Fabricio Pasilio, un verdadero ejemplo a seguir
En estos momentos de pandemia, donde el aislamiento social, preventivo y obligatorio cambió por completo nuestras vidas, donde la irresponsabilidad, la ansiedad e insistencia pisan fuerte, muchos son ejemplo de compromiso y responsabilidad social.
Tal es el caso de Fabricio Pasilio, a quien muchos en Gualeguay conocen como "el Fabri". Ese ser de luz, que irradia felicidad cada vez que se lo ve y despierta el orgullo de toda su familia.Fabricio vive con su mama, mayor de sesenta años, y juntos están cumpliendo estrictamente con la cuarentena desde el momento mismo en el que fue decretada. No salen a ningún lado, solo lo hacen para ir al banco a cobrar la jubilación de su mamá. Y cuando esto pasa, ambos cumplen con los protocolos de distanciamiento y con el uso de tapabocas, si tienen que salir en auto él va atrás y respeta todas las ordenanzas establecidas por el municipio, como ninguna otra persona.Fabri es una persona totalmente independiente, en épocas donde el coronavirus no era protagonista, él se encargaba de los mandados, iba a la escuela, hacia deportes y estaba mucho tiempo con sus amigos. Hoy, todas esas cosas quedaron suspendidas, y si bien él las extraña mucho, le "pone onda" y trata de reemplazarlas, de manera momentánea, escuchando cumbia con el equipo de música que tiene en su pieza, jugando y viendo videos en su notebook y hasta haciendo trabajos de pintura.¿Trabajos de pintura?, sí, eso mismo. El aburrimiento no existe para él, está constantemente buscando actividades dentro de su casa para pasar el tiempo. Tal es así que renovó completamente el juego de sillas de patio de su mamá, las lijo y pinto. La puerta de la sala de herramientas tampoco se quedó atrás, nos cuenta su hermano.Su hermano Marcelo es uno de los que se encarga de asistirlos en cuanto a comida y algún que otro mandado que ellos necesiten. Y como todos está sorprendido por la forma y la rapidez con la que Fabricio tomo conciencia e invita a todos a hacerlo. Saluda con el codo, cuando siempre fue efusivo, cariñoso y de dar abrazos, les explica a todos como hay que lavarse las manos, los reta cuando no están usando el tapabocas y acata el protocolo perfectamente.Un verdadero ejemplo, al cual más de uno debería seguir.Hoy Fabri extraña a sus profesores "Chilo" y "Tika", con los cuales salía a caminar y jugaba al futbol, extraña a todos sus amigos de la institución, en especial a Martín, hoy Fabri no puede salir a hacer los mandados y visitar a su sobrino Blas para que le corte el pelo, hoy Fabri no puede saludar a sus hermanos y amigos con muchos besos y abrazos como solía hacer; pero eso no lo deprime, eso lo reanima e incentiva, el baila, juega, pinta, escucha música y ayuda a su mamá. Hace todo esto sabiendo que cada día que pasa es un día menos que falta para volver a abrazar, jugar, entrenar.En su casa, con sus nuevas actividades cotidianas, las horas se le vuelven más cortas y él sin saberlo se convierte en un ejemplo, y un orgullo aún más grande se nota en los ojos de su familia."El Fabri", un genio con todas las letras, con una responsabilidad y compromiso sin igual, espera ansioso la culminación de la cuarentena para seguir abrazando a todos con una gran emoción.
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