Escándalos y pólvora mojada: los motivos de la ausencia de Mauro Icardi en la lista de 23

En el ciclo de Lionel Scaloni había dos jugadores con la chapa suficiente como para encabezar la tan ansiada renovación: Mauro Icardi y Paulo Dybala. Pero sus rendimientos no estuvieron a la altura de lo esperado. Pocos goles y nula participación en los juegos cruciales del Inter y la Juventus. En síntesis, ninguno de los dos tuvo una temporada acorde a su estatus de mega estrellas del Calcio.Sin embargo, el cuerpo técnico de la Selección Argentina todavía confía en la Joya y ha decidido incluirlo en la lista de 23. Lo determinante: su juventud y la falta de jerarquía a la hora de pensar en un reemplazante de Lionel Messi. "Una mala temporada, la puede tener cualquiera", habrá pensado el entrenador que ya habló del cordobés como una potencial estrella a nivel mundial. Pero... ¿por qué no se tuvo la misma contemplación con el goleador?En primer lugar, Sergio Agüero confirmó que tiene cuerda para rato con 21 goles en la Premier League -solo le faltó un tanto para liderar la tabla de goleadores-. Punzante, rápido y con el olfato intacto, el Kun cambió la opinión de sus detractores y apunta a titular en la Copa América. Un presente que contrasta con los números de la pareja de Wanda Nara, quien apenas rompió las redes dos veces en el último mes.Lamentablemente, el 9 tuvo la cabeza en otro lado durante todo el año y eso le jugó en contra. El run run de una posible transferencia al Real Madrid solo lo motivó para intentar renegociar su contrato con la institución italiana, mientras la prensa milanesa cuestionaba la veracidad de sus "lesiones". Un tire y afloje del cual salió derrotado. Y es que el crack se alejó 53 días del equipo titular y en su regreso se lo notó fuera de ritmo.En otras oportunidades, sobre todo en la época de Jorge Sampaoli, se hablaba que el alto perfil del atacante lo distanciaba del plantel y el tan mencionado "círculo de amigos". Esta vez, las cosas son muy distintas, Mauro Icardi es el único responsable de malograr la oportunidad de ponerse la celeste y blanca en Brasil. No deslumbró en ninguno de esos amistosos "low cost" del seleccionado ni fue ese que metía presión a fuerza de goles en el Giuseppe Meazza.