Salud y Bienestar
La importancia del buen descanso - por Paula Benedetti
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El descanso es uno de los pilares fundamentales para el bienestar físico, mental y emocional. Sin embargo, muchas veces se subestima o se sacrifica por el trabajo, los estudios o el ritmo de vida acelerado.
¿Qué pasa mientras dormimos?
Cuando cerramos los ojos y nos dormimos, el cerebro atraviesa diferentes
fases que conforman los llamados ciclos del sueño. Cada ciclo dura
aproximadamente 90 minutos y se repite varias veces durante la noche.
Las principales fases son:
Sueño ligero: el cerebro comienza a desacelerarse, los músculos se relajan y
disminuye la frecuencia cardíaca.
Sueño profundo: el cuerpo se recupera físicamente; el cerebro entra en ondas
lentas, como si “bajara el volumen” para reparar tejidos y fortalecer el sistema
inmunológico.
Sueño REM: es la etapa en la que soñamos más intensamente. El cerebro está
muy activo, casi como si estuviéramos despiertos.
El sueño regenerativo
Durante el sueño profundo, se activa el sistema glinfático, una especie de
sistema de limpieza del cerebro. Su función es eliminar toxinas y desechos
acumulados durante el día, ayudando a mantener el cerebro sano.
En su libro “Hackea tu cerebro” (Editorial Lea, 2023), Nicolás Fernández
Miranda explica esto con una analogía muy clara:
Imaginá que tu cerebro es una gran ciudad. Durante el día, las calles se llenan
de gente, los autos circulan y se genera basura. Para que la ciudad funcione
bien al día siguiente, esa basura debe ser retirada durante la noche.
El sistema glinfático actúa como un equipo de limpieza nocturno: recolectores
que, mientras dormimos, entran en acción y eliminan los desechos
acumulados.
Si no dormimos lo suficiente, es como si les dijéramos que no vengan esa
noche. La basura comienza a acumularse, la ciudad se vuelve más sucia y
desordenada, y todo funciona peor.
En el cerebro, esta “basura” está compuesta por proteínas y toxinas que
pueden dañar las células cerebrales. Algunas de estas sustancias se vinculan
con enfermedades como el Alzheimer.
Cuando las “calles” del cerebro están obstruidas, las señales no circulan bien.
Es como si el semáforo estuviera tan sucio que no podés distinguir si está en
rojo o verde. Esto se traduce en cansancio, confusión mental y dificultades para
concentrarte.
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El sueño y la memoria
Mientras dormimos, el cerebro procesa la información del día: lo aprendido
pasa de la memoria a corto plazo a la memoria a largo plazo. Es como si
hiciera una revisión interna, seleccionando lo importante y desechando lo que
no sirve.
Así, se fortalecen las conexiones neuronales valiosas y se debilitan las que no
necesitamos.
El sueño y las emociones
El sueño —especialmente el REM— también ayuda a procesar emociones.
Durante esta fase, el cerebro revisa experiencias intensas y les baja “la carga
emocional”. Esto mejora el estado de ánimo y la resiliencia emocional.
Por eso, cuando dormimos mal, solemos sentirnos más irritables, ansiosos o
desbordados.
El sueño y el sistema inmune
Existe una relación directa entre el descanso y el sistema inmunológico, ese
“ejército interno” que nos protege de virus y bacterias. Mientras dormimos, el
sistema inmune se recarga y fortalece, lo que nos ayuda a combatir infecciones
y manejar mejor el estrés.
El sueño y la reparación muscular
Durante el descanso, el cuerpo se regenera: repara tejidos, fortalece la masa
muscular y regula hormonas clave como el cortisol. Un descanso adecuado
reduce el riesgo de enfermedades como hipertensión, obesidad, diabetes tipo 2
y problemas cardíacos.
El sueño y la productividad
Descansar no es perder el tiempo, es recargar energía. Las personas que
duermen bien son más productivas, creativas y toman mejores decisiones. El
descanso potencia la concentración y la claridad mental.
¿Qué pasa si no dormimos?
La falta de sueño deteriora el rendimiento en tareas cognitivas y motoras: se
vuelve más difícil pensar, concentrarse y decidir.
Dormir bien es un acto de autocuidado y resistencia frente a la cultura del
“siempre ocupado”. El descanso regular ayuda a mantener la motivación,
prevenir la fatiga crónica y proteger la salud integral.
En conclusión
· Dormir es un proceso activo en el que el cerebro:
· Limpia toxinas
· Fija recuerdos
· Regula emociones
· Repara el cuerpo
· Mantiene el equilibrio interno
Dormir bien no es un lujo: es una necesidad biológica fundamental.
Paula Benedetti – Health Coach
Tel: 3444-627988
IG: @paula_healthcoach/FB: paulabenedetti