Gualeyos por el Mundo
Agustín Miller: “De la ciudadanía italiana a los pubs de Irlanda: mi vida en Europa” 2ª Parte
Continuamos compartiendo las vivencias de Agustín Miller quien está residiendo en Dublin, capital de Irlanda. Estuvo un tiempo en Italia y Alemania, pero decidió conocer Irlanda. Desde nuestra Hoja le agradecemos la amabilidad de compartir sus experiencias en Europa.
“Lo primero que me llamó la atención de Dublín fue su ritmo. A pesar de ser capital, no tiene el caos de otras grandes ciudades europeas. Es más tranquila, más cercana. La gente también. Es común que desconocidos te saluden en la calle o inicien conversaciones en el transporte público o en el supermercado. Este contexto no tiene nada que ver con el que venía experimentando en Alemania, un país donde la gente es muy organizada con sus horarios y los planes se realizan con tiempo, es decir, el alemán no se presta a la improvisación. A un alemán hay que avisarle con anticipación para ir por una cerveza porque deben organizar su agenda. En cambio, el irlandés es todo lo contrario. Es normal después de una jornada de trabajo ir todos juntos a algún pub cualquier día de la semana.
Ahora me quiero detener en el pub, un lugar muy importante en este país. El pub irlandés no es un simple lugar para tomar una cerveza. Es una institución cultural. Allí se celebran reuniones de trabajo, cumpleaños infantiles, jornadas de home office e incluso funerales. Sí, los irlandeses suelen reunirse en los pubs para recordar algún ser querido porque creen que la muerte es parte del ciclo de la vida y la mejor manera de recordar a alguien es celebrando y contando anécdotas acerca del difunto con una pinta en la mano.
Es increíble lo que significa el pub para los irlandeses. Hay establecimientos con siglos de historia. El pub más antiguo data del año 1198. Por eso, uno de los tours que realizo está dedicado exclusivamente a los pubs de Dublín. En él recorremos los más destacados e importantes de la ciudad, no sólo para conocer su historia, sino también para experimentar en primera persona este ritual tan propio de la cultura irlandesa.
Los festejos de San Patricio son increíbles; les comento: Un 17 de Marzo de 461 murió San Patricio, quien trajo la religión católica a la isla. Desde el día de su muerte se conmemora esa fecha para honrarlo y las calles de Dublin se tiñen de verde, color que representa al catolicismo.
A pesar de ser una capital pequeña, Dublín es cada vez más multicultural. Hay una gran comunidad de brasileños, españoles y, por supuesto, argentinos. Esto se siente en los acentos que se cruzan en la calle. Parte de lo que facilitó todo esto es que Irlanda ofrece una visa estudiantil bastante accesible para quienes desean aprender inglés y no poseen pasaporte europeo.
Para finalizar, reflexiono: Vivir en Dublín me enseñó que uno no sólo viaja para conocer nuevos lugares, sino que también para redescubrirse. A veces hay que estar lejos para valorar lo propio, y también para abrirse a lo diferente. Hoy llevo en mí algo de Italia, una parte de Alemania, mucho de Dublín y todo lo que siempre fui: argentino.