Situación de colapso del delta entrerriano
El presidente de la Sociedad Rural de Islas del Ibicuy (SRII), Armando Cadoppi, en declaraciones a AIM Digital, dijo que “más del 20 por ciento del delta entrerriano está endicado, sin un plan integral de manejo del agua y del medio ambiente”, y confirmó que esta situación “afectará cada vez en mayor medida a comunidades extradelteñas, como Buenos Aires, Rosario, Escobar, Zarate, Gualeguay y Gualeguaychú”.
Reclaman la participación del Estado para trabajar en conjunto.Endicamientos en el delta: un grave problema que el gobierno niega. Cadoppi aseguró que el gobierno"se niega a reconocer que en el delta son más de 300.000 las hectáreas endicadas y no 60.000, comoafirmaron sus funcionarios en el Foro del Agua", que se realizó en marzo pasado en Paraná.El presidente de la Sociedad Rural de Islas del Ibicuy (SRII) reclamó a la provincia un marcoregulatorio adecuado para trabajar e invertir ordenadamente "sin afectar al medio ambiente, sinafectar los servicios que brinda el humedal y sin alterar los niveles de las aguas". "Tergiversan (losfuncionarios) la realidad y deberán responsabilizarse por el muy severo daño en el medio ambiente ylas comunidades", dijo.Además, Cadoppi agregó que "la realidad es crítica, y en tanto no se tomen medidas y continúe lasituación de colapso, que es muy preocupante, el agua subirá y afectará tanto a productores como asociedades delteñas y extradelteñas, como Buenos Aires, Rosario, Gualeguay, Gualeguaychú, Escobar, eincluso, podría tener derivaciones en ciudades de Uruguay".Negar el problemaEl ruralista afirmó que los gobiernos nacional y provincial niegan el problema: "niegan que, de1.800.000 hectáreas que tiene el delta, desde Diamante hasta la desembocadura del Río de la Plata,haya más de 300.000 endicadas en el delta entrerriano".También señaló que "no contar con un marco regulatorio serio y objetivo, genera la actual situación decolapso del delta, ya que se realizan obras de defensa contra inundaciones (tanto obras públicas comoprivadas) sin contemplar a todo el delta como región. Por consiguiente, cada día estamos alterándolomás y llevando el agua de un lado al otro. Esta falta de marco regulatorio provoca que, tanto lasinversiones públicas como privadas, se superpongan y contrapongan, es decir que muchas veces semalgasten los recursos públicos y se realicen inversiones privadas con gran incertidumbre sobre losefectos a largo plazo".Según Cadoppi, "la negativa del gobierno provincial en admitir esta realidad, genera serios conflictosy perjuicios en la zona, ya que en situaciones de creciente de los ríos Paraná, Uruguay o Gualeguay, ode una sudestada, el agua tiene menor superficie para abarcar porque se han modificado cursos de agua,por lo cual, el agua drena cada día de manera distinta y además su altura sigue subiendodescontroladamente".El otro aspecto está relacionado con la decisión del gobierno nacional de empujar al productor asembrar sólo soja y a desalentar otras producciones. "La falta de políticas de produccionesalternativas a la soja, como la ganadería, la forestación, el turismo o la apicultura, estápromoviendo que se destine una importante superficie a producir soja en el delta, una región sumamentefrágil ambientalmente y con enorme cantidad de agua superficial disponible".Trabajo con participaciónCadoppi reclamó nuevamente al gobierno provincial la urgente necesidad de analizar objetivamente eldesarrollo del delta participando a los isleños, y reiteró que negar una realidad que "ya estáafectando a otras comunidades y provincias, con gran impacto social y en el medio ambiente, solamenteaumentará los efectos negativos".El licenciado en Alimentos recordó: "tenemos un humedal que es único en el mundo, ya que el delta nosólo es para ir a pescar sino que es una región donde se filtra el agua que después toman lascomunidades para potabilizar, donde se regulan las crecientes, se desacelera la velocidad con la quellega el agua dulce al mar (acelerar la velocidad de llegada al mar, reduce la disponibilidad de aguadulce, un recurso muy importante y escaso para la vida humana), y se generan conflictos entre losproductores, que ya trascienden a las entidades".El titular de la Sociedad Rural de Islas reiteró la exigencia al gobierno de un marco regulatorioadecuado, "para seguir produciendo e invirtiendo, pero sin desequilibrar el medio ambiente; que seconozca la manipulación que realiza el hombre y se mitiguen los impactos de la mayor y mejor maneraposible". Por eso, consideró que "es vital que las fuerzas vivas comiencen a analizar integradamentelos cuidados ambientales, para arribar a proyectos sustentables que tengan el consenso de la poblacióny sean producto de la participación de todos los actores".El profesional contó a AIM que en tal sentido trabajan con investigadores de la Fundación Humedales ycon la Universidad San Martín, y con el equipo de científicos que más conocen el delta, como es elliderado por los doctores Patricia Kandus y Rubén Quintana, "para lograr el mejor trabajo posible"."Buscamos arribar a un trabajo con aval científico y con el consenso de las comunidades isleñas,porque generar endicamientos para pocos o para barrios privados, sin prever el impacto ambiental, nosolo daña el ambiente, sino que expulsa isleños para los cordones marginales de las grandes ciudades".Cadoppi manifestó que desde la entidad que preside "bregamos por que se siga trabajando, invirtiendo ygenerando más mano de obra, pero con desarrollo sustentable, y con regulación, con la participación detodos los actores".
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