La pandemia y los hábitos no saludables: un plus para ocuparse 1ª Entrega
Sin dudas que el crecimiento del consumo de tabaco es una de las consecuencias de la pandemia y lo que ella genera.
Respecto del tabaquismo existen muchos mitos generados por el pensamiento mágico, lo que alcanza su mayor relevancia en las propuestas de tratamiento, la mayoría de las cuales carece de demostración de eficacia y seguridad. Una buena medida, es la información basada en las evidencias, provenientes de la investigación rigurosa. Al respecto, muchos fumadores sostienen que el fumar les calma la ansiedad y que cuando intentan la cesación, no pueden manejar el aumento de la misma, lo que lo lleva a la reincidencia en el hábito o a consejos erróneos como "no es el momento conveniente".
En el mundo existe una biblioteca llamada Cochrane, que se ocupa de realizar un pormenorizado análisis de las investigaciones denominadas "revisiones sistemáticas" en la que los expertos en metodología desestiman las publicaciones con errores, por lo tanto esta valoración crítica arroja una gran seguridad. Al respecto, en una revisión de 102 estudios científicos encontró que las personas que dejan de fumar tabaco durante, al menos, seis semanas sintieron menos depresión, ansiedad y estrés que las personas que siguieron fumando. Es la conclusión de una revisión del Grupo Cochrane de Tabaquismo con más de 169.500 participantes.
No es probable que las relaciones con familiares y amigos se resientan al abandonar el cigarrillo. Es un argumento con suficiente peso para que, tanto consumidores como profesionales, desestimen la creencia de que: fumar ayuda a reducir el estrés y otros síntomas psicológicos y que dejar de fumar podría empeorar los problemas de salud mental o se podrían dañar las relaciones con amigos, familiares y compañeros de trabajo. Las evidencias de las investigaciones avalan la experimentación de sentimientos positivos y mayor bienestar psicológico, con posible mejoría de las relaciones sociales.
El tabaquismo es la principal causa de enfermedades y muertes evitables en el mundo, cuya prevalencia disminuye con la abstención del cigarrillo. Por esta razón son necesarios todos los esfuerzos posibles para la información real sobre una enfermedad, subestimada o negada, con una fuerte dependencia psíquica y física. Muchos mecanismos de defensa o resistencia para iniciar una deshabituación al tabaco, suelen construirse, como en este caso, sobre falsas creencias. La cesación del hábito de fumar siempre es posible, y bajo el tratamiento llevado a cabo por un equipo de salud experimentado en el tema, desde el pensamiento crítico para afrontar una adicción. Uno de los objetivos tiene que ver con el enfoque personal o individual de cada fumador, donde es necesario comprender cada significado no siempre contemplado; es la empatía lo que llega a humanizar cada una de las acciones en la progresión adecuada. No hay razones para disuadirse del abandono del tabaco, con el peligro que implica su uso.
Dr. Bernardo "Cacho" Gandini