Dr. Bernardo “Cacho” Gandini
Las modas hoy, beneficios y riesgos…3ª Entrega

Los expertos llevan años tratando de responder una pregunta tan vieja como el hombre. ¿La persona agresiva nace o se hace? Los datos son elocuentes: Las muertes de mujeres a manos de sus parejas van en aumento, en la mayor parte de los países; las agresiones a niños en el ámbito familiar crecen un 108,67%; las agresiones de hijos a padres reflejan una realidad preocupante; el mayor incremento de la violencia se está produciendo en el seno de la familia. Por otro lado, las investigaciones muestran resultados interesantes:
.- Agresividad casi nula en tribus que mantenían un contacto estrecho con sus hijos.
.- La cultura modela el cerebro y el futuro de la humanidad. Prescott, actualmente director del Instituto de Ciencia Humanística, lleva años persiguiendo el origen neuronal de la violencia humana.
.- Los animales la utilizan para solucionar conflictos de territorio, reproducción, etc., pero entre ellos se encuentran numerosos límites que los humanos han perdido, como la sumisión del oponente que indica el final de la lucha.
.- La primera constatación neurológica es que el cerebro de un homicida o de un suicida presenta diferencias llamativas en comparación con el de un individuo no violento.
.-La violencia es el resultado de una interacción entre el cerebro y el entorno.
.- La violencia está íntimamente relacionada con el placer, la madre es la primera fuente de amor. En esos primeros momentos se produce una asociación o disociación neuronal que quedará registrada. Cuando no se rodea de afecto a los niños, los sistemas del placer no se desarrollan y la consecuencia son individuos y cultura basados en el egocentrismo, la violencia y el autoritarismo.
.-Los bebés y niños pequeños con más de 30 horas semanales de guardería, desarrollan adolescencia y pre-adolescencia con mayor tendencia a agresividad, peleas y acoso a otros.
.- Los niños que han sufrido abusos graves en la familia, si alguien los trataba con amor, y les mostraba que el mundo no era sólo violencia, se estimulaban recursos personales para superar el impacto negativo. Esto se conoce como resiliencia.
.-Los investigadores sostenían que tener un gen de la MAO poco activo, significaba tendencia a la violencia, la presencia no era suficiente para ser agresivo. El interruptor de la violencia estaba en el exterior. Los niños/as que tenían el gen defectuoso y falta de atención o abandono emocional, se convirtieron en adultos agresivos. Sin embargo, los que portaban el gen poco activo, pero vivieron en un entorno afectivo, escaparon a la predisposición genética.
Parece que las semillas de la paz están en nuestras manos. La hipótesis es que una crianza adecuada en ausencia de estrés permite a nuestro cerebro desarrollarse de manera menos agresiva y emocionalmente estable.
“La meta final de la verdadera educación es no sólo hacer que la gente haga
lo que es correcto, sino que disfrute haciéndolo”
John Ruskin