Representan una pérdida de 250 mil puestos de trabajo
Cerraron mil empresas por mes en un año y medio
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Un estudio del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), basado en datos oficiales de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo, revela un panorama dramático para el sector productivo y laboral en los primeros 20 meses del gobierno actual: se habrían cerrado 18.083 empresas y perdido 253.728 empleos registrados en el sector privado.
Cierres diarios y destrucción del tejido productivo
Estas cifras implican un promedio de casi 30 empresas que se dan de baja cada día y una pérdida de 416 empleos diarios, según el informe.
El rubro más afectado fue Transporte y Almacenamiento, con 4.468 empresas que salieron del registro laboral. Lo siguieron Comercio mayorista y minorista (–3.131 empleadores), Servicios inmobiliarios (–2.829), Profesionales científicos y técnicos (–1.952) y Construcción (–1.737).
Empleo: el costo humano de las políticas
En cuanto a puestos de trabajo registrados, el sector más golpeado fue la construcción, con una pérdida de 83.803 empleos, dentro del total de 253.728 puestos perdidos.
Otros sectores con retrocesos significativos fueron:
- Administración Pública: –75.435 empleos
- Transporte y Almacenamiento: –55.259 empleos
- Industria Manufacturera: –49.738 empleos
- Servicios profesionales, científicos y técnicos: –16.256 empleos
El informe apunta que estas pérdidas no son producto del azar, sino que están íntimamente vinculadas con una combinación de políticas aplicadas por el Gobierno: ajustes económicos, apertura indiscriminada de importaciones, primarización de la estructura productiva y lo que denominan “bicicleta financiera”.
Interpretaciones y debates latentes
Desde CEPA advierten que el cierre masivo de empresas y el derrumbe de empleos registrados reflejan una destrucción del entramado productivo nacional. Se sostiene que estas políticas, más alineadas a una lógica de mercado liberal extremo, estarían debilitando la capacidad competitiva local y desincentivando el desarrollo industrial y comercial.
Por su parte, críticos del gobierno podrían argumentar que estas cifras son consecuencia de un shock externo, ciclos recesivos globales o la herencia económica previa. Pero el informe sostiene que las medidas específicas adoptadas —como la apertura de importaciones y recortes— habrían acelerado el proceso de desmantelamiento productivo.
Un llamado de atención urgente
La escala del colapso empresarial y laboral señalada en estos datos exige un debate profundo sobre la dirección económica del país. Si bien las cifras oficiales no son definitivas (el estudio utiliza registros de la Superintendencia), el cuadro que se presenta es contundente: una economía cuya producción y empleo formal retroceden con fuerza en apenas 20 meses de gestión.
En el contexto electoral y político que vive la Argentina, estos números pueden transformarse en una piedra de toque para el Gobierno y su correlato opositora, que no podrá ignorar el costo social de estas políticas ni la exigencia de reactivar la producción nacional.