta en una red social, la pregunta era simple ¿CONOCES EL TEA? Para mi sorpresa los resultados fueron 62% SI y un 38% NO. Pero como es común creer conocer por lo que se lee o escucha en medios que desinforman, la siguiente historia les pedía que, si su respuesta había sido SI, me dijeran una característica del Autismo… y ahí llegó la realidad.
Una de las respuestas fue NO TIENE CURA, PERO SI DISTINTOS TRATAMIENTOS. Y acá es donde empezamos a derribar mitos. El Autismo NO NECESITA CURA, porque no es una enfermedad. Según el discurso médico es un trastorno del desarrollo que se manifiesta durante los primeros años de vida. Este se caracteriza por dificultades en la comunicación y el lenguaje, como también por conductas, actividades e intereses restringidos y repetitivos. ¿Si cambiamos el discurso y decimos que es una condición de vida y sus características se hacen visible a partir de los primeros años de vida? Estas son desafíos en la comunicación e interacción social, intereses y actividades que les apasionan, muestran conductas que les ayudan a autorregular su propio nivel de estrés, podemos empezar a derribar barreras de exclusión y pensar un lugar donde todos y todas podamos estar.
Otra de las respuestas fue “Aprendizaje diferente” y sí. Todas las infancias aprenden diferente, algunas (me arriesgo a decirla mayoría) necesitan abordajes no tan mecanizados o “aburridos”. Por eso es necesario visualizar el interés de cada individuo o del grupo en el que está. ¿O acaso ustedes leen o hacen cosas que no les interesan en sus tiempos libres?
El Autismo no es una barrera para el aprendizaje o el trabajo. Las personas con esta condición SI están en este mundo, son parte de nuestra sociedad, familia, escuela, club. Por eso una de las terapias más fundamentales a la que asisten (mientras las obras sociales la cubran o el bolsillo de las familias pueda) es la Terapia Ocupacional. Además de Psicología, Fonoaudiología, Psicopedagogía, Musicoterapia, entre otras. Quiero resaltar el valor de las expresiones artísticas y de la actividad física programada para poder poner lo que sienten en ellas. Muchas veces queremos enseñar a colocar un planeta dentro del sistema cuando lo primero que tenemos que enseñar es a reconocer las emociones. Somos personas, no robots.
Empecemos hoy. Dejar de hablar de normalidad para empezar a hablar de diversidad. Dejar de hablar de aceptación para hablar de convivencia. Necesitamos estos cambios, necesitamos que los institutos o universidades que forman docentes incluyan dentro de la formación la discapacidad o condiciones de este tipo. Es urgente. Como también es urgente la EMPATÍA dentro de las Instituciones tanto escolares como intermedias. A veces la única adaptación metodológica que necesita un niño/a, es que crean en él/ella.
No es un camino fácil para nadie, pero las primeras barreras las pone el desconocimiento. Pregunten, sean curiosos. Busquen fuentes confiables.
Ser diferentes no es un problema, el problema es ser tratado diferente. La discapacidad no está en el cuerpo de las personas, sino en nuestra forma de mirar al otro/a. Seamos amables y respetuosos de las diferencias y así construiremos un mundo mejor para los que vengan detrás.
Como docente sostengo que es nuestro deber cuestionar y trascender las categorías escolares que nos impiden pensar que una niña o niño, cualquiera sea, no tiene derecho a aprender con los demás y a ser reconocido/a como el resto.
Como mamá, cuando me pregunta por el autismo, les hablo de tu sonrisa. Los/as espero para recorrer este camino, juntos/as.