Dr. Bernardo “Cacho” Gandini
La educación, respuestas necesarias ante esta realidad…7ª Entrega
Debemos hablar de una nueva educación. Una que combine las bondades de un sistema que en su momento funcionó, con los conocimientos nuevos que la ciencia nos presenta, para llegar a alumnos de este siglo.
Muchos docentes siguen enseñando como ellos aprendieron, y de esta manera, enseñan para un mundo que ya no existe. Todos venimos “formateados” para ser seres curiosos y activos. Tenemos una especie de interruptor que ya viene, por defecto, encendido de fábrica. Pensemos en un niño que abre cajones, da vuelta cajas, se cae, se ríe y se vuelve a levantar. Esto es lo más natural para los chicos. Cuando nuestros alumnos dejan de ser personas curiosas, activas y ya no están ni emocional ni cognitivamente involucradas, tenemos que preguntarnos qué sucede.
Los sistemas educativos nacionales nacen en los albores de la Revolución Industrial, con el claro objetivo de formar mano de obra para el trabajo. Esa intención primaria, lamentablemente, sigue vigente y a contramano de los cambios del mundo actual. Cuando la enseñanza está basada en el docente, el alumno muchas veces no sólo pierde la iniciativa por aprender, sino que además lo disfruta menos, y aprende poco. Para que los alumnos aprendan necesitamos generar estrategias de aprendizaje activos y esto comienza con la curiosidad. Es decir, generando oportunidades en donde los alumnos puedan hacer preguntas y buscar soluciones. El aula tradicional y las clases expositivas, fueron pensadas para un mundo que ya no existe. Los alumnos de hoy, con tantos estímulos a su alrededor, no pueden limitarse a aprender mirando y escuchando a un docente. Ese tipo de enseñanza caducó. Esperamos que nuestros alumnos sean innovadores y autónomos, en un sistema que no los estimula ni moviliza. En un ambiente saturado de información, en el que lo que deseamos conocer, está a un clic de distancia. Nuestros alumnos no solo deben adquirir conocimientos, sino que también deben saber qué hacer con esa información: Dónde, cuándo y cómo utilizarla. Esto no significa que el contenido no sea importante; lo es, y mucho, pero debemos poner el foco en que los alumnos puedan aplicar la información, no simplemente recordarla. Este sistema continúa dándole mucho más crédito a las materias tradicionales que a otras, alejando a muchos niños y jóvenes de sus pasiones o fortalezas. Muchos de ellos terminan sus estudios sin siquiera saber qué les interesa. Hay poco auto-conocimiento para un mundo en donde, como decía Carl Jung, nacemos originales y morimos copia. Ayudar a docentes a salir de zona de confort, la enseñanza que conocen, para aceptar los cambios. Para aprender, se debe estar involucrados física, cognitiva y emocionalmente, es decir motivados. El desafío de enseñar a aprender, tiene un costo, que se justifica por la vocación, que sostiene la auto-estima y permite disfrutar de la tarea.
“La soberanía del hombre está oculta en la dimensión de sus conocimientos”
Francis Bacon