Club Social, hoy, 20 hs.
Presentación del libro “Migrante” de la escritora Marta Grané

“Todos somos migrantes que vamos por la vida buscando un lugar donde vivir, ser felices, tener paz”
Conversamos con la escritora Marta Grané, quien esta noche va a presentar en el Club Social su libro “Migrante” que contiene cuentos cortos y pinturas, la mayoría concebidas en el encierro por la pandemia. La presentación estará a cargo de nuestra escritora Tuky Carboni. Va a ser un placer contar con la presencia de esta maravillosa creadora, a quien acompañará también la artista plástica Cristina Terragni, que ya ha expuesto sus obras en la institución. La entrada es libre y gratuita.
Marta Grané nos expresó acerca de su vida con el arte: “No recuerdo mi vida desde pequeña sin un libro cerca, siempre fueron mis compañeros de ruta. Tanto en el colegio, donde tuve la suerte de tener profesores de literatura excelentes, hasta en mi casa, donde contaba con una biblioteca muy importante. Mi madre, gran lectora y escritora, influyó mucho en la lectura. La biblioteca contenía desde libros de literatura clásica a moderna, vanguardista, alemana, francesa, inglesa, rusa, argentina desde sus comienzos hasta la actualidad. Tuve la suerte de tener acceso ilimitado a esos libros, sin censuras, sólo alguna reflexión acerca de los temas y la comprensión de los mismos. Leí a los grandes aún sin comprenderlos demasiado pero con pasión, descubrí el mundo a través de la lectura. Creo que la escritura devino de la lectura. Comencé con un diario donde iba contando lo que me pasaba, como la mayoría de los chicos y más aún llegando a la adolescencia. Poco a poco la ficción se fue abriendo paso. Sólo tuve una fugaz experiencia con la poesía, aún así, un poema, que mamá envió a un concurso sin que yo lo supiera, ganó un primer premio. Y algunos otros que también se destacaron. Pero fue la narrativa lo que me impulsó a escribir. Mi primer libro publicado fue una recopilación de cuentos que llevó por título “El Bobo”, después trabajamos con mi madre en un libro en conjunto, con cuentos de ambas que lleva por título “Secretos en reunión” que fue un placer enorme poder compartir. A continuación trabajé mucho tiempo en una novela, “Niñas Envueltas” que visitó diferentes géneros, como dramaturgia, antes de encontrar su lenguaje. Fue una gran experiencia para mí, convivir por mucho tiempo con los personajes, seguirles sus vidas, los vi vivir y viví con ellos. En medio de mis incursiones en la escritura, tuve maestros que me fueron dando ideas fundamentales, como la libertad, escribir siempre desde ese lugar, sin prejuzgar, escuchando a los personajes, conviviendo con ellos, comprendiéndolos. Después vino otra novela “Gallito Ciego” donde empecé a trabajar desde la imagen, idea que tomé del gran dramaturgo Ricardo Monti, la imagen como forma de concebir la escritura, comenzando por un hecho común, de observación, y explorarlo, ver cada gesto, cada pequeño detalle, ir ampliado y dejar paso a las formas que empiezan a contar una historia, primero pequeña, luego se va agrandando y creciendo. El trabajo consiste en descubrir los lugares secretos internos de cada uno, no desde la idea sino desde el cuerpo, la emoción, el corazón. Descubrirnos a nosotros mismo a través de la escritura. Y llegó “Gallito Ciego” una novela donde utilice casi totalmente la escritura objetiva, donde los personajes se muestran sólo a través de los pequeños gestos, una palabra, una mirada, colores, formas, vacíos. El escritor no cuenta lo que pensó el personaje, lo muestra desde la observación. Este libro ganó la faja de honor como mejor novela del año, otorgada por la ASDE, asociación santafesina de escritores. La siguiente novela se llama “Mariposa Negra” y parte de una saga familiar, eso sólo como punto de partida, luego mi mirada y mi libre interpretación de los hechos. La idea base de mi trabajo es el núcleo familiar, la familia como centro esencial, todo sucede tras los muros de una casa, dolores, amores, deseos, celos, pasiones. Como una espiral se van desplegando y desarrollando. Y yo estoy ahí, observando detrás de las cortinas, escondida en rincones imposibles, impregnándome de todo y de cada uno.
Aún no he hablado de la pintura, también me acompaña desde niña, incursioné por la carbonilla, los pasteles, el óleo, los esmaltes, el acrílico, las tintas, los collages. Siempre buscando, siempre experimentando. Casi puedo decir que los procesos de escritura y pintura son similares. Siempre buscando, siempre explorando, colores, figuras, manchas que me descubren mundos y se convierten.
Durante la pandemia, convertí mi casa en un taller, escribí y pinté como nunca y descubrí mundos y los plasmé en papeles, en telas, en escritos y allí nació mi necesidad de editar el libro “Migrante”, que contiene cuentos cortos y pinturas, casi todas concebidas durante el encierro. Fue un gran refugio, fue aire y respiración en medio de la desolación y la muerte. Fue dejar salir los monstruos, fue la sensación de que todos somos migrantes que vamos por la vida buscando un lugar donde vivir, ser felices, tener paz. Migrantes somos todos.”