Entrevista exclusiva con El Debate
Marina Petroff: "A la gestión le ha tocado bailar con la más fea"

La concejal de Juntos por Entre Ríos reflexionó en diálogo con El Debate Pregón sobre los desafíos del oficialismo municipal, el impacto de las políticas nacionales en la gestión local y la necesidad de recuperar el diálogo político constructivo. Desde su experiencia en ambos roles legislativos, analiza las complejidades actuales de gobernar en Gualeguay.
Ante todo una pequeña aclaración. Dejamos el tema electoral para una nota aparte y nos focalizamos en este diálogo en la gestión. Su rol como candidata en las elecciones internas del radicalismo será tratado en otra nota.
¿Cómo está viviendo su rol actual como concejal del oficialismo?
Es muy difícil que se entienda a veces el rol del concejal. Uno recibe a la gente, pero no puede hacer tanto como quisiera. La gente te castiga y dice "hay que hacer esto”, pero bueno hay competencias de cada poder. El ejecutivo justamente puede realizar algunas cosas y nosotros estamos para llevar a cabo la normativa de la ciudad.
Hay demandas básicamente, y es un consejo muy variopinto que ha quedado muy distribuido. Tengo la experiencia de haber sido anteriormente concejal por la oposición, después fui por el oficialismo más o menos por integración, y ahora por el oficialismo. Me gustaba más ser oposición (risas). Pero por eso entiendo a los demás concejales y a veces los miro con una sonrisa, con cariño. Si yo estuviera ahí sería fácil también, sería entretenido.
¿Cómo evalúa la situación actual de la gestión municipal?
La verdad que a la gestión le ha tocado bailar con la más fea en ciertos momentos. Lo que pasa a nivel municipal es similar a lo que pasa en provincia y nación. La única diferencia es que acá desde el gobierno municipal no podemos hablar de "la pesada herencia" porque es una continuidad de Federico, Verónica, Dora, con distintas improntas.
Había una proyección muy linda de lo que se esperaba hacer para esta gestión y apareció la sorpresa del Gobierno Nacional con sus nuevas decisiones: la paralización de la obra pública, el retiro del Estado. Y eso complicó. El otro día hablaba la secretaria de Hacienda de lo que ha caído la participación [provincial] y es mucho.
Pero veo una gestión que se está poniendo de pie, tal vez un poco más tarde de lo que la gente esperaba. Te puedo asegurar que tanto Dora como el resto de los funcionarios están preocupados, nadie está ajeno a la realidad y a lo que les demanda los vecinos. Seguramente no se harán obras importantes, per se tratará de enfocarse de lleno en los servicios.
¿Cómo afecta el cierre de ciertas áreas?
En el caso de las cien viviendas es tremendo lo que las tres mujeres anduvieron gestionando. Porque verdaderamente han sido primero Verónica, después Dora y Marcela que está en Nación. Y han gestionado mucho para esto y se consiguió un compromiso que esperamos se cumpla porque es desesperante cuando vos ves las casas a dos segundos de terminar, la gente tan emocionada esperando su vivienda. Hay otros lugares que tienen menos avance y es una locura el descarte. Un desperdicio, una pérdida, una tristeza.
¿Qué opina sobre el manejo de temas sensibles como el de discapacidad por parte del gobierno nacional?
Estoy de acuerdo con los controles. Cuando uno tiene que reducir el gasto, tiene que ser más eficiente, tiene que controlar, y si en algún momento ha habido descontrol con estas cuestiones, puede pasar. Lo que digo es que deshumanizar, violentar y alejarse totalmente de los más vulnerables es grave.
Se puede controlar sin esa humillación. Acá en Entre Ríos se supo que en un momento habían citado en un hotel en Paraná. Si querés hacer control, agarrá combis, dirigí combis a los distintos departamentos. Se pueden encontrar las maneras de ejercer control más humanamente.
¿Cree que al gobierno nacional le falta territorio?
Creo que se basa no solo en no tener estas bases o el conocimiento del territorio que tienen los partidos políticos más tradicionales, sino que también hay mucho de discurso. Hay mucha gente que avala y aplaude cuando se dice "sí, le vamos a cortar, vamos a hacer tal cosa" con esa lejanía.
Creo que esto tiene que ver con un cansancio que se llevó la gente del kirchnerismo, de que todo parecía ser fácil de regalar, que todo el mundo tenía acceso a cualquier cosa con poco control, y se pasó al otro extremo. Eso es grave y es un problema que tiene, por lo general, nuestra sociedad: ir a los extremos.
¿Ve aspectos positivos en el contexto político actual?
Lo bueno de todo esto es que se ha dado una recuperación de ciertos diálogos entre personas que pensaban diferente. Los gobernadores, por ejemplo, Frigerio y todos los gobernadores... en otro momento más de "la grieta", no hubiera pasado.
Está bueno ver que las personas que uno entiende que tienen ese territorio o esas ganas de transformar la realidad, y no solamente tuitear, puedan juntarse, que puedan volver a conversar. Pensar política pública que no sea un gasto indiscriminado, pero que digamos "pongámonos de acuerdo en dos, tres cosas y todos vamos a tirar para eso".
¿Cómo ve el futuro de los espacios políticos tradicionales?
A los que tenemos militancias partidarias de muchos años, no podemos manejarnos solamente con la nostalgia. La verdad que la realidad marca el rumbo y hay que aggiornarse, hay que entenderlo y hay que combatir lo que haya que combatir desde los espacios que se pueda hacerlo, en los frentes que se construyan, hasta tanto nosotros seamos una opción real. De lo contrario, nos quedamos en la computadora o tuiteando o discutiendo como si fuese un club de fútbol.