El parto se llevó a cabo el jueves 25 de diciembre y representó un importante desafío para el sistema de salud pública provincial, debido a la complejidad del procedimiento y a los riesgos propios de este tipo de gestaciones. Gracias a una planificación exhaustiva y al trabajo coordinado de distintos equipos médicos, tanto las tres bebés como su madre se encuentran estables y en buen estado de salud.

De acuerdo a los datos oficiales brindados por la Secretaría de Salud de Chubut, el nacimiento se produjo de manera escalonada, con poco más de una hora de diferencia entre la primera y la tercera niña. La primera trigemela nació a las 8.49 y pesó 1,460 kilos; la segunda llegó al mundo a las 9.50 con un peso de 1,760 kilos; mientras que la tercera nació a las 9.52 y pesó 1,690 kilos.

Tras el parto, las recién nacidas fueron derivadas al Servicio de Neonatología, donde permanecen internadas debido a que se trata de un nacimiento pretérmino. Desde el hospital explicaron que la internación permitirá favorecer su recuperación nutricional y garantizar un monitoreo permanente de su evolución.

“Este acontecimiento de alta complejidad se desarrolló según los protocolos previstos, brindando la atención necesaria a la familia de las recién nacidas”, indicaron desde el área sanitaria. Asimismo, destacaron el rol fundamental de los equipos de obstetricia, neonatología y enfermería, cuya labor conjunta fue clave para el desenlace favorable.

Un embarazo de altísimo riesgo

Las trigemelas corresponden a una gestación denominada monocorial triamniótica, lo que significa que comparten el mismo origen genético. Este tipo de embarazo se produce cuando un único óvulo fecundado se divide espontáneamente en tres embriones idénticos, una condición extremadamente infrecuente y asociada a mayores riesgos durante la gestación.

Por este motivo, el embarazo fue considerado de alto riesgo y requirió un seguimiento médico estricto, con controles permanentes y una preparación minuciosa del parto, con el objetivo de reducir posibles complicaciones y asegurar el mejor resultado tanto para la madre como para las bebés.

El caso volvió a poner en valor la capacidad de respuesta del sistema de salud pública ante situaciones poco frecuentes y de máxima exigencia.