Pbro. Jorge H. Leiva
El dólar y la esperanza de la Pascua
Cristo ha resucitado; Él es verdadero Dios y verdadero hombre; y venció a la muerte y a la injusticia: esto es cuestión de la fe que certifica nuestra esperanza, la esperanza que no defrauda como nos dice el papa en este año jubilar.
¡Es difícil creer en algo que no se ve! “¡Felices los que creen sin ver!” se nos dice en el evangelio!
Ahora bien: es este momento (lo digo con ironía) es más fácil creer en la presencia del Resucitado en la Santa Hostia que en el dólar, según nos estamos enterando en estos últimos meses. Unas décadas atrás todo el mundo estaba convencido de que el dólar tenía como respaldo al oro y que hasta el Mismo Dios lo respaldaba.
En efecto, decía en estos días pasados el diario Clarín: “Una de las claves para definir el respaldo del dólar está en la leyenda impresa en los billetes de la moneda estadounidense: In God We Trust ("en Dios confiamos", en español).
Que algo tan concreto como el dinero dependa de la fe parece una contradicción, pero gran parte del sustento del dólar a nivel internacional allí proviene.
El dólar como moneda fiduciaria, sin el oro como respaldo, comenzó el 15 de agosto de 1971 cuando el presidente estadounidense Richard Nixon, eliminó por decreto el sustento material de la moneda.
En aquel momento la cantidad de dólares que había en circulación, tanto afuera como dentro de Estados Unidos, superaba la cantidad de reservas en oro depositadas...” Los inversores habían empezado a perder la fe en esa moneda con la sospecha de que sea un simple papelito insignificante con poca credibilidad, con poco peso fiducial”.
Aclaremos: según la IA el término "Fiducial" significa que algo está basado en la confianza o que se confía en ello.
Pero Dios no respalda mentiras, no quiere que nadie se tire de un edificio confiando de modo engañoso que lo ángeles se ocupan de las osadías humanas.
Dios no respalda confianzas infundadas
El dólar y quienes lo respaldan dicen “en Dios confiamos” y nosotros decimos que no se debe confiar de modo temerario, es decir de manera imprudente e insensata: nada puede mantenerse en el tiempo con la sola fuerza de la usura o de la guerra ya que un misil es incapaz de sostener una moneda de modo sustentable: lo sustentable es lo que tiene que ver con la vida real con la felicidad que se mantiene en el tiempo sin injusticia y sin destrucciones.
En esta Pascua del año santo decimos que “la esperanza no defrauda” porque somos valiosos ya que Jesús murió y resucitó por nosotros y porque el Amor ha sido derramado en nuestros corazones, como dice Romanos 5.
Donde hay una familia, una parroquia, un Pueblo que reza entonces se puede decir con muchísima mayor certeza la frase “en Dios confiamos”.
La Pascua nos dará la fuerza para crear cielos nuevos y tierras nuevas con la economía y la política al servicio de la vida.
¡Esa es nuestra esperanza!
¡FELICES PASCUAS DE RESURRECCIÓN!