Miguel Taborda, canillita de las 5 Esquinas
“De este trabajo me gusta el trato con la gente, el cariño, la amistad”
Ayer, 7 de noviembre fue el “Día del Canillita” que comenzó a festejarse en 1947, conmemorando la fecha de la muerte de Florencio Sánchez, dramaturgo uruguayo que dio origen a esta denominación en su obra “Canillita”. Segunda Sección dialogó con Miguel Taborda quien desde hace es repartidos de diarios junto con su hermano Ángel. Desde esta Hoja hacemos llegar nuestro saludo a todos los canillitas de nuestra ciudad.
Miguel Abel Taborda comienza diciéndonos: "-Hace aproximadamente 35 años que me dedico a la venta y reparto de diarios y revistas junto con mi hermano Ángel. Primeramente estábamos ubicados en el parador de la 5 Esquinas, y en el año 1999 nos instalamos en este puesto chiquito a la salida de Gualeguay hacia Ruta 12 y 16. El reparto de diario y revistas es nuestro, no somos revendedores, solamente dependemos de los distribuidores que en nuestra ciudad son dos. Antes, el que distribuía todos los diarios era don Raymundo Otero; al fallecer él, Clarín puso su propio distribuidor y Aguirre tiene todo lo demás."Don Miguel Taborda recuerda: "-Cuando estaba el parador venían colectivos todo el día y la noche; de 30 a 40 colectivos por día y la venta era importante. Era un mundo aparte. Además en nuestro quiosco vendíamos cigarrillos, golosinas, y lo primero que vendí fueron artículos regionales"En cuanto a su tarea de canillita, Taborda nos comenta: "-Yo salgo a repartir alrededor de las 7 de la mañana, pero previamente vamos a buscar los diarios y los armamos. Antes hacía toda la zona del Balneario Municipal, le llevábamos a los turistas y a los que vivían por ahí, pero eso se acabó. Mis clientes son de la periferia, hago el Barrio 25, el Hipódromo, el barrio del Parque. También hay mucha gente que pasa todos los días, otros una vez por semana por el puesto, me conocen mucho." Continúa don Miguel: "-Nunca he tenido problemas, sí he cosechado muchos conocidos. Es dura la calle, da satisfacciones y algunas rabietas. Hay clientes a los que uno le deja el diario todos los días y después no pagan más y encima no saludan. Esas cosas pasan, pero trato de guardar otras que me llenan de cariño, de satisfacción."Con respecto a la diaria tarea, don M. Taborda expresa: "-Este trabajo lo hacemos con sol, con lluvia, con barro, con frío, con lindo clima; todos los días. Solamente tenemos feriado el Día del Canillita, Navidad, Año Muevo y 1° de Mayo. Una vez terminado el reparto me quedo en el puesto hasta la una de la tarde; antes me quedaba todo el día, pero ya estamos mayores. Mi hermano sí viene a sentarse al lado del quiosco, no abre, se queda sentado en la bicicleta y ahí vende diarios y revistas." Luego agrega: "-Al principio repartía en bicicleta, luego en moto; hace poco tuve la suerte de ganar un auto en un sorteo, así que ahora reparto más cómodo. También vendo revistas viejas que la gente las lleva para entretenerse cuando se va de vacaciones, sobre todo al campo."Le preguntamos qué le gustaba de este trabajo y con una gran sonrisa nos dice: "-Me gusta el trato con la gente, todos me conocen. Por ahí me saludan y no lo reconozco, me pongo a hacer memoria y los recuerdo. La vez pasada fuimos con mi señora a Luján; al mediodía entramos un comedor a almorzar y en eso escucho: "¡mirá quien esta acá, el diariero de Gualeguay!!!" Por este lugar pasa mucha gente que va a pescar y cuando vuelven ya me saludan como viejos conocidos. Y todo eso es lo lindo de este trabajo, la gente, el cariño, la amistad."Un poco de historia"Canillita", la obra de Florencio Sánchez, designa así a un chico de piernitas flacas que vendía diarios. La primera vez que en Argentina se escuchó vocear a uno de ellos fue el 1° de enero de 1898 cuando anunciaba "Compre La República", "La República, a medio peso", gritaba, para asombro de los transeúntes. El diario, que había aparecido ese día en Rosario, fue fundado por Lisandro De la Torre, quien acababa de distanciarse de la Unión Cívica Radical (UCR). Debido a su éxito, esta costumbre fue adoptada por otros diarios, creándose así una nueva fuente de trabajo.Para acortar el recorrido y llegar antes, los chicos viajaban colgados de la parte trasera de los tranvías, trepándose, llegaban rápido al centro, donde a la salida del teatro y del cabaret las ventas se multiplicaban.Con el tiempo, aparecieron los primeros puestos callejeros fijos, cuya posta fue preciso disputar a golpes o pagando el favor policial, hasta que el coronel Juan Domingo Perón, por aquel tiempo secretario de Trabajo, le aconsejó al que le proveía los diarios: "Hay que sindicalizarse". Así, cada posta se normalizó.¿Quién les puso el nombre de "canillitas"? Lo decidieron ellos mismos en 1947, en honor a Florencio Sánchez, nacido en Montevideo, un 17 de enero de 1875, quien así los había bautizado en su obra.Un par de notas periodísticas publicadas años atrás historian la vida de María E. de Ísola, conocida en su época como "La China María", quien falleció en 1934 a los 82 años de edad. Fue considerada la primera mujer vendedora de diarios, siempre establecida o rondando la esquina de Rivadavia y 25 de Mayo.
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