Despedida
Gualeguay: Mariela Campodónico despidió al maestro Raúl Barboza con un emotivo mensaje
/https://eldebatecdn.eleco.com.ar/media/2025/08/aa_43.jpeg)
La acordeonista gualeya Mariela Campodónico expresó unas sentidas palabras tras el fallecimiento del maestro chamamecero Raúl Barboza, referente indiscutido de la música popular argentina.
Campodónico relató que la noticia la sorprendió el pasado 27 de agosto, justamente el día de su cumpleaños. En medio de una tarde de celebración, entre mates, charlas y juegos de los niños, recibió un mensaje inesperado: la partida de quien fue su gran referente artístico.
“Se había ido el maestro... Quedé en silencio y en ese momento vi pasar mi vida, desde niña hasta hoy abrazando la música y el acordeón”, recordó.
La música de Barboza acompañó su formación, inspirándola a superar desafíos y a perfeccionar su técnica en el acordeón. “Si era un chamamé de Raúl Barboza mejor, porque garantizaba que iba a aprender muchos recursos nuevos en el instrumento”, señaló.
La artista evocó también encuentros y charlas con el maestro, destacando su generosidad, su compromiso con la naturaleza y la enseñanza, y su espíritu siempre dispuesto a compartir.
“Raúl Barboza fue un gran ejemplo, él honraba su vida a través de la música, con un espíritu y fortaleza admirables. Fue un adelantado y, una vez más, se nos adelantó. Pero su música es eterna y sus sonidos de acordeón quedarán impregnados para siempre en nuestra música”, expresó.
Finalmente, dedicó un abrazo a los familiares del músico y cerró su despedida con un mensaje cargado de esperanza:
“Gracias por iluminarnos con su música y su pedagogía. ¡Hasta el próximo chamamé! ¡Hasta el próximo viaje!”.
Celebrar la Vida
El pasado 27 de agosto, por ser el día de mi cumpleaños, decidí tomarme la tarde sin tiempos y sin horarios, porque la vida me ha enseñado que es importante celebrarla y valorarla. Por eso es que durante la tarde disfrutamos del patio y se arrancó la ronda de mates y charlas, generalmente salteados.
Acompañaban como fondo sonoro las risas y los juegos de los gurisitos que corrían y saltaban. Y como si fuera poco, entre tanta algarabía, se escuchaban los horneros y zorzales que también querían ser parte de esta tarde soleada, y revoloteaban el fresno y el espinillo de mi patio.
De pronto recibí un mensaje, creí que era una salutación, pero éste, no era un mensaje más, era una noticia inesperada, de esas que te dejan sin palabras..
Se había ido el maestro....
Quedé en silencio y en ese momento , vi pasar mi vida, desde niña hasta hoy abrazando la música y el acordeón.
Fue inevitable verme sentadita, concentrada, escuchando un cassette o un CD de Raúl Barboza, porque el gran desafío era poder aprender algún "chamamé complicado", si era de Raúl Barboza mejor, porque garantizaba que iba a aprender muchos recursos nuevos en el instrumento y eso yo lo sabía y era necesario para seguir creciendo musicalmente.
Recordé charlas y encuentros (acordeón en mano) con otros estudiantes y músicos, donde el maestro interpelaba y animaba a todos con su sabiduría.
Y me guardo en el baúl de mis recuerdos inolvidables, esos diálogos musicales desde el acordeón, que gracias a su generosidad, pudimos concretar y compartir en varios escenarios y en distintos momentos de mi vida musical.
¡Qué paradójico pensé!...
Celebrar la vida...
Pero ¿Por qué no?
Si el maestro Raúl Barboza fue un gran ejemplo de ello, él honraba su vida a través de la música, con un espíritu y fortaleza admirables, promovía siempre el cuidado a la naturaleza, fue un gran ejemplo para muchos y lo seguirá siendo.
Querido Maestro, una vez más le digo Gracias por enseñarnos desde la música y desde los valores humanos. Usted fue siempre un adelantado y una vez más, se nos adelantó. Pero su música es eterna y sus sonidos de acordeón quedarán impregnados para siempre en nuestra música.
No tengo dudas que ya estará disfrutando de "la tierra sin mal".
Gracias por iluminarnos con su música y su pedagogía. Qué brille para usted, la luz que no tiene fin.
Mi fuerte abrazo a Olguita, a Alberto, a Nardo, a Cacho y demás familiares.
¡Hasta el próximo chamamé!
¡Hasta el próximo viaje! Mariela Campodónico Acordeonista