Entrevista
Fabián Neme (Muay Thai): de Galarza al mundo
Más de la mitad de su vida la pasó entrenando para llegar a competir profesionalmente en ‘el deporte de las ocho extremidades’. Vive en la ciudad de Galarza, pero sueña con llegar a Tailandia, la cuna de su disciplina. por Santiago Joaquín García
Los días de Fabián empiezan a las 7 de la mañana y terminan a las 22. Las obligaciones, porque para poder dedicarse a lo suyo el entrenamiento no se negocia. En el fútbol se juega con algunas, en el básquet con otras, pero pocos deportes involucran ambas piernas, ambos brazos, los puños, los codos y las rodillas. “Es un deporte de contacto, un poco más fuerte que el Full Contact y el Kick Boxing”, define Fabián.
“Me gusta mucho más a la hora de competir”
Fabián Neme tiene 35 años, desde los 16 años entrena y al poco tiempo comenzó a competir en esta disciplina de la que es un verdadero pionero en la zona. Por eso quisimos saber cómo fueron sus comienzos: “Mi vínculo con las artes marciales o deportes de contacto comenzó terminando la secundaria. Un amigo hacía Kick Boxing en Gualeguay, Damián Viviani, y me dice: ‘vamos a empezar a entrenar’. Quise probarlo y fui con Adrián Calo en su momento. Era Kick Boxing y con el tiempo empezó a llegar el Muay Thai a Gualeguay, que es un deporte que en realidad nadie quiere pelear y todos esquivan esa modalidad de pelea a la hora de competir, sobre todo, porque es un deporte en el que se lastiman mucho. Cuando llegó a Gualeguay, empecé a entrenar, a capacitarme un poco en eso, a meterme de lleno. Ya tenía un par de peleas en el ring en Kick Boxing cuando tuve mi primera pelea de Muay Thai a los pocos meses. Ahí ya no dejé de hacerlo. Seguí capacitándome y elegí y elijo siempre al Muay Thai porque la veo mucho más interesante y me gusta mucho más a la hora de competir”.
De lunes a sábado
Semejante exposición del cuerpo implica un entrenamiento exigente. Le preguntamos cómo se prepara a diario: “Lo que es profesionalismo, en mi caso, es una rutina de entrenamiento y fuerza que hago en el gimnasio de musculación, que también tengo a cargo acá en Galarza. Después está la parte aeróbica o funcional, y uno sí o sí entrena todos los días con paos (N de la R: almohadones anatómicos que amortiguan el golpe y deben ser sostenidos con destreza). Se entrena de lunes a sábado, y algunos días hago tres turnos por día, en otros, dos. Tengo una vida bastante demandante, porque soy docente, trabajo en un colegio, tengo bastantes horas y cargas horarias. También tengo el gimnasio de Muay Thai, que está en mi casa. Soy personal trainer y después trabajo en un gimnasio de musculación donde soy socio con otra profe”, enumera.
“Es una locura ese evento”
Una vez comprendida la dinámica de la disciplina, quisimos saber qué implica ser profesional del Muay Thai: “Competiciones suele haber todos los meses y todos los fines de semana. Vamos regulando con los chicos porque, si bien yo peleo, tengo varios competidores también a cargo: la mayoría son amateurs y algunos semi profesionales. Trato de ir solo cuando me toca competir por el tema de estar tranquilo y demás, ya que los chicos te demandan mucho. Llevar chicos y pelear uno al mismo tiempo se complica, te consume bastante”, explica. Las asociaciones que regulan este deporte son muchas: “Hace ya dos años que estamos en una Federación que está en Santa Fe, que es la Organización Argentina de Combate, encargada de una de las franquicias más grandes del país: el FFG (Fight for Glory, Pelear por la Gloria). Contratan a ciertos peleadores de todo el país y los va cruzando. He peleado dos veces en ese evento y ahora vuelvo a pelear a fin de año. La verdad es que es una locura ese evento y la organización también. Uno se siente como un verdadero profesional. Hay un montón, pero yo trato de ir a los exclusivos de Muay Thai y en la zona no tenemos. Todo es Kick Boxing, Full Contact o Boxeo. Entonces siempre tenemos que viajar a Rosario, Buenos Aires, o en el caso de FFG se hace siempre en Mendoza”.
“La idea es pelear internacionalmente”
Fabián no se detiene a la hora de sumar nuevos objetivos: “Este año estamos peleando donde queríamos, en los eventos más importantes del país, y el próximo año la idea es pelear internacionalmente. Estamos con la oportunidad de poder viajar a México y a Tailandia. En la OAC tienen contactos para viajar a México, a Puerto Vallarta, y a la zona de Puerto Escondido, donde se hacen los eventos más importantes de la WBC de Muay Thai. Y en el caso de Tailandia sería lo más, ya que es la cuna del Muay Thai. En Tailandia tengo muchos contactos, muchos conocidos del ambiente que viajan siempre o están allá. La idea es poder capacitarme con los tailandeses y poder pelear representando al país. Son cosas que tienen que ir surgiendo para el próximo año. Este año hay que pelear para sumar experiencia y, si salen esos viajes, estar listos”, destacó.
Sembrando Muay Thai en la zona
Una faceta muy importante para Fabián es la docencia: “Soy profe de Muay Thai hace varios años. Lo traje hace 11 años a Galarza, donde no había deportes de contacto. Había un montón de disciplinas, pero de contacto, nada. Traje la escuela acá, y de a poco fuimos creciendo. Empezamos sin nada, ni siquiera piso de goma. Hoy, ya con el tiempo, los chicos han crecido mucho en el deporte. Tenemos dos campeones entrerrianos y cuatro argentinos, todos de modalidad Muay Thai. Tengo peleadores de 12 años para arriba y tenemos un lugar exclusivo para nuestro deporte. En su momento compartíamos con un gimnasio de musculación, de fuerza, y teníamos nuestro horario ahí. Hoy tenemos un local puro y exclusivamente de Muay Thai, donde los chicos mes a mes van creciendo y compitiendo. Y se volvió bastante popular en la zona. Contamos con entre 55 y 60 personas mensuales que entrenan esta disciplina. Competidores somos pocos, unos 10, pero el resto viene a entrenar de forma recreativa porque les gusta la actividad física y el deporte”, define. Ese crecimiento buscar que la zona sea un punto de referencia también: “Tratamos de difundirlo todo lo posible, creciendo y evolucionando. Estamos trabajando un montón para que se expanda más el Muay Thai en la zona, para no tener que depender tanto de los de afuera y poder armar un buen equipo de trabajo y que los eventos también vayan creciendo aquí. Este año voy a hacer un evento exclusivo de Muay Thai el 9 de noviembre, pero la realidad es que nadie quiere pelear Muay Thai, entonces terminamos invitando gente de Buenos Aires, Rosario, Santa Fe, Mendoza, San Juan, San Luis, etcétera”.
El impacto social
Además de su rol como entrenador, Fabián tiene una faceta docente que se le nota: “Estudié en Rosario, me recibí de licenciado en administración, y luego hice la carrera pedagógica en la UCU. Me recibí también de profesor en la UCU y por eso me dedico a la docencia en un colegio”, enumera. Y eso lo ha llevado a que mucha gente se acerque al Muay Thai por otras razones: “Me ha pasado que me han venido a golpear la puerta en mi casa, mamás pidiendo ayuda, porque tengo buena imagen también en lo deportivo. No soy un pibe que me vas a encontrar en un bar, nunca. Suelo asistir al cumpleaños de mis amigos a veces, o de mi familia, pero no consumo alcohol, y trato de guardar mucho mi imagen y enfocarme en los trabajos. Hay gente que ha venido a pedirme por favor que integre a sus hijos a mi grupo de trabajo, que los motive, porque sus hijos están haciendo las cosas mal, perdidos en adicciones, en la noche. He tenido la posibilidad de enfrentarme a eso también y tengo chicos que han salido de eso, y hoy los tengo compitiendo o cambiando mucho sus condiciones y sus hábitos de vida. Son cambios increíbles. Es una de las partes que más me gusta: ayudar a gente que no tiene rumbo o se pierde en la vida. Si bien no todos tenemos la misma vida, porque las posibilidades de uno y de otro pueden ser distintas, siempre les digo que yo acá vine sin nada. Vine a un lugar que no era mi suelo, no tenía ni un piso de goma, nada, y con el tiempo fui creciendo hasta tener mi gimnasio, el que quería, el que siempre me hubiese gustado tener. Entreno a mis alumnos de la forma que me hubiese gustado que me entrenen a mí. Les dedico su tiempo, los apoyo, los motivo. Pelear es difícil, por la adrenalina, la ansiedad, el miedo. Son un montón de factores que lo hacen más complicado. Trato de que ellos estén resguardados al cien por ciento y que cuando salgan a hacer su trabajo arriba de un ring, lo disfruten, y los que no lo vienen a hacer arriba del ring, trato de que vengan al máximo en cada entrenamiento y se vayan conformes y vean cambios. No solo físicos, porque lo mental les ayuda un montón”, cierra.
No sabemos si Fabián va a cumplir su sueño de llegar a Tailandia. Estamos seguros de que la forma que tiene de trabajar le va a traer muchas satisfacciones. Pero si ha podido sacar a un chico de la mala vida, ya merece el apoyo de las autoridades para seguir replicando su mensaje.