Cuando te fumigan la vida

Durante la semana se conoció la noticia de que una vecina del Sexto Distrito denunciaba que le estaban fumigando la casa.
A esta denuncia, se le suma la historia de Ulma Baez, una vecina de Colonia Santa Ana, que viene luchando hace cinco años por la misma situación y que además contrajo cáncer por estas fumigaciones.En nuestra ciudad, el Foro Ambiental Gualeguay hizo propia la lucha de Ulma y su vicepresidente, el docente Ramón Velázquez, la acompaña y apoya incansablemente. Es así que, por intermedio de Ramón, Segunda Sección se interiorizo en la historia de Ulma y dialogamos con ella.La casa de Ulma, se rodeada de árboles frutales con animales y una palmera enorme donde los loros alborotaban el paisaje. Las moras la rodeaban por el sur y un níspero generoso se asomaba por el cerco del este junto a algunos durazneros. Ella hizo funcionar el primer jardín de infantes de la colonia y es la primera persona a la que los vecinos de la Colonia recurren cuando algo falta. A su cocina llegaban en busca de auxilio para matarle al hambre a algún que otro gurisito que reclamaba. "Buena vecina, servicial y generosa, agradecida", la describen.Fue en el 2014 cuando su vecino fumigó el límite de su casa, a un metro del alambrado. Lo hizo con una mochila, sigilosamente. Los animales fueron los primeros en morir; los patos, el chancho. La palmera quedó en silencio. Después siguieron los árboles. La higuera se desgajó desde sus entrañas y solo quedó de ella un montón de residuos grises. Los otros árboles se fueron consumiendo hasta ser solo espectros sombríos.Al mismo tiempo, nos cuenta Ulma comenzó a sentir dolores, hinchazón en las piernas, vómitos, nauseas, diarrea, mareos. "Empecé con piernas hincadas violetas, hacía mucha gimnasia y siempre tuve una vida en movimiento. Hace cinco años de esto, fui al médico y le pregunte si tenía que ver con la fumigación. Me dijo que en cinco años íbamos a saberlo"El tiempo exacto que le habían dicho los médicos que tardaría en manifestarse el veneno, fue cuando le diagnosticaron cáncer, el 22 de agosto del año pasado. Hace un año comenzó su lucha. Primero pelear con el sistema de salud, después la quimio y ahora los rayos. Hay algo que la muerte no tuvo en cuenta y fue el espíritu inquebrantable de esta mujer."A la gente le interesa mucho más el dinero, es muy difícil vivir con esto. Tengo todo el historial de lo que me paso, y termina con esto, de un día para el otro me diagnostican cáncer, lo estoy llevando lo mejor que se puede, si me aporte sirve para la lucha ahí lo tenes, gastamos lo que tenemos" comenta. Y prosigue, "Tenia en el juzgado una denuncia y no pasa nada. Yo ahora estoy luchando, van 70 mil pesos de gastos por mi enfermedad, y el PAMI no me ha devuelto, todo ha salido de mi bolsillo, tuve que vender muebles cosas, mi situación económica no es buena. Si tuviera que esperar la ayuda de PAMI, no estaría viva"Hace cinco años que Ulma vivió una situación parecida a Lidia, nuestra vecina del Sexto Distrito. Lidia está manifestando trastornos y problemas en su salud, al igual que Ulma hace cinco años. Hoy Ulma tiene cáncer, vendió su campo aniquilado, sin frutos, sin animales y con todos los recuerdos y el amor que supo tener por ese lugar. Hoy Ulma pasa los días en un departamento en Buenos Aires, haciéndose rayos, luchando contra la justicia y la burocracia para que no le pase a nadie más lo que a ella le paso.
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