Luisana Lopilato: abrazar la fe, cobijarse en la familia, dar vida
Después de Los que aman, odian, regresa ahora a la pantalla con Perdida, un policial que denuncia la trata de personas; cine, música y la bendición de la maternidad
No hace falta, en su caso, que se encienda la cámara para que el rostro de Luisana Lopilato se ilumine. Es el suyo un rostro fulgurante, y es fresca la mirada de ojos azules y es espléndida la risa de dientes blanquísimos. Y aunque desde hace muchos años es una estrella, y pese a que desde hace siete está unida en matrimonio con Michael Bublé, una de las grandes voces de la música popular global a la que mima el mundo entero, ella sigue siendo un poco la chica sencilla de los tiempos de Chiquititas y Casados con hijos, las dos creaciones que cimentaron su popularidad. No hay gestos de divismo, sino antes bien un aire de inocencia y simplicidad. La primera apariencia es de cercanía, aunque en la medida en que surgen tibiamente durante la charla temas que la incomodan o que le resultan inesperados en una entrevista periodística se impone el recelo o la parquedad.El hogar que formó junto con el cantante canadiense, con quien tuvo dos hijos, es el centro de su vida; a ese nido familiar se incorporará pronto una niña, un cambio de género que le provoca una curiosidad nueva. Luisana continúa filmando (no hace mucho desplegó toda su sensualidad en Los que aman, odian, sobre una novela de Silvina Ocampo y Adolfo Bioy Casares, en la que compartió roles protagónicos con Guillermo Francella), pero cada vez que concluye un rodaje vuelve a casa para transformarse en lo que ella misma describe como una "mamá osa". Las pausas en su prometedora carrera no la inquietan, de manera tal que en su agenda, al menos hasta que transcurran unos cuantos meses desde que dé a luz, no figuran nuevos compromisos, si bien siguen tentándola para que sea parte (sustancial, se entiende, porque era uno de los motores de la comedia) de la versión teatral de Casados con hijos, si es que ese proyecto termina por confirmarse. Y aunque en estos días pone todo su empeño en la promoción de su última incursión en el cine con Perdida, la realización de Alejandro Montiel que denuncia el submundo de la trata de personas, lo que la espera (lo que ella espera) es el regreso a casa.Ahora mismo, cuando tras un cambio de vestuario se sienta en el set de Conversaciones, el ciclo de LN+, se le nota el deseo de volver a uno de sus tres hogares en la zona norte de la ciudad (los dos restantes están en Vancouver y Los Ángeles), donde la aguardan Michael Bublé y sus dos pequeños hijos: Noah (4 años) y Elías (2). Todo es en familia, cuando se puede, de modo que salvo que lo demande su carrera artística, Bublé la acompaña allí adonde vaya. Está embarazada de poco más de seis meses. Esta vez, una niña, y esa novedad en un hogar de varones le trae una especial felicidad.
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