Emilio Picasso
“Aprendí mucho sobre la profesión de panadero y es algo que amo”
Entrevistamos a quien estuvo a cargo, durante muchos años, del emprendimiento “Panadería Picasso”, un local comercial que fue tradicional en Gualeguay. Si bien dejó de formar parte del negocio panaderil, en el año 2000, y que luego dejó de funcionar, Emilio Picasso, siempre continuó haciendo el renombrado “Pan dulce Picasso”.
La entrevista está relacionada a esa profesión y también al Club San Lorenzo, otra de sus pasiones que lo movilizó tanto como jugador de bochas como así también a nivel dirigencial. Por cierto, días pasados, momentos en que la institución celebró el centenario, Emilio Picasso, de 80 años, recibió la distinción de socio vitalicio.
¿Cómo fueron sus comienzos en el deporte?
Soy socio vitalicio de Gualeguay Central; un club donde jugué al básquet, no así al fútbol, ya que me inicié en este deporte en Barrio Norte. Siempre estuve vinculado al deporte.
¿Cómo nace su relación con San Lorenzo?
A principios de los años 70’, me invitaron a comer un asado en San Lorenzo y desde ese entonces quedé vinculado a este club. Y continué porque me gustaba jugar a las bochas, que era un deporte que me siempre me motivó y estuve haciéndolo hasta el año 98’.
Fui jugador y dirigente local y también a nivel provincial. San Lorenzo me permitió a ser dirigente que era una cuestión que me interesaba mucho, incluso más que jugador.
Toda mi vida estuvo relacionada a lo dirigencial; en la época de la escuela fui presidente del club colegial y también fui presidente del centro de estudiantes, en la Escuela Normal. Es decir que tengo una trayectoria dirigencial, que es algo en lo que siempre me destaqué. Aclaro que nunca tuve actuación política partidaria de ninguna clase.
Cuentenos algunos momentos de “Panadería Picasso”…
Esa empresa se inició el 13 de abril de 1913. Un tío de mi papá, Juan Bautista Picasso, adquirió la panadería, que era de un señor de apellido Fabani, que luego se trasladó a Concepción del Uruguay, donde instaló un molino. En el año 39’ ó 40’, mi papá se hace cargo de la panadería. Yo nací en el 43 es decir que prácticamente me crie en ese ámbito. Cuando terminé los estudios secundarios, continué estudiando, pero tuve que suspender porque debía hacer el servicio militar; en aquel momento la conscripción se realizaba a partir de los 20 años. Entonces, luego de eso, abandoné los estudios y me dediqué al negocio de la panadería. Fue así que continué con el emprendimiento comercial hasta el año 2000, año en que cambié de rubro, para dedicarme al servicio de comida a la parrilla en ruta.
En el transcurso de panadero aprendí mucho sobre la profesión y es algo que amo. En su momento viajé a distintos lugares de la provincia de Buenos Aires para realizar cursos de panificación. Actualmente no hago otra cosa que un famoso pan dulce que ofrecíamos y lo sigo haciendo todos los años.
¿Qué momentos recuerda en su paso como directivo de San Lorenzo?
Estuve como presidente estuve entre el año 1988 y 1996. Logramos ser campeones de bochas en muchas ocasiones, que era el deporte que primordialmente se practicaba en el club. Estuve muchos años en la vida institucional de San Lorenzo, donde nos reuníamos a menudo con gente entrañable. Hicimos mucho por la institución. Sin dudas que siempre se trabajó a fuerza de pulmón.
¿Cómo aprecia el club en la actualidad?
Lo veo hermoso. Muchas obras se iniciaron mientras éramos dirigentes, que luego fueron culminadas por otras gestiones del club. La cancha de bochas sintética es algo espectacular. Nosotros teníamos cancha de tierra, pero también se jugaba. Con el tiempo el club siguió creciendo.
¿Qué cuestiones conoce sobre los inicios de San Lorenzo?
El club se refundó en el año 1940, aproximadamente, dado que había dejado de funcionar. Y en los años 70 y anteriores a esos, San Lorenzo contaba con equipos de fútbol. Anteriormente el club no tenía la camiseta con los colores actuales, sino que se inició según la historia que yo conozco, con otros. San Lorenzo surge de una reunión que se hizo en el parque, encabezada por un señor de apellido Bonazzola, donde junto a otros vecinos deciden fundar el club. La primera sede estuvo en la esquina de J.J. Parachú y Carmen Gadea, a una cuadra hacia el norte de la actual. Los colores de la primera camiseta fueron azul y amarilla, no recuerdo si era como forma que tiene la de Boca o a rayas bastones. Cuando se refunda el club, con don Julio Bazán y “Quitito” Campañá, le imponen los colores y la forma que tiene San Lorenzo de Almagro.
¿Qué otras cuestiones le gustaría resaltar en este momento?
Agradezco a El Debate – Pregón por esta nota, no pensaba tener esta oportunidad, así que muchas gracias.