Según operadores del sector, estos porcentajes no solo superan las expectativas iniciales —teniendo en cuenta el crecimiento de los viajes al exterior— sino que también se posicionan por encima de las consultas registradas en el mismo período del año pasado. La tendencia confirma un fuerte movimiento del turismo interno, impulsado por una planificación anticipada por parte de los viajeros.

Uno de los factores clave de esta temporada es la consolidación del alquiler turístico como alternativa predominante. Las unidades independientes, como casas y departamentos con acceso a amenities, concentran la mayor demanda. Los turistas priorizan la privacidad, el confort y la posibilidad de contar con espacios propios durante la estadía.

Otro rasgo distintivo del verano 2026 es la duración de las vacaciones. A diferencia de temporadas anteriores, se observa una preferencia por estadías medias que, en muchos casos, superan la semana, dejando en segundo plano las escapadas cortas.

El alto nivel de reservas se replica en todas las regiones turísticas del país. Desde la Costa Atlántica hasta las Sierras, el Norte argentino y la Patagonia, los destinos registran un movimiento sostenido que anticipa una temporada de verano con intensa actividad y un impacto positivo para las economías locales.