Ante un salón colmado, con la presencia de numerosos descendientes del homenajeado y autoridades de la institución, se desarrolló una mesa de disertantes integrada por Gonzalo Susini, el sacerdote Guillermo Marcó y Liliana Susini.

Recuerdos familiares y vida espiritual

El padre Guillermo Marcó compartió emotivas anécdotas de su infancia en la casa de los Susini, donde pasaba tiempo junto a abuelos, bisabuelos y primos. También relató su vocación sacerdotal, que en sus inicios encontró resistencia dentro de su familia, especialmente de su padre, poco cercano a la vida religiosa. Tras las exposiciones, el sacerdote pronunció una oración y dio la bendición a los presentes.

Por su parte, Liliana Susini recordó momentos de su niñez y leyó una carta hallada entre sus recuerdos: una emotiva misiva que Telémaco Susini había escrito a su esposa, cargada de afecto y ternura. También compartió vivencias personales vinculadas a la historia familiar.

Un recorrido histórico sobre la vida del Dr. Susini

La intervención más extensa estuvo a cargo de Gonzalo Susini, bisnieto de Telémaco, quien trazó un completo recorrido histórico sobre la vida del médico. Nacido en 1856, quedó huérfano a los 10 años y forjó una trayectoria excepcional.

El Dr. Telémaco Susini nació y vivió en Buenos Aires, aunque mantuvo una importante relación con Gualeguay. Llegó en 1883 para investigar una mortandad de hacienda en campos locales y, durante esa estadía, conoció a Enriqueta Laurencena, hija del reconocido propietario de saladeros Martín Gilberto Laurencena, con quien contrajo matrimonio.

A lo largo de su carrera, se especializó en Europa, donde estudió con figuras de renombre mundial como Louis Pasteur y Robert Koch. Fue el primer anatomo-patólogo de la Argentina, impulsó la creación del primitivo SAME, y promovió la fundación de ocho hospitales en Buenos Aires, entre otras iniciativas pioneras de salud pública. También se desempeñó como cónsul general del Imperio Austrohúngaro.

Patrimonio y música para cerrar la noche

Durante la velada se destacó un bello retrato de Telémaco Susini —perteneciente al Museo Ambrosetti y restaurado por Patricia Carro— y el busto del médico donado por Jorge Susini, que permanece en exhibición en el Club Social.

El encuentro culminó con un cierre artístico a cargo de Eugenia Gervasoni y Victoria Tamaño, quienes interpretaron una selección de canciones especialmente elegidas para la ocasión. El público destacó la emoción del repertorio, en particular la interpretación final del tema “Para la guerra nada”.