Lo que debía ser una celebración se convirtió en una escena de horror. En el paraje Las Mercedes, a unos veinte kilómetros al oeste de Larroque, la madrugada del domingo se vio sacudida por un crimen que dejó sin aliento a toda la comunidad.
Eran cerca de las cuatro de la mañana cuando los festejos por la jubilación de un vecino de 63 años se transformaron en caos. La música, las risas y los brindis dieron paso al pánico cuando un joven de 29 años, ex yerno del anfitrión, irrumpió en la vivienda con una escopeta en mano.
Según testigos, el hombre había aparecido minutos antes en la fiesta, generando disturbios y discusiones. Fue expulsado por los presentes, pero la calma apenas duró un instante. Enfurecido, regresó armado y comenzó a efectuar disparos intimidatorios, sembrando terror entre familiares y amigos que intentaban ponerse a resguardo.

Entre los gritos y el desconcierto, uno de los disparos impactó en el jubilado, provocándole una herida mortal. De inmediato fue trasladado al hospital de Larroque y a pesar del desesperado intento de los profesionales de la salud, nada pudo hacerse: el hombre falleció poco después, víctima de una madrugada que prometía alegría y terminó en tragedia.
El atacante fue reducido por los presentes, quienes, dominados por la rabia y la desesperación, lo golpearon brutalmente. Luego, el padre del agresor lo trasladó a un nosocomio de Gualeguaychú, donde permanece internado y bajo custodia policial.
La Fiscalía en turno ordenó un exhaustivo peritaje en la vivienda y la toma de declaraciones a todos los testigos. Mientras tanto, en Las Mercedes, el silencio se volvió pesado, casi insoportable: un pueblo entero intenta entender cómo una noche de festejo pudo teñirse de luto y dolor inconmensurable.