Whirlpool cerró su planta en Pilar y dejó sin empleo a 220 personas: fuerte impacto por caída de ventas e importaciones
Whirlpool anunció el cierre inmediato de su planta de fabricación de lavarropas ubicada en el Parque Industrial de Fátima, en Pilar, dejando sin empleo a 220 trabajadores. La decisión —comunicada este miércoles de manera sorpresiva— fue atribuida a la abrupta caída de ventas, la pérdida de competitividad para exportar y la creciente presión de productos importados que hoy se comercializan a precios notablemente inferiores.
:format(webp):quality(40)/https://eldebatecdn.eleco.com.ar/media/2025/11/aabb.webp)
Según confirmaron fuentes de la compañía, ya se inició una negociación con la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) para definir el paquete de salida, que incluiría la indemnización correspondiente y un plus adicional. Los despidos alcanzaron a personal de producción y a áreas técnicas y administrativas como ingeniería y calidad.
“Un modelo que no pudo ser competitivo”
Desde Whirlpool explicaron que el cierre responde a la imposibilidad de sostener un esquema productivo eficiente en el contexto económico actual. La empresa destacó que la operación será reconfigurada para enfocarse únicamente en actividades comerciales y de servicios, preservando entre 100 y 120 puestos laborales en su oficina de ventas y distribución, que se mantiene en el país como hace 35 años.
“La idea es empezar el camino de la transición hacia una operación más comercial que de fabricación”, indicaron voceros de la compañía.
En su comunicado oficial, la firma remarcó que su continuidad en Argentina no está en riesgo y que seguirá abasteciendo el mercado de electrodomésticos con productos y repuestos. Sin embargo, aún no hay una definición sobre el destino de la planta, inaugurada apenas tres años atrás con una inversión de USD 52 millones.
Reacción de los trabajadores: “No nos vamos hasta recibir una respuesta coherente”
La noticia cayó como un baldazo de agua fría entre los empleados. Ignacio Cabezas, uno de los trabajadores desvinculados, contó en FM Plaza 92.1 que nadie había recibido aviso previo:
“Nos desvincularon a todos, incluso a administración y recursos humanos. Trajeron un transporte para quien se quisiera ir, pero estamos todos en la playa y no nos vamos hasta que nos den una respuesta coherente”.
El malestar también se explica por señales contradictorias en las semanas previas: si bien había caído la producción —de 500/600 unidades diarias a unas 400— y se habían despedido eventuales, los empleados no esperaban un cierre total. Incluso la empresa había adelantado vacaciones al 22 de diciembre.
Cabezas explicó que un lavarropas de la marca costaba entre $800.000 y $1.000.000, mientras que “una marca china puede conseguirse a mitad de precio”, lo que derrumbó la demanda.
Una planta inaugurada en 2022 que nunca alcanzó sus metas
La fábrica había sido presentada en octubre de 2022 como una apuesta estratégica: producir 300.000 unidades anuales y exportar el 70%. Sin embargo, solo se alcanzó una producción de 150.000 lavarropas, con un reparto 50% local y 50% externo.
En su inauguración, Joao Carlos Brega, presidente de Whirlpool Latinoamérica, destacaba que Argentina era el tercer mercado más importante de la región después de Brasil y México. Tres años después, la operación industrial quedó desmantelada.
Posiciones desde Brasil
El sitio global Investing informó que Whirlpool SA —filial brasileña y propietaria de las marcas Brastemp y Consul— enmarcó la medida dentro de sus “directrices estratégicas de eficiencia operativa”. Aseguraron que las actividades de importación y comercialización no se verán afectadas. Fuente:infobae.com