En plaza Constitución
Lucecitas se manifestó ante una crisis que pide soluciones urgentes

Este jueves, por la mañana, en Plaza Constitución, se realizó una concentración para manifestar el repudio por la falta de respuesta de obras sociales y del Estado Nacional en relación a la difícil situación que atraviesa el sector de discapacidad.
Convocatoria
Ante un nutrido público, docentes, profesionales, familias y autoridades de Lucecitas se manifestaron públicamente para visibilizar la grave situación que enfrenta el único centro de día para personas con discapacidad de la ciudad. Reclaman la aplicación de la Ley de Emergencia y denuncian atrasos en pagos de obras sociales y congelamiento de valores.

El Centro de Día Lucecitas fue escenario de una emotiva y contundente jornada de movilización. Con la participación de concurrentes, familiares, profesionales, representantes de instituciones y vecinos de Gualeguay, se llevó a cabo un acto con el objetivo de hacer visible la grave situación económica y estructural que atraviesa la institución.
La convocatoria se realizó en el marco del tratamiento en el Senado de la Nación de la Ley de Emergencia en Discapacidad, un reclamo que se vuelve cada vez más urgente para cientos de centros en todo el país, incluyendo a Lucecitas, la única institución en Gualeguay que ofrece atención terapéutica integral a personas con discapacidad jóvenes y adultas.

Una crisis que golpea fuerte
La directora del centro, Marianela Fernández, fue quien dio inicio al acto. Visiblemente emocionada, agradeció la presencia de la comunidad y destacó: “Lucecitas no es un lugar de paso. Quien pasa por el centro de día, deja un pedacito de su corazón. Hoy nos convoca una situación crítica. Queremos que todos se enteren de qué se trata esta emergencia y cómo nos afecta concretamente”.

Fernández explicó que actualmente 40 personas asisten a la institución, que trabaja bajo el régimen de prestaciones de salud financiadas por obras sociales. Sin embargo, desde diciembre de 2024, el nomenclador no ha sido actualizado, y las obras sociales han comenzado a demorar hasta seis meses o más los pagos, poniendo en riesgo el funcionamiento básico del centro.
“Estamos al límite. La comisión de Lucecitas viene sosteniendo los sueldos y gastos con los ingresos del servicio de catering, pero esto ya no es suficiente. Nos vimos obligados a recortar personal, reducir horas profesionales y suspender talleres. Y eso duele, porque afecta directamente a nuestros concurrentes”.
Actualmente, trabajan 27 personas en el centro de día, entre talleristas, profesionales de la salud, auxiliares y personal de apoyo. La imposibilidad de sostener el plantel completo ya ha generado consecuencias directas en la calidad y continuidad de las terapias.

Profesionales al borde
En representación del equipo terapéutico, la terapeuta ocupacional María Sol Cichero tomó la palabra y describió con claridad el malestar del sector: “Estamos cansados, agotados, desvalorizados. Trabajamos meses sin cobrar, con honorarios desactualizados. Muchos colegas se ven obligados a dejar el centro para priorizar el consultorio privado. Y quienes se quedan lo hacen con vocación, pero con un sueldo congelado”.
Cichero también hizo hincapié en cómo esta situación repercute directamente en los concurrentes: “Las necesidades de las personas con discapacidad son cada vez más complejas. Sin embargo, los recursos humanos son cada vez menos. Los equipos se desarman y eso genera inestabilidad en los tratamientos”.

La voz de las familias
Uno de los momentos más conmovedores de la jornada fue el testimonio de Mirta, mamá de Agustín, un joven que transita su vida en Lucecitas desde la escuela hasta el centro de día: “Nuestros hijos necesitan cada una de las terapias. No es un lujo, es su derecho. Agustín avanzó muchísimo gracias a este lugar. Nos angustia saber que puede dejar de tener lo que necesita. Quiero que la sociedad entienda lo que estamos viviendo las familias”.
Mirta enfatizó que esta no es una situación de caridad, sino de lucha por derechos fundamentales: “Esto no lo debería sostener a pulmón una comisión, ni las familias. Lo debe garantizar el Estado”.

Una comisión que no baja los brazos
También habló Alejandro Vaccari, miembro de la Comisión de Lucecitas, quien dio detalles técnicos y económicos de la crítica situación:
“Recién en junio recibimos el primer pago del año. Lo que facturamos no alcanza para cubrir los costos operativos del centro. Y nuestras reservas se están acabando”.

A raíz de esta crisis, debieron suspender actividades complementarias, recortar servicios y reorganizar el funcionamiento para “ganar tiempo” mientras se buscan soluciones. Vaccari insistió: “Esto no es solo un tema económico. Las personas que concurren al centro tienen derecho a estar acá. El personal también tiene derecho a un salario digno. No podemos resignarnos a cerrar. No podemos dejar a estas personas sin su lugar, su segunda casa”.

Apoyo institucional
Durante el acto también se hizo presente la intendenta de Gualeguay, Dora Bogdan, quien expresó su acompañamiento y compromiso para buscar soluciones junto a la provincia:
“Desde el municipio estamos a disposición. Vamos a gestionar lo necesario para que esto se solucione. Lucecitas es un orgullo para Gualeguay y no puede estar en esta situación. Vamos a trabajar para que la provincia también se involucre y podamos lograr estabilidad con cargos y recursos garantizados”.
La jefa comunal se comprometió a abrir las puertas del municipio para facilitar las gestiones necesarias y acompañar el proceso que permita asegurar la continuidad del centro.





