Gualeyos por el Mundo
Patricia Firpo, su maravilloso viaje a Grecia
Hoy les entregamos la maravillosa descripción del viaje que realizó a Grecia junto a su hijo Federico y a Celina Carbone. En una segunda parte nos comentará del recorrido por Portugal.
“Entre mapas, libros y clases puedo decir que siempre anduve recorriendo el mundo.
Este año, a mediados de abril subí a un avión y aterricé en Grecia (con escala en Madrid, pues no hay vuelos directos desde Bs. As.) Atenas me recibió casi a media noche, a 20 km del centro, en el Aeropuerto Eleftherios Venizelos. Tomé el autobús X95 y una hora después bajaba en Plaza Syntagma (de la Constitución), allí me esperaban mi hijo Federico Tempelopoulos y Celina Carbone, que viajaron desde Australia, donde viven desde hace un tiempo. Así nos reencontramos para comenzar el road trip que habíamos planificado meses antes.
Durante varios días recorrimos ATENAS, sus emblemáticos monumentos: la Acrópolis, el Partenón y el Museo de la Acrópolis, un moderno edificio que guarda tesoros invaluables. Caminamos por esas callecitas llenas de flores, negocios y cafés en los históricos barrios de PLAKA y MONASTIRAKI. Vimos el cambio de guardia en el Parlamento Griego, donde los EVZONES (soldados) rinden honores frente a la tumba del soldado desconocido. Llegamos a la cima del MONTE LYCABETTUS en teleférico y apreciamos las magníficas vistas panorámicas de la ciudad al atardecer, con la Acrópolis de fondo. Desde Estación OMONIA (de la Concordia) el subte nos llevó al principal puerto de Grecia, EL PIREO (PIRAEUS) desde ahí parten los ferrys a las islas del Mar EGEO.
Dejamos la ciudad y nos dirigimos en auto hacia el N, a la zona montañosa del MONTE PARNASO; sobre su ladera sur se alza la población del DELFOS (DELPHI) y el yacimiento arqueológico conocido como el ORÁCULO DE DELFOS, consagrado al Dios Apolo. Luego continuamos hacia el sur cruzando el GOLFO DE CORINTO por el puente atirantado RIO-ANTIRIO, una espectacular obra de ingeniería construida en una zona sísmica, que une la Grecia continental con el Peloponeso. Llegamos a PATRAS y luego al PUERTO DE KILINI; en un ferry nos embarcamos hacia KEFALONIA (Islas Jónicas) Montañas de unos 900 m de altura cruzan la isla de N a S cubiertas de frondosos bosques de pinos, cipreses y olivares, que se recortan en las playas y calas de arena o piedras blancas que le dan al agua del mar ese tono azul majestuoso creando paisajes espectaculares. MIRTHOS, SAMOS, ASOS, FISCARDO, POROS son algunos de los pueblos costeros que dan nombre a esas playas.
Continuamos el viaje hacia OLYMPIA, la ciudad dedicada a ZEUS, cuna de los juegos olímpicos. Exploramos el recinto arqueológico y el Museo de los Juegos Antiguos que atesora objetos, mosaicos, pinturas y esculturas hermosísimas. En la avenida de ingreso a la ciudad, ondeaban banderas de todos los países recibiendo a los visitantes. Días antes se había encendido, en una gran ceremonia, la flama olímpica, y después de recorrer Grecia llegó al Puerto de Marsella a bordo del buque Belem para continuar su periplo en territorio francés y dar inicio a los Juegos Olímpicos 2024 el pasado 26 de julio.
Finalmente llegamos a KORONI, (el pueblo donde nació el abuelo Dimitris Tempelopoulos) hoy es una pequeña ciudad, recostada sobre el Golfo de Mesenia, enclavada entre el mar y una colina, a los pies de un castillo veneciano del año 1200. En un tradicional café local H SYNANTISI (de 1902) nos encontramos con la familia griega, primos y amigos se sumaron a la reunión, compartimos un largo almuerzo lleno de abrazos, charlas, anécdotas y recuerdos. En la mesa había pescados, mariscos, souvlakis, spanakopitas, tyropitas, moussaka, con cerveza local, ouzo y, por supuesto, café.
Salimos hacia NAUPLIA (antigua capital griega) recorriendo la región de la ARGÓLIDA visitamos el SANTUARIO de ASCLEPIO (Dios de la Medicina) y el fabuloso TEATRO de EPIDAURO, cruzamos el CANAL de CORINTO otra impresionante obra de ingeniería construido entre 1881 y 1893.
Recorrimos más de 1200 km y llegamos al punto de partida. Nos vamos una madrugada de primavera;, desde la estación MONASTIRAKI tomamos el tren al aeropuerto…Amanece…, nos despide una Atenas maravillosa con la luna brillando sobre el cielo de la Acrópolis.”