El acto protocolar estuvo encabezado por el director Ramón Velázquez, acompañado por el personal docente, administrativo y miembros de cooperadora. También estuvieron presentes la intendente Dora Bogdan; el senador provincial Casiano Otaegui; la directora departamental de Escuelas, Patricia Aguiar; referentes de AGMER y UDA; y directivos de las escuelas Nº 7 “Canónigo Vilar” y Nº 69 “Constancio C. Vigil”. Entre los invitados de honor se destacaron los hermanos Guillermo y María Rosa Mac Dougall, descendientes directos del hacendado que cedió el primer espacio donde funcionó la escuela.

Un reencuentro cargado de emoción

La jornada estuvo marcada por la presencia de ex alumnos que, en muchos casos, viajaron desde otras ciudades para reencontrarse con su escuela. Algunos de ellos pisaron sus aulas hace más de 70 años. También se sumaron ex docentes y ex directivos, conformando un paisaje humano que mezcló nostalgia, orgullo y celebración.

Los festejos incluyeron bailes tradicionales interpretados por los ballets Amanecer Gualeyo y Acento Entrerriano, además de relatos camperos que evocaron los antiguos modos de vida rural. El cierre artístico estuvo a cargo de la Banda Municipal de Música “Isidro Maiztegui”. Autoridades y gremios realizaron entregas de presentes a la institución y a alumnos destacados, gesto que la escuela retribuyó con agradecimientos a quienes colaboraron en la organización del centenario.

La celebración incluyó el descubrimiento de dos placas conmemorativas, un video que se expuso con fotos históricas de la escuela y una torta de cumpleaños, que se compartió entre los presentes.

Un siglo de historia contado desde adentro

Uno de los momentos más emotivos fue la lectura de la reseña histórica a cargo de la ex directora Marisa Brutti, quien condujo la institución entre 2008 y 2024. Con visible emoción, Brutti relató los orígenes de la escuela, apoyada en los testimonios de Guillermo Mac Dougall.

Recordó que en 1924, el hacendado Guillermo Mac Dougall cedió un salón de su vivienda para que funcionara allí la naciente Escuela Nº 36, a 500 metros de su ubicación actual. El primer dictado de clases estuvo a cargo de la maestra y directora Inés Mac Dougall, quien enseñaba primero superior, segundo y tercer grado. En 1925, el gobierno provincial adquirió el actual terreno y construyó un aula y una vivienda para el docente, mientras los alumnos utilizaban baños ubicados al costado de la escuela.

Brutti reconstruyó anécdotas de esos años: la numerosa matrícula compuesta por hijos de empleados rurales, la colaboración permanente de las familias y los recordados eventos comunitarios. Entre ellos, las carreras cuadreras organizadas desde 1965 en el campo de Ítalo Mac Dougall para recaudar fondos, y los bailes de la legendaria “Pista Mac Dougall”, inaugurados en 1968, que convocaban a jóvenes y familias de toda la región, sin importar heladas, calor o distancias.

También evocó el festejo de los 50 años en 1975, celebrado con un emotivo acto y un multitudinario almuerzo en la Sociedad Sportiva.

Finalmente, Brutti expresó su propio agradecimiento: “Hoy puedo decir que fui privilegiada de haber trabajado en una escuela con una comunidad presente, cuidadosa y responsable. Nunca me sentí sola. Ahora, ya jubilada, tengo la oportunidad de decirles gracias y mil veces gracias por todo”.

La voz de los ex alumnos

La ex alumna Carolina Piaggio también compartió palabras en nombre de ex estudiantes y de la Cooperadora. “Volver hoy es volver a nuestros orígenes —expresó—. Aquí aprendimos mucho más que contenidos: aprendimos esfuerzo, solidaridad, comunidad y amor por la educación”.

Destacó además que la Escuela Nº 36 “es más que un edificio: es un espacio donde generaciones de familias rurales encontraron oportunidades, contención y futuro”. Y señaló que celebrar 100 años es también renovar el compromiso de seguir sosteniendo la educación pública y el espíritu comunitario que siempre caracterizó a la institución.

Un legado que continúa

La directora departamental, Patricia Aguiar, cerró el acto remarcando el valor de la celebración. “Las palabras sobran —dijo—. Hay mucha emoción y mucho encuentro, y vaya si es motivo para celebrar 100 años”. Puso en relieve el esfuerzo de las comunidades rurales para sostener la matrícula y continuar la vida institucional, agradeciendo el compromiso de docentes y familias.

Cien años de una escuela que sigue latiendo

La Escuela Nº 36 “Juan Francisco Seguí” cumplió 100 años rodeada de quienes la hicieron posible: alumnos, maestros, familias y vecinos. Un siglo de historias compartidas en un rincón rural del departamento Gualeguay, donde la escuela no es solo un lugar de aprendizaje, sino un espacio de pertenencia y memoria.

El festejo no solo recordó el pasado: reafirmó el valor de las raíces, la importancia de la educación pública y la fuerza de una comunidad que, durante cien años, supo sostener y hacer crecer a su escuela.