Fátima Flórez: "Es difícil para una mujer ser cabeza de compañía"
Con más de 30 personajes imitados en su puesta en escena, la cómica cree injustas las críticas que le hacen sus pares por el sorteo de los 1.000 pesos que hace por función. De sí misma dice: "Soy única, no compito con nadie".
Cómodamente instalada en la cartelera de Villa Carlos Paz, Fátima Flórez, brilla desde el escenario del teatro Coral al frente de Fátima Para Todos. El espectáculo que hizo su base en la anterior temporada marplatense, hoy renovado y con notables modificaciones, la convierte en la única mujer cabeza de compañía que pisa con fuerza en el verano cordobés."Es un show nuevo, renovado, con imitaciones nuevas, con rutinas distintas. Es lo nuevo que traje aquí a Córdoba. La otra vez que vine fue con otro espectáculo totalmente diferente. Aquí hay más de 30 imitaciones de todo color, para todas las edades y bien variados los personajes. Una para tratar de reunir a la mayor cantidad de público posible y otra para, como yo soy actriz, poder moverme en diferentes facetas. Es un show de alto impacto", garantiza esta artista que tentada por diferentes propuestas, incluida la de Marcelo Tinelli, se prepara para un año con fuerte presencia en la televisión. Talento sin igual, sostenida en decenas de imitaciones logradísimas, Fátima sobresale entre boleterías con altibajos y duras críticas al sorteo que realiza de 1000 pesos por función caracterizada de la diva Susana Giménez. Reglas del oficio o el malestar que todavía dice provocar su presencia, como capo cómica, arriba de las tablas. "Los que salieron a chillar creo que fue por hacer un poco de prensa o por bronca porque no se les ocurrió a ellos", comenta esta imitadora que se le vio muy compungida en los inicios de la temporada por las reiteradas quejas de sus colegas a la rifa de dinero."Que lo pongan de su bolsillo porque a mí no me lo puso ningún productor, lo pongo yo de mi bolsillo. Hay que ser un poquito solidario, no hay que pegar solo a los demás", reta contundente."Pero a mí igual no me molesta en absoluto porque me dieron una publicidad tan grande que si la tuviera que pagar serían carteles y carteles. Salió bien al final y tenemos llenas las dos funciones pero no es por la plata. Nosotros ya estrenamos a sala llena y ahí nadie sabía lo de la plata", sostiene frente a la atenta mirada de Norberto Marcos, su esposo y sostén de su carrera."Lo de los mil pesos es avalado y está dentro de un sketch que es el de Susana Giménez, que este año tiene un segmento muy especial e interactúa con Fernando San Martín que es el imitador de Sandro. Ella siempre se caracterizó por regalar dinero y como yo soy la cara de una tintura muy conocida dije: "yo no quiero ese cachet, yo se lo quiero donar a la gente".A modo de agradecimiento decidí donar el cachet y por función damos 1.000 pesos que son 2.000 pesos por día en las dos funciones", cuenta dejando en claro.A esta altura del recorrido, Fátima Flórez, ha aprendido a relativizar lo que se dice de ella y hasta disfrutarlo. En ese tren, confiesa que le encanta que se hable de lo que ejerce, que el bullicio hacia su persona la hace sentir más importante y que resulta hasta un motor publicitario necesario."Soy una agradecida al lugar que ocupo. Es difícil para una mujer ser cabeza de compañía, ser cómica y que la gente la venga a ver. Entonces cuando aparece una mujer puede descolocar. Entre la catarata de voces que se alzan a favor, algunas críticas asoman. Entre ellas parece encontrarse la de Martín Bossi, quizá su claro competidor en versión masculina. Quién lidera la taquilla en Mar del Plata se suele referir a ella como una "gran comediante" excluyendo su dimensionado rol de imitadora. "Yo no soy igual que nadie y él tampoco. Cada uno es único. Yo rompí el molde porque mujeres no había. Yo no compito con nadie. No me molesta que me digan comediante porque un comediante hace reír a la gente, pero si me preguntan qué soy yo para mí soy una artista. Porque arriba del escenario canto, bailo, actúo, imito, soy comediante, soy dramática. Me preparé para todo. A lo mejor entonces comediante sería un poquito", responde Flórez."No sé por qué lo dice. Yo de los demás no hablo. Hablo de mi espectáculo", asegura. "Y cuando hablan de mí me encanta porque me dan más publicidad. Como no tengo grandes aparatos publicitarios detrás mío que hablen los demás de mí me encanta porque me dan mucha publicidad. Me divierte. Sé como tomarlo", aclara. "Al principio, antes hace unos años, quizá cuando decían algo me dolía o me hacía mal o le preguntaba a mi marido."¿Qué pensás que habrán querido decir?". Ahora si me nombran bien o mal digo: "Qué bueno, estoy cada vez más arriba", suelta con sonrisa radiante.
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