El evento comenzó en el Patio de Honor, donde banderas ondeaban al viento y personajes históricos cobraban vida en diferentes salas. Los asistentes recorrieron escenarios que evocaban la época: la sala de juegos resonaba con conversaciones animadas, la cocina desprendía aromas de recetas antiguas y los pasillos guardaban secretos del pasado.

Uno de los momentos más emotivos se vivió en la capilla, donde el Capellán relató historias que hicieron viajar en el tiempo a los presentes. Mientras tanto, en el Parque del Lago, Justa y la niña Haydeé disfrutaban del atardecer, sumergidas en la atmósfera de antaño.

Entre notas de piano y escenas cuidadosamente recreadas, Atardecer en el Palacio demostró una vez más que el pasado sigue vivo. Solo es cuestión de animarse a cruzar la puerta y dejarse llevar por la magia de la historia.