Cada jornada comienza mucho antes del timbre de entrada. En zonas rurales del departamento Villaguay, docentes de distintas escuelas —entre ellas las N°15 y N°75 “Florentino Ameghino”— recorren kilómetros por caminos de tierra o senderos alternativos cubiertos de barro, charcos y pantanos. A veces deben hacer dedo a la vera de la ruta para lograr llegar a tiempo, expuestas al frío, al sol o a la lluvia.

La falta de transporte público regular en estas áreas convierte cada día en un desafío. Sin embargo, lejos de rendirse, estas maestras mantienen viva su vocación: enseñar y acompañar a los niños del campo, garantizando el derecho a la educación en los rincones más alejados del territorio entrerriano.

“Muchas veces dependemos de la solidaridad de los vecinos o de algún vehículo que nos acerque. Pero lo importante es estar con los chicos, porque ellos nos esperan”, comentan docentes que, pese a las dificultades, no pierden el entusiasmo.

El compromiso y la pasión que demuestran son un ejemplo de esfuerzo silencioso. Gracias a su labor, decenas de estudiantes de las zonas rurales pueden acceder a una educación de calidad, construyendo así un futuro con más oportunidades.

La comunidad educativa de Villaguay reconoce en ellas el espíritu de la docencia más pura: aquella que, sin importar las distancias ni las adversidades, sigue encendiendo la llama del aprendizaje.

Verdaderas heroínas de la educación rural, estas docentes del interior entrerriano enseñan que el compromiso y la esperanza también se escriben con barro, sacrificio y corazón.

(Fuente: Radio la voz de Laguna Larga).