Columna de opinión
“Lucecitas” no estará en la Exposición 2025 de la Sociedad Rural
Después de medio siglo atendiendo los almuerzos inaugurales y simultáneamente su espacio en el galpón de la institución y cuando ya tenían la fecha reservada, la Comisión Directiva de Lucecitas recibió la noticia de que no contarían con el galpón (quincho) para servir al público en general durante 3 días.
La noticia les “cayó” de manera dolorosa en un primer momento, para después ser convocados a una reunión en que los motivos no se explicaron en forma clara ya que iban desde la necesidad de un cambio de menú, a ofrecerles el almuerzo inaugural y el salón comedor para el resto de los días, sabiendo que el lugar más convocante es el quincho. La confusión y la desazón ganaron el ánimo de la C. D. de Lucecitas y tuvo muy mala repercusión en la sociedad de Gualeguay que mostró su
disconformidad de diferentes formas.
Cada institución tiene derecho a usar y disponer de sus espacios de la forma que lo considere, pero las explicaciones claras hacen a la comprensión. La Rural ofreció el servicio a la Sociedad de Bomberos Voluntarios quien rechazó la oferta en solidaridad con Lucecitas; luego hizo lo mismo con un privado que aparentemente cerró
el contrato.
No es un capricho de Lucecitas el dolor ante el hecho de que se les quitara su espacio tradicional, es dolor porque era su servicio histórico, que bien puede ser perfectible de acuerdo con los requerimientos de los “dueños” de casa. El hecho angustiante está en que Lucecitas ya había reservado la fecha con la que implica el rechazo de otros pedidos de servicio y, fundamentalmente, no poder continuar con la tradición y no contar con la retribución monetaria que le da el evento. Caber aclarar que, al igual que otras
instituciones, Lucecitas paga un canon por ocupar ese espacio. A eso se suma la difícil situación que están viviendo las instituciones que atienden a personas con discapacidad, por medio de talleres, alimentos, contención, ya que no están recibiendo desde hace meses las partidas y no tienen cargos pagos por el gobierno pese a que el Centro de Día pertenece a Salud; es así que el futuro se muestra más que incierto. Lo mismo les ocurre a los particulares que tienen un familiar con discapacidad y deben pagar en forma particular las terapias y medicamentos. Si bien la obra social provincial pasó por intervenciones y reacondicionamientos, aún hoy no deja ver un peso a sus afiliados, por lo que las instituciones tampoco pueden contar con esa ayuda y todo debe ser enfrentado por el producto de lo trabajado por la Comisión Directiva.
Reitero, cada institución es dueña de disponer de su espacio, pero en este caso es necesario que se “aclare porque ha oscurecido”, con argumentos orales y la promesa de un comunicado que aún no ha llegado a ningún medio ni comisión.
Mi solidaridad plena con “Lucecitas”, una institución para la cual trabajé durante muchos años con total entrega y amor en los distintos eventos, circunstancias y lugares en que nos
ha tocado ofrecer servicio. Si bien para Lucecitas es caso cerrado, abriendo las fechas que tenía reservada para la Rural, y con la seguridad de que van a ser solicitados sus servicios como siempre, el acompañamiento de la sociedad de Gualeguay es esencial, ya que debe considerar a esta institución como parte de su patrimonio. De nuevo, la decisión no fue explicada claramente y el momento es el más inoportuno.
Profesora Graciela Saavedra