Hoy…, “no mires las espinas…, mira la rosa”
Nuestros caminos, los de muchos, están sembrados más de espinas que de flores, espinas que debemos aprender a sortear para que la mezquindad no nos apague la verdadera misión que tenemos en la vida: ser felices y hacer felices a los demás.
Hay tiempos, como los que estamos viviendo, en que las espinas arrecian con mayor fuerza, con inquina, con envidia, con dureza. También es posible que nos hagan tambalear, que nos hieran profundamente, envenenando nuestra alma de agudos rencores. Es difícil la propuesta de hoy, pero necesaria y válida para nuestra paz espiritual, ya que el rencor no lleva a nada bueno, sólo trae amargura y sed de venganza, quitándonos la posibilidad de entregar lo mejor de nosotros. Depende de cómo la alimentemos a cada sentimiento, el más fuerte será quien domine nuestra alma. ¿Intentamos alimentar el perdón, entregar nuestro afecto en toda su acepción saltando las espinas que nos acechan? Estaremos en paz interior que es el mayor triunfo y el mejor camino para llegar a los demás con las manos extendidas de proyectos sanos, ciertos, de ayuda, de amor. Les entrego dos poemas que nos hablan de estos sentimientos y del mejor camino a tomar: "Si una espina me hiere", del poeta mexicano Amado Nervo (1870- 1919) y "No mires las espinas", soneto bellísimo de Julio Federik, exquisito poeta entrerriano oriundo de la ciudad de Paraná. Si una espina me hiere... Amado Nervo¡Si una espina me hiere, me aparto de la espina,...pero no la aborrezco! Cuando la mezquindadenvidiosa en mí clava los dardos de su inquina,esquívase en silencio mi planta, y se encamina,hacia más puro ambiente de amor y caridad.¿Rencores? ¡De qué sirven! ¡Qué logran los rencores!Ni restañan heridas, ni corrigen el mal.Mi rosal tiene apenas tiempo para dar flores,y no prodiga savias en pinchos punzadores:si pasa mi enemigo cerca de mi rosal,se llevará las rosas de más sutil esencia;y si notare en ellas algún rojo vivaz,¡será el de aquella sangre que su malevolenciade ayer, vertió, al herirme con encono y violencia,y que el rosal devuelve, trocada en flor de paz! No mires las espinas Julio FederikNo mires las espinas, ve la rosa; que si está frente a ti, la puso el cielopara encender tu pecho en un anhelo con una llama nueva y misteriosa.Deja que avive el alma recelosay esta vez no le tema al desconsuelo,que en la ilusión feliz remonte vueloy se sienta de nuevo victoriosa. Poco importa que el sol de tu ventana al llenarla de luz también la hieray en su fulgor esté su despedida...Gocemos de la rosa esta mañanay volvamos a hacer la primavera que los sueños no duran, son la vida
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