“Casa Bisso y otros recuerdos” Sengo 3ª parte
Y llego hasta Ferretería, para comprar clavos, tornillos y cuanto, hiciera falta de ese rubro.
Don Echenique, esposo de Olga Carboni, hombre delgado y alto, al cual lo recuerdo ir y venir de su casa, caminata que besaron por años esas veredas de calle Ayacucho hasta Julio A Roca, padres también de un compañero de escuela. Y también se refleja en mi mente a doña Olga, mate en mano sentada en una silla en la vereda sobre calle Julio A Roca. Recuerdo a Don Echenique tomando las cajas de tornillos y contando uno por uno. También existía una balanza de dos platos de bronce, en donde en uno de ellos se ponía unas pesas y en el otro lo que había que pesar. Había que esperar, no quedaba otra.También estaba Don Coviti, esposo de Ester, que con gesto serio preguntaba, "¿qué más?" Ligerito pedíamos antes que se enojara... Y Bogue, siempre atento, con su caminar ligero y sin descanso, ¡iba y venía atendiendo clientes! En eso sale Gotusso de adentro para preguntarme qué necesitaba; dando las gracias, le dije que ya estaba atendido. Recuerdo que los de esta sección usaban un delantal gris para resguardar la ropa.Estaban los que compraban pintura, herramientas y cuanto se necesitara, allí se encontraba. Aquí sí que ibas desde por una hoja hasta un tractor. La parte de semillas y afines estaba en la Avda. Concordia, en aquellos tiempos, hoy Avda. Illia, lo que fue hasta hace unos meses Curtiembre Demarchi.No tengo que olvidarme del encargo de don Carlos Apesteguía, dueño de la chacra en donde huerta y quinta eran más que bien cuidadas. Necesitaba aguarrás, tinner, cetol, masilla y 6 vidrios de 50x35. El especialista, sí, un especialista don Saggesse, papá de mi compañero de escuelas Hugo y de mi amiga Olga, en cortar vidrios. Hombre de baja estatura adornado de una atenta conversación, simpatía agradable y amable atención. Nos quedábamos absortos de la manera en que realizaba los cortes. Recuerdo a Don De Zan encargado del depósito, hombre alto, rubio y corpulento.Antes de llegar al lugar donde se encontraba don Saggese, se pasaba por el escritorio principal donde estaba la señorita Saavedra, don Belderrain, que su dificultad física nunca fue obstáculo, ni impedimento para ser un Sarmiento en su cumplimiento, además de poseer una atención que lo hacía brillar como empleado, como compañero y como padre de familia. Don Dezorzi, hombre servidor de Dios, siempre atento, siempre paciente. Andrés Solari era de la partida en ese trabajo.Por supuesto que todos capitalizarían estas cualidades, pero destaco a los que más conocía.Don Raúl Viviani en la parte de la puerta que daba a calle Ayacucho, y que tenía como una cabina de vidrio. En ese lugar de atrás o sea Ayacucho y Palacios, en un escritorio de patas altas, de madera y que se abría con una tapa para arriba, estaba don Meo. A Raúl y a Meo tenía que preguntarle precio de repuestos que la familia Sotto, vecino de los Drago y Cogorno, querían saber.Nunca olvidar la parte del taller sobre calle Federación, en donde el Sr Erlich era el encargado general, hombre recto y siempre metido entre los fierros, que tenía como compañero de trabajo a Cacho De Zan. Hoy veo a uno de los hijos de Erlich haciendo honor al trabajo de su padre. Esta familia fue vecina nuestra. Vivían sobre calle Alarcón Muñiz, al lado de donde hoy es el Museo Quirós. Recuerdo a la señora, siempre amable y dedicada a su familiaDezorzi, el señor que hacía ladrillos, quería le averiguara a Lito Argot, encargado de la sección sanitarios, y a "Cala" Durand del rubro electricidad, por unos repuestos para baños a Lito y por unos apliques de luz a Cala. Ambos tenían especial dedicación a sus trabajos y a la atención de los clientes. Explicaban de manera convincente qué y cuál era lo más conveniente. "Cala" Durand, casado con una amiga del alma, Isabel Márquez, y Lito, de otra gran amiga, Marta Ronconi. Por allí también pasaron como empleados Carlitos Marchesín. Párrafo aparte para Telli, que se había puesto de novio con Teresita Herminia De Zan y casorio en puerta, todo el mundo contento Mientras esperaba precios, vi conversar a Pablo Piaggio con Aldo Ballarín acerca del armado de radios y televisores. A pesar que no entendía nada del tema, daba gusto escucharlos por la pasión que encendían sus charlas de profesionales caseros y autodidactas.Nunca olvidarme del Sr. Cichero, encargado del reparto de los resúmenes de cuentas. Recuerdo las boletas con membretes con letras rojas y negras, y también de la cobranza a domicilio. Y menos aun de nuestro querido amigo Negro Cichero, pura energía y siempre con el ánimo que contagiaba alegría. ¡Imposible estar bajoneado estando en su presencia! Ya de regreso iba avisando familia por familia que los pedidos habían quedado hechos y que don Ponce, papá de Cacho, también mi compañero de escuela, los repartiría en el camioncito de la empresa. Era de color rojo, esmeradamente cuidado y que lucía de un estado impecable. Hombre atento y comprensivo con la ansiedad de los clientes que esperaban su compra.Cuando estaba por emprender el regreso, a punto de subir al Ford T celeste que me había prestado Dorita Carboni, llegaba don José Bogdan con mercadería para esta emblemática casa.Lentamente, volvía con mis amadísimas hermanas, Norma, Raquel y Cristina a refugiarme al descanso en el furgón de los recuerdos acompañado de los duendes de los tiempos.Solo una reseña, solo un pantallazo, pero cuántas historias entrelazadas y que aún sus descendientes tendrán en la memoria y en el corazón. ¡Y cuántos racimos se seguirán, con el tiempo, cosechando de este viñedo! Sólo un poco de tiempo, sólo eso y nacerán mas historias para regocijar al alma de recuerdos.Era una gran familia. Lugar obligado de encuentro de distintos puntos cardinales. Hombres y mujeres de carne y hueso, que existieron. Corazones que latieron y a pesar, seguramente, de diferencias, formaron una gran familia que todavía resuena en la mente de los que aún estamos en esta tierra.Ayer fueron ellos, mañana serán otros lugares de trabajo, y así serán familias a través de las generaciones.
ESTE CONTENIDO COMPLETO ES SOLO PARA SUSCRIPTORES
ACCEDÉ A ÉSTE Y A TODOS LOS CONTENIDOS EXCLUSIVOSSuscribite y empezá a disfrutar de todos los beneficios