Dr. Bernardo “Cacho” Gandini
“La casa con buen cimiento no teme a ningún viento…”
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Una forma de reconocer la felicidad 7ª Entrega
La investigadora Gretchen Rubin identificó que, con tacto, oído, vista, olfato y gusto, podía experimentar una vida feliz. Desde hace diez años, en mi búsqueda por encontrar los aspectos que impulsan una vida más feliz, me centré en sabiduría de las edades, aprendí cómo fortalecer relaciones, e identificar qué podía aumentar energía; sin embargo, faltaba algo; trataba mi cuerpo como a un automóvil conducido por mi cerebro. Fueron los cinco sentidos y mi cuerpo, que me permitieron una conexión esencial con el mundo; nuestros sentidos pueden ayudarnos a concentrarnos, vivir más y generar felicidad. Cómo usarlos para alcanzar la felicidad:
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1.-Oler toallas limpias o madera recién cortada, puede generar un aumento rápido de energía; un aroma, según cada uno, puede marcarlo y generar un recuerdo; en mi caso, el olor callejero a pan matinal e ir a la escuela en invierno.
2.- El tacto: Distintos objetos que nos pueden tranquilizar, como pelotitas blandas en las manos o, incluso la masa. Es reconfortante tocar algo suave y cálido. Antes de dar una charla, que me genera ansiedad, cuando estoy esperando juego con una lapicera.
3.- El silencio y el ruido son aspectos que afectan al sentido del oído. La tos en lugar silencioso, nos distrae; en lugares bulliciosos, conversaciones a mi alrededor, me ayudan a concentrarme. Mientras más puedo controlar mi entorno, menos me molestan los ruidos; como se barre periódicamente para limpiar, se puede despejar el ruido. Si se comparte espacio laboral, se puede pedir al otro que use auriculares.
4.- La vista: Hemos pasado por el mismo lugar, pero nunca nos hemos detenido en detalles de estos espacios, para inspirarme, puedo tratar de detectarlos. En mis caminatas, analizo los materiales de los edificios; de esta manera descubro la belleza de un abrigo femenino o de una bandada de pájaros sobrevolando mi cabeza o detectar aspectos extravagantes y conectarme más con la gente.
5.- El gusto: Comer con amigos y seres queridos es una forma, de disfrutar de sabores únicos. En un encuentro con amigos, se experimenta, una “fiesta del gusto”, y reconocer los cinco sabores básicos: dulce, agrio, salado, amargo y umami (es lo sabroso, que profundiza el sabor; alimentos particularmente deliciosos); en esta situación, hasta recordamos los dulces que comíamos de niños; nuestras conversaciones se sienten especialmente cálidas, íntimas, afectivas.
QUERIDOS LECTORES, nos están llamando a la reflexión sobre dejar de vivir como autómatas, con piloto automático, y conectarnos profundamente, en lo que estamos haciendo en cada momento, disfrutándolo plenamente… Esta propuesta, muy simple y sin costos, requiere convicción para afrontar la cotidianeidad de otra forma.
“Qué la mujer del futuro, no sea el hombre que estamos dejando atrás”
Un policía de El Salvador