Capacitación
Brindaron una capacitación sobre el uso responsable de fitosanitarios
Ayer por la mañana, en el Club Social, integrantes de la Cámara de Sanidad Agropecuaria que nuclea a las empresas de fitosanitarios (CAFASE) brindaron una capacitación sobre el uso adecuado de los mismos.
Al respecto, El Debate Pregón dialogó con el Director Ejecutivo de dicha entidad, Federico Landgraf.
En ese sentido, comentó: “CASAFE genera una serie de capacitaciones en el uso responsable de fitosanitarios. Nuestra institución trabaja con los temas de sustentabilidad desde hace muchos años promoviendo el uso responsable de fitosanitarios a través de capacitaciones a más de 60 mil personas por año. Tenemos una plataforma de capacitación en el interior con mucha llegada, tenemos actividades en Entre Ríos y en todas las provincias del país y esta es una más en ese marco”.
“Desde CASAFE promocionamos el uso responsable, las buenas prácticas agrícolas y también certificamos las condiciones de seguridad de los depósitos de fitosanitarios. Nuestra entidad es una Asociación Civil sin fines de lucro que promueve, por ejemplo en este caso con nuestro programa Depósito Ok, que el almacenamiento de los fitosanitarios en los distribuidores y en las empresas socias sea el adecuado para que no se produzca ningún tipo de siniestro y evitar todo tipo de riesgos en lo que hace aplicaciones de fitosanitarios”, agregó.
Y continuó: “Generamos jornadas de demostración donde mostramos que una aplicación bien hecha con un equipo bien regulado no debe generar deriva. Hemos realizado ya 46 jornadas de demostración de aplicaciones donde a través de la aplicación de un mosquito, que es la máquina autopropulsada terrestre, o a través de un avión, en un equipo bien regulado las distancias de deriva que nos han dado medidas con tarjetas hidro sensibles no superan los 10 metros para la aplicación terrestre, ni los 40 metros en la aplicación aérea bajo toda condición de viento, humedad, temperatura en cuanto a las aplicaciones de fitosanitarios”.
“En un caso de una mala práctica, hay que trabajar primero para resolver lo pudo haber generado, si lleva un grado de intoxicación o algo más, eso se tiene que atender desde el punto de vista humanitario, y segundo también desde el punto de vista sancionatorio de la justicia. Dicho esto lo que hay que trabajar es para que eso no ocurra”, explicó.
En esa línea, siguió: “El productor agropecuario no es un ser maligno que está buscando hacer daño ni nada por el estilo, por lo tanto también tenemos que tener un poco de criterio a la hora de entender si con la aplicación que se está haciendo hubo realmente una afectación, una deriva, y si esa deriva significó un impacto sobre la salud porque hay un margen de seguridad muy alto si tengo algún contacto con la piel, está estudiado qué puede pasar en ese caso, entonces el hecho de que tengas algún tipo de contacto no significa que puedes tener una afectación a la salud”.
“En el caso de los empleados que efectúan las aplicaciones nosotros promovemos siempre el uso del equipo de protección personal porque, por ejemplo, en el caso de glifosato tiene irritabilidad dermal, entonces tenés que usar guantes, botas, los equipos que dice el marbete. Pero todo debe ser en su sano juicio, el hecho de ver un mosquito y entrar en paranoia no es el camino, el mosquito está haciendo una aplicación, puede estar aplicando un fertilizante, pero si está aplicando un herbicida, un insecticida, está tratando las plantas que están abajo en ese cultivo y tendría que haber una convivencia adecuada entre los espacios urbanos y los espacios rurales”, consideró.
Y aseguró: “Hay que cumplir con la normativa local, con la normativa provincial y por supuesto que no hay que hacer aplicaciones en el momento que haya personas en la escuela o tampoco vecinos. Una aplicación bien hecha tiene 10 metros de deriva para el lado que corre el viento, si vos haces la aplicación vas a tener en cuenta que el viento no corra para el lado de la escuela sino para el otro lado en ese caso y además en la escuela no tenés chicos en el momento de la aplicación por lo que la aplicación es segura y que cuando vuelvan los chicos al cole no tengan en el lote lindero ningún problema, eso está regulado”.
Y finalizó: “Lo que tenemos que buscar es el punto de equilibrio en el que se pueden respetar los derechos de todos los que están interviniendo en esto y por supuesto el sentido común y el buen criterio del aplicador y del dueño del campo”.