Karina Defazio: Recanati, Italia: estudio, paisajes, maravillas del arte (3ª parte)

En esta tercera entrega, Karina Defazio comparte su experiencia en Recanati, el pueblo donde realizó el curso de capacitación, las características de un lugar enraizado en el siglo XVI, con toda su historia, su arquitectura, sus paisajes, la entrega de sapiencia y calidez de los docentes, la convivencia con sus compañeros, incluso los lugares que visitaron todos juntos.
La edición del sábado pasado terminaba diciendo: "Nuestra llegada a Recanati, en la región de Las Marcas llenó de ruido sus calles medievales... Marcas es una región del centro de Italia, situada desde los Apeninos de Umbría hasta el mar Adriático. Su ubicación permite acceder sin dificultad a muchas otras ciudades sin tener que recorrer enormes distancias...""Tuve el privilegio de ser alojada en un departamento en el centro mismo de la ciudad, en un edificio del siglo XVI. Me sentía como dentro de un cuento, donde los caballeros, con sus armaduras, podrían aparecer en cualquier momento, una ciudad amurallada, en un entorno de bosques de olivos y laureles centenarios, con iglesias muy antiguas, construcciones en piedra, un lugar mágico, donde el tiempo toma otra dimensión.Durante dos semanas asistimos a un perfeccionamiento docente, con profesores comprometidos, profesionales, humanos, generosos, que supieron reinventarse luego de una catástrofe como lo fue el último terremoto de Camerino en octubre del año pasado y que, debiendo mudarse a esta bella ciudad casi sobre el mar Adriático, pusieron todo su empeño en hacer de la capacitación de un grupo de docentes. ¡Una experiencia inolvidable!Y como si eso fuera poco, nos llevaron a conocer ciudades como Urbino, con su Palacio Ducal, Venecia en pleno Carnaval con sus canales, La Plaza de San Marco, San Marino, Porto Recanati, Ancona y su Puert; Loreto con su magnífica Catedral, visitando museos, acompañados por los mismos profesores que hicieron las veces de guías, con una cena en una Villa alla italiana, Bonnacorsi, un concierto de música medieval, almuerzo de despedida incluido.Ni en mis mejores pronósticos pude imaginar que la realidad superaría a la imaginación. Huellas imborrables de un viaje a mis raíces y a la cultura de un pueblo en el que pude reconocerme y saber que las semejanzas con nuestra cultura son incontables.Sentimientos, olores, sabores, conocimientos, imágenes, afectos, empatía, gratitud, la felicidad de sentir, a la "italiana", en el país que vio nacer a mis abuelos, a mis raíces. Pero como este viaje aún no terminaba, quiero decirles que todavía me esperaba el último tramo.La ciudad eterna. Y hacia allí me dirigí. Ya les contaré..."(continuará) -----------------------------------------------------------------
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